Capítulo 1: "Pensando en ella"

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"Confío en las máquinas, y sé que objetivamente soy un hikikomori. Pero si piensas que eso es un insulto, no puedo imaginar lo enfermo que está tu cerebro".

Había pasado casi un año desde que Ryuunosuke había dicho esas palabras a Rita con total sinceridad. Realmente, él no estaba avergonzado de ser un hikikomori. Por el contrario, desde el principio se consideró uno; era el estilo de vida que había optado.

Las relaciones sociales le parecían complicadas e innecesarias... ¿Para qué pasar por eso pudiendo evitarlo? Pudiendo aislarse completamente en su habitación, sin que nadie le moleste, ni le juzgue, ni lo abandone... Para qué sentirse abandonado y excluido, cuando él podía optar por excluir al resto, por aislarse y utilizar a Maid-chan como mediador para evitar esas incómodas situaciones.

Sin embargo, de manera progresiva, había ido abandonando aquel estilo de vida. Desde hacía ya un año que salía de su habitación en presencia de otras personas, cada vez con más regularidad, al punto de pasar a desayunar y cenar casi a diario con los demás habitantes de Sakurasou.

¿A qué se debía aquel cambio? Se preguntó, una noche, cuando sin siquiera notarlo se encontraba dando explicaciones (de mal humor) a los demás integrantes de por qué se había tardado tanto en salir de su habitación para la cena.

Se detuvo a reflexionar sobre esto... ¿En qué momento pasó a socializar a tal nivel con los demás miembros de la residencia? ¿En qué instante comenzó a asistir a clases, más allá de importarle si superaba el requisito mínimo exigido para aprobar?... ¿Acaso se debía a que su amistad con Sorata se había ido fortaleciendo? Ambos compartían muchos intereses en común, y actualmente le estaba ayudando en la realización de un videojuego. Pero no, no era eso. La única explicación posible era Rita, y sintió un escalofrío que atravesó su espalda.

- ¿Qué ocurre, Akasaka? - Preguntó Sorata mirándolo extrañado al captar una notoria perturbación en el rostro de su amigo.

- N-no es nada... - Dijo Ryuunosuke levantándose de su asiento con las manos apoyadas sobre la mesa -Es sólo que... me siento enfermo. Creo que me iré a mi habitación... - Dicho esto, abandonó la mesa caminando en dirección a su habitación.

El chico necesitaba reflexionar a solas. Sorata lo entendió y no intervino pese al comentario de Misaki: "¡Dragón, no has terminado de comer!".

"No tengo por qué darle explicaciones" pensó sin siquiera voltearse a responder mientras caminaba con rapidez, hasta que por fin pudo estar a solas, en aquel ambiente oscuro que tanto le relajaba, frente a su computadora. Necesitaba el encierro en ese instante y por poco sintió que le iba a volver esa aversión a la comunicación con otros.

Se lanzó energéticamente (dentro de lo que su poco ejercitado cuerpo le permitía) sobre la cama y comenzó a observar el techo...

Aquello era verdad. Rita le había salvado en más de una ocasión. Seguramente a ella le debía el haberse podido insertar una vez más en el mundo real. Pero, ¿realmente se lo debía?... "Ser un hikikomori no era tan malo después de todo", pensó. Sin embargo, se vio obligado a reconocer con una mueca de incomodidad que desde que había salido de su habitación con regularidad se sentía mucho mejor. Como si el abandonar su vida de hikikomori le hubiese hecho bien.

Por mucho que le costara asumirlo, y aunque su orgullo se viera dañado, él no se encontraba aislado por gusto, sino por temor. Tenía miedo de volver a ser rechazado como ocurrió cuando sus antiguas amistades lo sacaron del proyecto que habían diseñado, alejándose de él para siempre.

Él tenía consciencia de que en esa situación no fue completamente una víctima. Podía reconocer que no se le daba bien la interacción social, y que en muchas ocasiones se le dijo que era un poco frío en su trato con los demás. Sin embargo, se le hacía difícil asumir su propia culpa.

Debido a su arrogancia, jamás se disculpó con sus antiguos amigos, y esto hizo también que la relación se desgastara al punto de terminar por decidir desechar toda interacción social (directa) con las demás personas...

Pero no, no era momento de pensar en eso. Se levantó de la cama y tomó asiento frente a su computadora, dando un suspiro pesado para luego intentar concentrarse en el proyecto en que se encontraba trabajando, pero era inútil. Por más que lo intentara no podía despegar su mente de Rita... ¿Era la culpa acaso?

A pesar de todas las veces que Rita le había ayudado, él a cambio, no podía más que insultarla, ofenderla tal y como lo había hecho con todo el resto. A veces, le parecía que todos los demás eran molestos, pero ahora, no podía más que pensar que el molesto era él.

Dudó un momento. Quería hacer las paces con Rita de alguna forma (sin tener que darle demasiadas ilusiones). Pero no se le ocurría nada que no dañara parte de su dignidad... ¿Disculparse así de la nada? ¿Mostrar interés en comunicarse con ella para eso? ¿Demostrarle que se encontraba pensando en ella? No... No podía enviarle un mail, ni mucho menos llamarla, pero tampoco había recibido correos de ella últimamente... ¿Será que ya no estaba interesada en él?

I Miss You (Rita x Ryuunosuke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora