Capítulo 1:
Me deslicé por cada escalón de aquella librería, guardando en mi bolsillo las pocas monedas que habían sobrado de mis compras. Giré en la esquina, siguiendo el camino hacia mi casa.
Papá le dio la tarde libre a George, así que tuve que ir a comprar caminando. Las librería más cercana a casa está a una hora, a eso sumémosle lo que tuve que esperar para que me atendieran. Pero finalmente ya voy de camino a casa.
Hacía mucho que no andaba por aquí, mis padres generalmente nunca me dejan salir sola. Quiero decir, está bien, son padres. Y vivimos en la ciudad más grande y peligrosa del país.
Doblé a la derecha y seguí caminando.
Pasé por afuera de un bar, que no tenía la mejor imagen, y traté de ser lo más silenciosa que pude para no tener problemas, pero mi cartulina se resbaló de mis manos y cayó provocando un poco de ruido. Mientras me agachaba a recogerlo, calló mi otra bolsa de materiales. Genial.
-¿Te ayudo?-dijo una voz de hombre detrás de mí.
-No-respondí cortante.
La mejor manera de estas situaciones era evadiendo.
Me di la vuelta y me encontré con unos grandes ojos color miel. Era un chico, no aparentaba más de veinte y cinco años, era muy apuesto, algo más alto que yo y llevaba el cabello despeinado.
-Ah-sonrió coqueto mientras yo terminaba de recoger mis cosas-¿Papá y mamá no te dejan hablar con extraños?
-¿Qué?
El chico bufó, aún sonriendo como un idiota. Se acercó a mí.
-Por tu uniforme, sé que vienes de un colegio muy elegante, y por tu carita…-siguió sonriendo, mientras pasaba sus dedos por mis mejillas, lo que inmediatamente quité-Se que eres hija de papi.
No respondí y me di la vuelta, caminando lo más rápido en la dirección contraria a ese estúpido.
-¡Hey!-gritó el idiota- ¿Me invitas a almorzar con los suegros?-preguntó mientras se ahogaba en su propia risa.
Caminé aún más rápido y doblé de cuadra, para dejar atrás al imbécil. ¿Qué se creía? ¿Quién era ese idiota? ¿Acaso tengo cara de ser hija de papi?
Mierda. Estaba enfadada.
Prácticamente corrí el resto de cuadras que me quedaba para llegar a mi casa.
Abrí la puerta de mi casa y entré.
Como siempre, la casa estaba sola. Mis padres son empresarios, viajan mucho y siempre están en reuniones. Le pagan a la señora Kelly para que haga las cosas en la casa. Ella es casi mi abuela.
Cuando cumplí quince años, mis padres me regalaron a Santiago, mi perro, un pastor alemán. Es él con quien paso mis tardes. Él es mi compañía.
¿Así que, hija de papi? Para nada.
Subí a mi habitación, y agradecí que fuera viernes, estudiaba duro toda la semana para poder ir a la universidad, a la que solo me quedaba un año para entrar.
Sentí unos pasos y vi a mi perro inclinarse hacia a mí.
-Hola campeón-dije acariciándolo-Prometo que mañana te saco a pasear.
Mi perro pareció entender mis palabras, y salió de la habitación. Mis padres llegaban generalmente pasado las diez de la noche, y no les gustaba que el perro estuviera adentro.
Sentí mi celular vibrar y contesté, era mi mejor amiga, Jazmín.
-¿Qué pasa?-hablé.
-Tengo planes para ti mañana, así que deja esos cuadernos chica.
Sonreí.
-Paso por ti a las nueve.
Genial. El año estaba casi terminando, y yo no era una chica solo dedicada a los estudios.
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I knew you were trouble {Justin Bieber} EN PAUSA :(
Fanfiction"Conozco a las de tu clase, eres una típica niña de papá, no temas, te haré vivir la vida, déjame mover tu mundo. Te prometo que si estás conmigo, te protegeré con mi vida" Antonella Valdivieso, una chica tranquila del barrio alto de Santiago de Chi...