Capítulo 5

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Capítulo 5:

No, esto no podía ser. Él estaba en todas partes. Era como si el destino nos juntara. El idiota sonrió coquetamente, cómo solía hacerlo. Se paró de su asiento y caminó hacía mí.

Dios, detenlo ahora. Detenlo, por favor. Mi corazón latía rápido y desenfrenado. Mis hormonas se alocaban, al igual que mis pensamientos. Pronto sentí su presencia, con la que me había ilusionado esta tarde.

Su mirada me recorrió de pies a cabeza, intimidándome, y sin importarle las miradas de nuestros amigos. Justin parecía extrañado, algo le incomodaba pero seguía manteniendo esa estúpida sonrisa en su rostro. Se detuvo a un par de centímetros de mí, mirándome fijamente a los ojos.

―     ¿No que tenías planes para esta noche, bonita?-susurro lo suficientemente bajo para que sólo yo escuchara.

Claro, eso era lo que le molestaba. Le había dicho que no saldría y menos con él. Pero las casualidades seguían juntándonos.

―     No me dijiste que tenías una cita-protesté.

Pronto, era como si todo el mundo se detuviera y solo fuéramos los dos, mirándonos, reclamándonos. Sus ojos examinaban los míos de una manera provocadora, de una manera en la que solo Justin podía hacerlo.

―     Ryan me llamó esta tarde, diciendo que me tenía una cita pero no estaba seguro si venir-susurró coquetamente con su estúpida voz sexy- Aunque si hubiera sabido que mi cita eras tú-levantó su mano lentamente y acarició mi mejilla con sus dedos-No lo habría dudado ni un segundo, Ángel.

Quité lo más rápido que pude sus dedos de mí.

Él hizo una mueca, pero seguía sonriendo. De pronto me di cuenta de que no estábamos solos, Ryan nos observaba confuso sentado desde la mesa, y Jazmín estaba detrás del imbécil, con una cara de dos metros. Empujó a Justin y se acercó a nosotros, más que nada a mí, y sentí sus interrogantes con su mirada.

―     ¿Ustedes se conocen?-canturreó.

Justin sacudió la cabeza y volvió a poner su vista en mí, incomodándome como siempre. Hizo una media sonrisa coqueta, típica de él.

―     Nos hemos topado un par de veces- respondió por mi-¿Qué tal si nos sentamos?

Jazmín sonrió satisfecha, esto le ahorraba mucho. Lo único que quería era conseguirme un novio. Pero Justin no era precisamente lo que yo necesitaba. Ella se sentó al lado de Ryan, aún sin quitar sus interesados ojos sobre mí. Mire sus labios diciendo “no la cagues” en el idioma en el cual solo yo entendía. Sonreí para mis adentros.

Justin se acercó a la mesa y mirándome alzó su mano, indicándome que pasara. Suspiré, sabía que esto no estaba bien.

Pero de todos modos ignoré a mi cerebro y pasé al banco para sentar al frente de Ryan y Jazmín. Justin se sentó a mi lado cuando yo hice lo mismo. Esto era incómodo.

Todos nos mirábamos sin saber que decir, a pesar de todo el ruido que había en aquel lugar, en nuestra mesa no se escuchaba nada más que silencio. El mozo se acercó con una libreta y un lápiz. ¿Aquí había mozo? Tal ves no era el lugar mala clase que yo pensaba.

―     Quiero una cerveza ¿y tú?-Ryan preguntó a mi amiga, ella asintió. Diablos Jazmín ¿desde cuando bebes?- Bien, ¿Antonella?

―     Un coca cola, por favor.

―     Yo quiero lo mismo-Justin le interrumpió antes de que pudieran preguntarle, pedazo de imbécil.

Ryan hizo una mueca, disgustado. El camarero asintió anotando y se alejó. Y volvió el incómodo silencio. Jazmín me observó por unos segundos, sabía exactamente lo que quería.

―     Ellos ya se conocían- susurró a Ryan en un tono en el que todos escuchamos-¿Qué te parece?

