Duelo parte 1

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No hay nada más difícil que precisamente enfrentarte a la cruda realidad o verla con los ojos muy abiertos. Sabías que en cualquier momento la guerra interna entre Thalia terminaría explotando, pero no creías que ese día llegara tan rápido. Un enfrentamiento por el título de capitana. Casi nadie lo tomó bien, en especial tu madre...

¿Qué rayos pasaba por su mente?

Primero te trataba bien y luego te intentaba patear el trasero. Vaya niveles de amistad entre las cazadoras. De hecho no solo ella ya te estaba mirando molesta, las que consideraban que tampoco merecías el título ahora gruñían como perro...en otro momento hasta risa te causaría. Ahora solo te armabas como soldado.

-¡Qué es todo esto!-comento molesta tu madre, su forma había vuelto a la de una joven común y corriente solo que con bastante escarcha como para pasar como bola de discoteca. Pensabas seriamente comentarle a los dioses sobre lo de brillar de más.

-Mi señora creo que merezco batirme a duelo por el título, comprobar que su hija sea digna de tomar el turno como capitana-sugirió Thalia revelando con sus ojos azul eléctrico que no estaba contesta con el desplazo.

-¡Como te atreves lugarteniente Thalia Grace!-rugió Artemisa-esto no es posible-se acercó hasta mirarla a los ojos, para tu sorpresa tu madre retrocedió casi con horror, sus ojos que iluminaban como la luna misma adquirieron un brillo fiero, parecía dispuesta a degollar lo que tuviera al frente-Que...ingenua...

Se giró mirándote y observando escuetamente el resto de las cazadoras. Ludo pareció percibir la tensión que se creó en el área, porque se inclinó mientras se colocaba a un lado tuyo procurando no levantar los ojos igual que el resto de la manada y los halcones que ahora descansaban en los arboles.

-Debo retirarme, este duelo tendrá las siguientes reglas, se podrá llegar hasta el pequeño lago, no se puede tirar a matar, se debe desarmar al oponente...-no volvió mirarte, ni siquiera cuando arribó en su trineo de renos.

-Prepárate _______, solo te quedan cinco minutos-te miró Thalia antes de retirarse.

Tus ojos la miraron preocupada, Tus labios se entreabrieron. Esa no era Thalia, se escuchaba más...asesina, como si una tormenta entera se desatara en su cabeza, mantuviste tus puños cerrados. Querías decirle algo, pero sabía que lo empeoraría. Lo primero sería calmar tu corazón y esperar que no sucediera nada malo.

Ataste tu cabello en una coleta, te acomodaste el carcaj, el arco y Orión en tus tobillos, no sabías que pasaría ni cuando pasaría, como era de costumbre todo desapareció en cuanto de acomodaste los guantes. Le rezaste a tu madre y tu tío...

Pensaste en el último beso de Nico.

Miraste el cielo esperando que tu madre viera lo que pasaría...

Sin saber que tu madre ahora estaba hecha una furia, sus ojos centelleantes pasaban de Zeus y volvían a él.

-¿Porqué lo hiciste padre, te e mostrado lealtad toda mi eternidad y así me lo pagas?-comentó mirándolo de forma suplicante-sabes que esto no es lo mejor.

-No debiste tenerla Artemisa, esta niña no debía existir y ahora me pides clemencia como si yo tuviera algo que ver-la miró severamente mientra el resto se evitaban los comentarios.

-Los ojos de Thalia no estaban normales, relampagueaban de forma rara, solo te pido que si mi hija gane no se le pongan más obstáculos ridículos, ella tiene el mismo derecho a vivir del que lo tiene Percy o Nico-miró a los padres responsables que evadían el contacto visual-como lo tiene...Thalia.

La furia de Zeus se vio través de sus ojos.

-¡Como te atreves!-rugió-No te...

-Siento informarte que Artemisa no está muy lejos de la idea principal-comentó Afrodita-Todos tienen el mismo derecho, sean o no sean deseados, eso es lo que profesamos alguna vez.

Inesperadamente bueno (Nico di Angelo y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora