I Miss You (Rita x Ryuunosuke)

Capítulo 13: "Propuesta"

Ryuunosuke salió de su habitación, y se dirigió a la cocina de muy buena gana para desayunar. Pero una vez allí, notó que Sorata y Nanami se encontraban cocinando algo con harina. Sus manos se habían topado por alguna razón mientras amasaban, y se estaban mirando fijamente un poco sonrojados.

Le dio repugnancia la situación, pero al sentir que sólo incomodaba, intentó disimular y hacer como si nada al pasar por allí. "Debo estar molestando", se dijo y decidió caminar de vuelta a su habitación. Pero cuando dio un paso para retroceder, Sorata pareció notar la presencia de Ryuunosuke.

— ¡A-Akasaka! — Sorata lo miró nervioso y sonrojado. Como si lo hubiese descubierto en algo terrible.

Nanami también se puso nerviosa, sin saber qué decir. Ryuunosuke simplemente miró a Sorata con seriedad sin decir nada, deteniendo su paso para ver qué tenía que decirle su amigo.

— ¿V-vas a desayunar? Vamos a preparar sakura roll cakes... ¿Quieres acompañarnos? — Sorata todavía se veía increíblemente nervioso, y hasta un poco patético desde el punto de vista del programador.

— No gracias, quizás después...

Ya se le había quitado el hambre con esa escena tan cursi y repugnante. Pero sobretodo, aquella escena le había parecido un poco extraña... Incluso molesta. A veces no comprendía a Sorata, y tenía la sospecha de que él tampoco se comprendía del todo.

Ingresó a su habitación y se dirigió inmediatamente hasta su computadora. Se adentró en un nuevo proyecto de programación, y comenzó a trabajar de inmediato, sin interrumpir su labor.

Luego de una hora, escuchó que golpeaban su puerta. Se trataba de Sorata.

— Akasaka... Ya está listo ¿vendrás a desayunar?

— De acuerdo... — se levantó de la silla pensando que si Rita se enteraba de que habían cocinado con buena intención y él lo había rechazado, le haría algún comentario desagradable al respecto, a modo de crítica.

Salió de su habitación y se topó con Sorata, que aún se encontraba allí.

— ¿Qué pasa, Kanda?

— N-nada... Respecto a lo que ocurrió hace un momento...

Ryuunosuke sabía que se refería al modo en que se encontraba con Nanami. De seguro iba a contarle que se trataba de algún malentendido, pero realmente no comprendía por qué venía a darle explicaciones a él. No tenía nada que ver en ese asunto.

— No entiendo a qué te refieres, pero tampoco me importa. Olvídalo — Ryuunosuke salió de su habitación, pasando por el lado de Kanda y continuó caminando hasta la cocina. Sorata lo siguió caminando detrás, ya más tranquilo.

Cuando llegó al comedor, notó que todos los demás ya estaban instalados, por lo que simplemente tomó asiento y comenzó a comer tranquilamente mientras escuchaba desinteresadamente la conversación y los gritos de los demás.

En medio del aburrimiento, mientras comía comenzó también a observar su celular. Miró de un lado a otro, y al notar que todos se encontraban concentrados en sus propias conversaciones, comenzó a releer su anterior conversación con Rita. Recordó el último audio que Rita le había enviado, y comenzó a sonreír sin notarlo. Aquello le ponía de muy buen humor.

— ¿Dragón? — de pronto, advirtió que Misaki le estaba hablando, así que dirigió la vista a ella, y notó que todos se encontraban callados, con la vista puesta en él. Se sonrojó un poco y guardó su celular compulsivamente.

— ¿Qué pasa?

— Hace rato que te estoy hablando... ¿Vas a venir con nosotros? — todos se encontraban expectantes.

— ... ¿A qué? —muchos se largaron a reír. No comprendía nada, pero se sintió ridiculizado — ¡¿A qué cosa?!

— Cálmate, Dragón — Sorata esta vez le habló — estábamos conversando acerca de ir a la playa, aprovechando que estamos todos y que es fin de semana...

— ¿Bromeas? No tengo ánimos de ir. Además, tengo mucho trabajo que hacer.

— Vamos, Dragón... ¡Te divertirás con nosotros! — insistió Misaki con un puchero.

— Dije no — continuó comiendo.

— Yo creo que ya se divirtió bastante leyendo su celular — comentó Jin en voz baja mientras reía.

Ryuunosuke se sorprendió al observar que Jin también se encontraba allí ese día, y para más remate estaba sentado justo a su lado... ¡Quizás había leído la conversación! Se atoró con la comida un poco nervioso, y tuvo que tomar una gran cantidad de té para tranquilizarse mientras tosía.

Una vez se calmó, se levantó de la silla deprisa y se dirigió a su habitación sin querer dar explicaciones. Se sentó frente a su computadora y sujetó su cabeza con firmeza.

— ¡Diablos! Maldito celular... — sujetó su teléfono con una de sus manos y observó la conversación de Rita, una vez más reproduciendo el último audio que ella le había enviado.

Se dio algunas vueltas en círculo sobre la silla, mientras lo escuchó unas cuantas veces más.

Observó la hora. Ya eran las once y tantas de la mañana. Debido a la distancia que los separaba, probablemente Rita se encontraba durmiendo en ese instante... En Londres serían alrededor de las tres de la madrugada...

¿Cómo se vería Rita durmiendo? De tan solo imaginarla, comenzó a sonrojarse solo... pero su fobia le produjo cierto escalofrío mientras la pensaba. Era impresionante cómo se activaba su ginofobia aún sin estar ella presente... Un momento, ¿por qué estaba pensando tantas tonterías? Parecía que el amor realmente volvía estúpidas a las personas. Dejó de girar en su silla como un lunático y comenzó a trabajar.

De pronto, le llegó un mensaje de Rita. Quizás ella había advertido que él se encontraba en línea en ese instante.

— Ryuunosuke, ¿estás conectado?

— Sí... ¿no deberías estar durmiendo?

— No puedo dormir.

¿Le habrá ocurrido algo malo?, pensó extrañado y un tanto preocupado.

— ¿Por qué? ¿Pasó algo?

— Es que no dejo de pensar en ti... — Ryuunosuke se sonrojó completamente, y sus manos tiritaron un poco.

— Deja de bromear — Ryuunosuke pensó que quizás Rita estaba exagerando. Ella le contestó con otro audio.

— Es la verdad... no puedo dejar de pensar en ti, Ryuunosuke. Esto no me deja dormir... Necesitaba hablar un poco más contigo. La conversación de antes me dejó preocupada.

— ¿Por qué?

Ryuunosuke abandonó su vergüenza y su orgullo por un momento. Ahora sólo se encontraba preocupado por ella. No comprendía qué le pasaba a Rita, pero su voz se escuchaba sincera... y un poco afligida.

Rita pronto volvió a enviarle otro audio.

— No respondiste a mi último mensaje. Sé que dijiste que irías a desayunar... pero de todos modos, estuve esperando a que me escribieras algo. No sé por qué tuve la sospecha de que me dirías alguna cosa al respecto... ¿Sabes? He estado releyendo nuestra conversación, y... Presiento que me mentiste en algunas cosas. Por eso, quiero hacerte una propuesta...

¿Una propuesta? Por alguna razón, esas palabras le atemorizaban un poco. No podía imaginar de qué se trataba, pero supuso que era algo que probablemente iba a rechazar, sino ella no habría hecho tan innecesaria introducción.

— Bien... ¿Y cuál sería esa propuesta?

Rita tardó un poco en contestar.

— ¿Quieres ser mi novio?