Este sonrió confuso, pero igual de satisfecho que su novia. Justin se acomodó a mi lado y se giró a verme. Con su típica mirada coqueta, que me daba nauseas. Coloqué un mechón de mi cabello detrás de mi oreja para esconder mi nerviosismo.

Aunque dudaba rotundamente que se diera cuenta del calor de mis mejillas debido a la luz del lugar.

―     Nunca pensé que eras chica de estos clubes-canturreó.

Para ser sincera, yo tampoco. Me acomodé sobre mis codos doblando mis brazos y apoyándome en la mesa.

―     No lo soy-contrapuse. Él hizo ese gesto, ese que odiaba y adoraba a la vez.

Ryan se giró hacia mi Jazmín, dándonos obviamente privacidad. Pero ella seguía observando, típico de mejor amiga.

―     Por cierto-susurró Justin-Aún no me dices tu nombre.

―     No tengo porqué hacerlo.

―     Deja de estar siempre a la defensiva, chica-frunció el entrecejo-Y tienes que hacerlo, eres mi cita.

Si, tenía razón. Miré hacia abajo evitando sus ojos mieles. Pero él seguía observándome, con la media sonrisa que solo él sabe hacer. Pensé por unos segundos, suspirando.

―     Antonella-dije al fin-Antonella Valdivieso.

Hice un gesto con las manos levantando mis cejas y volví a mirarlo.

―     Así es como me llamo-repetí suspirando.

Él rió, creo que era la primera vez que lo hacía conmigo presente. Lo observé fijamente, tal y como el hacía conmigo. Parecía el típico chico que se acostaba con todas, y a la mañana siguiente no se acordaba ni de sus nombres.

―     Mucho gusto, Antonella-se acercó y tomó mi mano, dándole un ligero apretón-Soy Justin, Justin Bieber.

Asentí y quité mi mano de la suya. No soy de contacto físico con otras personas. Él sonrió mientras que el camarero volvía con nuestras órdenes. Puso nuestras coca colas a cada lado al igual que las cervezas.

―     ¿No bebes, Justin?

―     Solo a veces, cariño.

―     También fumas-critiqué.

El frunció el ceño, yo estaba en lo cierto, lo había visto fumar dos cigarros apenas esta tarde. Finalmente asintió, dándome la razón.

Miré a mí alrededor, el paisaje no había cambiado. Había gente joven en todas partes, bailando y bebiendo. No, yo no debía estar aquí.

―     Así que Justin-susurró Jazmín-¿A que te dedicas?

La sonrisa de él volvió, la coqueta sonrisa para ser más franca. Justin me miró unos segundos y luego se apoyó en la mesa.

―     Negocios, al igual que Ryan.

¿Qué clase de negocios? ¿Así que si era traficante de órganos? No me atreví a preguntar, mordí mis labios para no hacerlo.

Jazmín bebió su cerveza de un sorbo y cogió la mano de su novio.

―     ¡Amo esa canción!-gritó llevándose a Ryan a la pista de baile, lo que me hizo reír.

Justin se giró completamente hacia mí y me interrogó con la mirada. Tomó un trago de coca cola y volvió a sonreír.

―     ¿Qué me dices de ti, Antonella?-enfatizó aún más al decir mi nombre, bastardo.

Fruncí mis cejas y jugué con mis dedos, ¿Qué podía decir? Él sonrió coquetamente y volvió a beber otro sorbo.

―     ¿Aún estás en el colegio?-asentí-No hablas mucho ¿verdad?

Me incomodé aún más. No, yo hablaba, pero había algo que en él que me intimidaba. Miré hacia la pista de baila, donde estaba Jazmín girando desenfrenadamente con su novio. Demonios, amiga. ¿En qué me has metido?

Justin se levantó de su asiento y volvió a mirarme.

―     Tal vez con un poco de alcohol hables.

―     Yo no bebo-ataqué fríamente.

―     Tengo una apuesta para ti, cariño-me giñó un ojo y se perdió entre la multitud.

I knew you were trouble {Justin Bieber} EN PAUSA :(Donde viven las historias. Descúbrelo ahora