Duelo parte 2

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¿Cuanto tiempo a pasado desde que publiqué?

Bueno, creo que en realidad muchísimo. Disculpen las demora, pero estuve algo enferma y era muy tedioso levantarme, por lo que esperé a estar un poco mejor para cercarme con el computador en mano. Entonces, aquí estamos.

Espero que les guste el capítulo y nos vemos en el siguiente, que ya falta poco para terminar.

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No sabes cuanto tiempo pasaste descansando en la cabaña improvisada de las cazadoras, ni el tiempo que ellas pasaron mirando recelosas a Nico y este no paraba de dar círculos alrededor de las afueras de la tienda. Nadie había podido moverlo desde que empezó con esa aura amenazante a su alrededor.

Thalia susurraba un undécima vez una disculpa mientras tu en el octavo sueño ignorabas lo que decía. La pelinegra no podía comprender como es que se dejó cegar por las palabras de su padre, como se transformó en una vaga marioneta de sus propias ideas, ahora sentía la culpa, tu madre perdonó con a regaña dientes su ofensa, pero aún así tendiéndole una mano. No escuchó la voz de Zeus y tampoco estaba de humor para darle una respuesta.

A sus oídos llegó tu susurro y como si fuera causa de diversión brotó de ti "Nico" antes de removerte incómoda de la cama. Ella atinó a sonreír con gracia antes de abandonar la tienda y darle paso al único chico presente, que estaba algo nervioso. Como llegar a verla sin que tu madre quisiera freírlo.

Asomó su rostro y te contempló dormir, no te lo había dicho, pero le inspirabas tranquilidad de esa forma, viéndote tan llena de paz, tan segura a todo. Muy diferente a aquellas veces que desafiabas el mundo con una mirada de molestia o una sonrisa intranquila. Habías pasado por mucho en tan poco tiempo que las cabañas no dudaban en pensar que se trataba de la segunda "Percy" con tan mala suerte nunca regresarías.

-_____-llamó con delicadeza esperando ver una reacción que diera por entendido tu despertar-...estás dormida entonces, vaya.

Caminó más seguro hasta ti. Colocó una de sus manos en tu mejilla rozando el pulgar con tu piel, sus ojos del color de la muerte se mantuvieron algo interesados, se inclinó un poco más hasta robar de tus labios un primer beso casto.

Tus ojos lo miraron. Llevaste la mano a su cabello negro y tiraste profundizando el ósculo. Estuviste tan cerca de perderle que no importaba que estuvieran rodeados de chicas que no toleraban hombres, que tu madre podría atravesarlo con una de sus flechas o arrojarlo y pasarle carruaje encima. Solo eran ustedes dos.

-Hola otra vez, Nico-sonreíste adormilada.

-Hola,________-sonrió de forma torcida-una amenaza menos fuera, queda la más importante.

-¿A qué te refieres?

Consultaste intrigada por la forma en la que miraba con algo de diversión, parecía como si de repente hubiera armado la mejor fiesta de huesos. Sacó de su bolsillo ubicado en el abrigo una cajeta de tamaño pequeño, pero muy delicada. La extendió con cierto nerviosismo hacia a ti, eso eran los pequeños momentos que te enamoraban más de él.

-Lo...conseguí pensando en ti, no sabría que tendría que dártelo en estas condiciones.

-Esta bien-susurraste sonrojada-g-gracias Nico.

Abriste la pequeña caja para encontrar una pulsera de plata con dos calaveras de cristal, una de color blanco y la otra negra, unidas por un imán que tenían sus ojos plateados, como si se estuvieran abrazándose. Sonreíste, él te secundo antes de que besaras su mejillas roja como un semáforo de las tantas avenidas que antes solías pasar, extendiste tu mano temblorosa a él y, terminó atándote con sus fríos dedos la cadena a tu brazo.  

-Este es el mejor detalle...t-te quiero-balbuceaste.

-Yo igual-respondió sonriendo de forma genuina, de ese modo no asustaba a nadie, casi pasaba como un chico sin dificultades. Sin ser hijo de Hades.

-Pienso hablar con tu madre-su rostro se torno algo serio, con ese aura lúgubre-ella debe saberlo.

-¿Qué le dirás?-consultaste casi paranoica, tu madre lo mataría al primer minuto.

-Señora Artemisa soy Nico y...

-Pienso raptarme a su hija-completó una tercera voz, el eco de las cazadoras no se hizo esperar, sonaban algo consternadas por las palabras del desconocido, hasta que este tomó su forma habitual.

Vestía con una camisa de Hawai, bermudas y un ukelele en sus manos, sus lentes de sol en el perfecto cabello dorado como el sol. O si, tu tío si que tenía estilo para aparecerse de esa forma en territorio no muy amigable.

-Vaya, mis predicciones nunca fallan-sonrió señalándolos con unos de sus dedos mientras guiñaba uno de sus ojos.

-¿T-tío?-consultaste sorprendida.

-El mismo y ahora vengo a salvarte de quedar sin novio, mi hermanita no tardará en llegar y degollara al niño si no planeamos algo antes ¿Sabes combatir contra una cazadora?-rió con ganas.

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Hasta aquí el capítulo de hoy, se que está un poco corto de lo habitual, pero debo en mi defensa decir que no e tenido tiempo de nada. A veces creo que diciembre es el mes más difícil.

Como ya saben pueden dejar sus comentarios aquí o en mi FB (Wudaland), ojear la página Anime Manga Top o dejar mensaje en el instagram de Wudaland.

Nos vemos pronto con el último arco de mi historia que espero les esté gustando, que la apoyen o por lo menos se tomen un poco de su tiempo para que lean mis locas ideas, como si se adentraran en mi cabeza ha ha ha (aunque no es sano hacer eso)

Suerte con lo que hagan, nos leemos pronto, cuídense mucho y disfruten estas fiestas que son para estar en familia, compartir un poco y aquella rola.

Saludos :3




Inesperadamente bueno (Nico di Angelo y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora