Capítulo 5: "¿Tienes que cuidarme?"

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Pasaron varios días sin que Ryuunosuke saliera de su habitación más que para ir al baño y comer de vez en cuando. Los platos afuera de su cuarto aparecían en forma constante, y cuando no alcanzaba a recogerlos a tiempo y habían pasado ya muchas horas, se veía en la obligación de botar la comida. Hubo ocasiones en las que más de dos platos se juntaron, y los demás integrantes comenzaron a preocuparse cada vez más por la salud del residente de la habitación 102.

Para su fortuna (o desdicha), Sorata no había vuelto a irrumpir en su habitación, ni a intentar nuevamente llevarlo a la escuela. Se había limitado a simplemente pedirle algunos consejos para su pitch a través de mensajes por chat, que Ryuunosuke escasas veces se daba el ánimo de responder. En su lugar, pedía a Maid que le respondiera y aconsejara. Jin y Misaki también habían intentado comunicarse con él mediante el chat, pero los resultados eran los mismos. No podía sino ignorarlos. Había vuelto a ser un hikikomori.

Lo peor, es que no había recibido ninguna señal de Rita... Esa situación le desesperaba, y lo llevaba a trabajar constantemente para mantener su mente ocupada y así no pensar en ella.

Apenas finalizaba algún trabajo, comenzaba a dedicarse a otro. Hubo momentos en que estuvo incluso trabajando paralelamente en varios para no dejarse descansar en ningún instante, y Maid-chan comenzaba a preocuparse cada vez más.

Ni el nombre de Rita, ni su apodo como ex-aprovechadora volvieron a salir de la boca de Ryuunosuke durante ese tiempo. Él estaba esperando a que Maid-chan le informara si por casualidad ella intentaba contactarlo... No quería que Maid se enterara de que la razón de su encierro y adicción al trabajo se relacionaban de algún modo con Rita; prefería que pensara que había tomado esa decisión luego de entrar en discusión con Sorata.

Temía que si Maid-chan descubría que Rita le estaba produciendo una suerte de bug en el sistema nervioso, intentara contactarla para contarle lo sucedido y que así ella interviniera y lo llamara... Y aunque deseaba que ella lo llamase, no podía soportar la idea de que Rita decidiera contactarlo por lástima; no podía simplemente, darse el lujo de aceptar que Rita supiera cuánto él la extrañaba.

Sin embargo, Maid-chan ya comenzaba a sospechar la verdad...

Ya habiendo pasado tres semanas desde que no veía a nadie, un día lunes, al salir de su habitación de madrugada se topó con Mashiro, quien se encontraba parada observando en dirección a su habitación, justo al frente de su puerta. Era obvio que de algún modo lo estaba esperando.

Ryuunosuke lo encontró sumamente extraño, ¿qué podía estar haciendo ella ahí? Ellos jamás habían hablado anteriormente, era con la última persona que pensaba encontrarse (salvo por Iori, que nunca le había agradado).

— ¿Qué haces? — preguntó el chico inmediatamente. La chica lo miró inexpresivamente de arriba a abajo y le acercó con sus manos un sandwich evidentemente mal hecho, que Ryuunosuke aceptó con extrañeza.

— Te cuido — respondió ella a secas, con un tono tan inexpresivo como su rostro. Ryuunosuke le devolvió una mirada de molestia.

— No necesito que me cuiden... — dijo el programador, mirando de reojo el pan para ver su contenido y pudo observar que en su interior llevaba... mermelada y tomate.

— Pero estás delgado — respondió Mashiro mirándolo de forma directa.

— Siempre lo he estado — dijo molesto intentando ver cómo continuar con su camino sin rozarla, pero ella continuaba interfiriendo a su paso.

— Estás más delgado que antes — dijo Mashiro llevando la vista al pan que le había entregado.

— Esto es sospechoso, ¿desde cuándo te preocupas por mí? Además... cómo se te ocurre arruinar el tomate de este modo, ¿no te das cuenta de la mala combinación que hace con la mermelada?

— Te gusta el tomate — respondió ella todavía mirando el pan. Ryuunosuke comenzaba a perder la paciencia por no comprender la situación.

— ¿Y eso qué?

— Tengo que cuidarte.

¡Bingo! Esa era la clase de respuesta que el chico estaba esperando. Ahora estaba seguro, definitivamente algo extraño estaba ocurriendo. Tenía la certeza de que esa idea no había nacido por iniciativa de Mashiro.

— Así que... ¿TIENES que hacerlo? ¿Acaso alguien te lo ha ordenado? — la miró en forma sospechosa y ella volvió la vista a Ryuunosuke.

— No puedo decirlo.

— Entonces... ¿eso es un sí? — Hubo una pequeña pausa ante su pregunta, pero Mashiro después de unos segundos se dignó a responder.

— No puedo decirlo.

Dicho esto, Mashiro se alejó a gran velocidad y se encerró en su habitación. Ryuunosuke suspiró aliviado, ya que por fin podría continuar con su camino. Miró el pan con desgano y fue a botarlo al basurero, con un poco de culpabilidad. Últimamente se veía en la obligación constante de estar botando la comida.

Luego, se dirigió al baño y aprovechó de darse un baño. Al salir, Mashiro estaba nuevamente afuera y lo envolvió sorpresivamente con una frazada, dejándolo completamente paralizado.

— Estás desabrigado — dijo mirándolo fijamente — Hace frío.

— ¿Qué está pasando aquí? — se escuchó la voz de Kanda.

Ryuunosuke desvió la vista hacia Sorata y lo vio allí, con una expresión de extrañeza, llevando todavía el pijama y con un cepillo de dientes en la mano. En ese momento, el joven programador redundó en la idea de que la situación se veía un poco sospechosa, e intentó darse a entender completamente nervioso.

— ¡N-no está pasando nada! — Intentó quitarse de encima la frazada, pero Mashiro volvió a colocársela sobre los hombros.

— Tengo que cuidarte — dijo entonces, haciendo que la situación se viera todavía más insólita.

— ¡Ya deja de decir cosas extrañas! — exclamó Ryuunosuke y dejó caer la frazada para dirigirse rápidamente hasta su habitación y encerrarse allí.

Se quedó de espalda, apoyado en la puerta durante algunos minutos un poco asustado, sin comprender qué pasaba, hasta que después de unos cuantos minutos, escuchó que alguien golpeaba la puerta...

I Miss You (Rita x Ryuunosuke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora