Capitulo 5

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Capítulo 5:

Me encontraba caminando por las calles de piedra bajo las luces de
neón, ya debía ser la medianoche ya que me retarde
bastante con el último trabajo, demonios ese bastardo contaba con
varios guardaespaldas. Como las calles estaban desiertas me encontraba
sin la máscara aunque me coloque unos lentes de sol, lo sé, demasiado
estúpido caminar de noche con anteojos pero nunca se sabe si podía
aparecer alguien.

Me disponía a prender un cigarrillo cuando pasos apurados resonaron
por un callejón de la cuadra de enfrente, me apegue a la pared para
que no me dé la luz y manteniéndome en las sombras, en el anonimato.

-No trates de huir perrita.

Una niña salió de la oscuridad y comenzaba a caminar con rapidez por
la vereda viendo constantemente a sus espaldas, unos instantes después
salieron dos hombres mayores, sus ropas se veían sucias y lucían
borrachos, con pasos grotescos trataron de alcanzar a la chica.

No sé muy bien por qué pero cuando me di cuenta me encontraba trotando
en silencio acortando la distancia que nos separaba, nadie me percibió
las oscuridad seguía protegiéndome.

Los hombres la acorralaron y empujaron contra una pared, desde aquí
pude escuchar como un leve quejido escapaba de la joven, la levantaron
como pudieron porque ella no paraba de patalear y la adentraron a un
callejón oscuro.

Mire hacia ambos lados, la calle permanecía en silencio, sin gente a
la vista, la niña seria violada y nadie se enteraría, cruce la
distancia en silencio y me quede en la entrada del callejón. Un hombre
la sostenía por atrás y tapaba su boca tratando de acallarla, el otro
ya tenía una mano dentro de sus jeans y con la otra comenzaba a
desabrocharse el cinturón.

Supongo que puedo intervenir, evitarle una traumática experiencia a la chica y librar a la Tierra de dos seres tan repugnantes, seguro nadie los extrañaria.

Estaban entretenidos que no se percataron que tenían público, me
acerque evitando pisar los charcos de agua y la basura o cualquier
otra cosa que pudiera delatar mi posición, saque una navaja afilada
del bolsillo y de un solo movimiento la tenía contra el cuello del
hombre que me daba la espalda, al sentir e metal frio contra su
delicada piel se quedó petrificado, el otro individuo me miro
horrorizado y la pequeña abrió grande sus ojos llorosos.

-Aléjate de la niña.-

-¿De dónde saliste?
Presione con más fuerza el cuchillo - ¿No me escuchaste? Tú también suéltala.

Lentamente aflojo el agarre sobre el cuerpo de la pequeña, al que
sostenía elevo sus manos en señal de rendición pero de un empujon la
tiraron al piso y trataron de abalanzarse sobre mí, idiotas.

En un segundo abrí de lado a lado el cuello de uno con mi navaja de un
solo movimiento, y el otro al acercarse me dio la oportunidad de
apuñalarlo entre sus costillas perforándole un pulmón y para
asegurarme también corte su cuello. Di unos pasos hacia atrás y los
dos cuerpos se encontraban en el piso rodeados de sangre. Gire
encontrándome con la chica que permanecía en el cemento, mirándome.

Guarde el arma y tendí una mano hacia ella.

-No soy como ellos no pienso hacerte nada.

-Los mataste. -susurro.

-Estaban tratando violarte.

Tomo mi mano (era tan diminuta y suave la suya en comparación de las
mías callosas) la ayude a ponerse de pie, no paraba de mirarme
fijamente con esos pequeños ojos, rápidamente tire mi cabello hacia
adelante tratando de ocultar el lado derecho de mi cara aunque dudo
que por la oscuridad pueda verme bien.

-¿Por qué llevas lentes?- Su voz se asemejaba a la de una criatura de
cinco años.

-Por nada en especial.

-¿Qué haces a esta hora en la calle?

-¿Y tú? -Le eche en cara.- ¿no puedes solo dar las gracias?

Comenzó a llorar, oh demonios.

-Ya, ya deja de llorar.

-No tengo donde ir -hipo- ¿Podre ir a tu casa?

-¿Estas de joda? No me conoces, acabas de verme matar personas y
quieres que pasar la noche conmigo?

-Yo también los hubiera matado, muchas gracias por eso. -Mis ojos se
abrieron de par en par, no podía creer lo que decía.

Aunque realmente no tenía pinta de niña, la observe de pies a cabeza,
contaba un largo cabello con un deje colorado, bonito, por sus ropas
seguramente debía estar pasando frio.

-Ni te creas que te llevare donde vivo.

-Por favor yo sino es-stare..

-Tan solo camina a tu casa, te seguiré para que nadie te lastime -la
mire enojado tratando de intimidarla.- no pienso hacer otra cosa por
ti asique no insistas ni pidas más.

No muy convencida asintió con la cabeza, me rodeo para salir del
callejón y comenzó a caminar en dirección a mi barrio; caminaba varios
pasos por detrás de ella que constantemente echaba miradas por encima
de su hombro para asegurarse de que cumplía con mi palabra o comprobar
que nadie más este atrás nuestro.

Nuestros pasos rebotaban y hacían ecos en las desoladas calles del
barrio bajo, caminamos cinco cuadras hacia el frente cuando la vi
doblar la esquina, estábamos cerca de mi hogar también me extraña
nunca haberla visto aunque pensándolo mejor es entendible, si casi
nunca salgo de noche, mi vida es plenamente nocturna, escapando de las
personas y las masas, ella se notaba que era todo lo contrario, era
una inexperta en los movimientos de la noche.

Anduvimos otras tres cuadras.
Cinco más allá y dos a la derecha eran mi edificio.
Ella comenzó a disminuir la velocidad y cruzo a la vereda de enfrente,
subió el escalón de la entrada de un viejo edificio, bastante humilde,
no contaba con iluminación externa, ladrillo simple, sin adornos, sin
cosas llamativas.

Volteo a verme, no le dirigí la mirada, solo un rápido vistazo por la
esquina del ojo para asegurarme que estaba a salvo, este era su lugar,
cumplí con lo que haría y no puedo hacer más. Sin dedicarle un gesto
de despedida o lo que sea continúe mi camino, un sillón individual me
estaba esperando para darme unas horas de sueño.

LeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora