Capítulo 23

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PRIMERO QUE TODO, SÉ QUE DIJE QUE DEJARÍA LA NOVELA, PERO AHORA VOY A SEGUIRLA ¿PORQUÉ? PORQUE SOY EXTREMADAMENTE RARA JAJAJA. NO LO SÉ, COMO QUE ABRÍ EL WORD Y ME PUSE A ESCRIBIR. ADEMÁS, SE LO MERECEN. NO PUEDEN QUEDAR EN LA MITAD DE UNA HISTORIA, PORQUE A MÍ TAMPOCO ME GUSTARÍA QUE ME HICIERAN ESO, ASÍ QUE VOY A TERMINAR LA NOVELA.

TAL VEZ SUBA UN CAPÍTULO MAÑANA, PERO CORTO, PORQUE EL VIERNES TENGO PRUEBA DE MATEMÁTICAS  ):

GRACIAS (:

Capítulo 23:

Maldición. ¿Qué demonios estaba haciendo Alex aquí?

Me tensé inmediatamente, todo en mí se revolvió. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Jazmín se dio la vuelta, mirándome, mientras apretaba mi mano con cierta calidez.

―     Tranquila-susurro-No te hará daño.

Yo asentí levemente.

―     ¿Quién no le hará daño?

Esa voz apareció en mi cabeza haciéndome olvidar todo. Justin, ¿habría visto a Alex? Aunque de cualquier manera, los hombres no son estúpidos.

Sinceramente no supe que responder. Miré a Jazmín, para que me ayudara, pero la maldita ya se había escapado ¿dónde están los amigos cuando se necesitan? Bufé.

―     Nadie-mentí. No quería hablar del tema, menos con Justin.

Me giré a mirarlo y tratar de fingir que estaba bien. Él levantó las cejas, lo que podía significar dos cosas: yo era muy mala actriz, o él muy inteligente.

Optaba por ambas.

―     Antonella, no soy idiota-dijo con voz despreocupada-¿Quién es él?

Yo suspiré y miré hacia otro lado, mientras intentaba pensar en algo, algo para engañarlo. Pero era algo imposible, así que busqué las mejores palabras para responder con la verdad.

―     Mi ex.

No quise mirar a Justin, no quería ver su expresión. Para mi sorpresa, el se mantuvo calmado.

―     ¿Te hizo mucho daño?

Demonios, Justin. Que no quiero hablar de eso.

―     Algo así.

Ambos nos quedamos así por un momento, dejando hablar al silencio. Yo no tenía nada que decir y él parecía pensar mucho en lo que iba a decir.

―     Creo que ya tengo competidor para mi próxima pelea.

Sonreí.

Justin y su extremadamente tierna posesividad. Me giré a mirarle, mientras él me abría sus brazos a los que no dudé ni un segundo en entrar.

Era el lugar más cálido del mundo.

Y frío, a la vez. Pero también, era de esos lugares en los que sabes que estarás protegida, y querida, sin importar que.

Cuando volví a ver a Jazmín, Ryan ya había terminado la carrera y ganado, gracias a Dios. Estábamos los cuatro charlando animadamente afuera de los autos de los chicos. Ryan hablaba tantas estupideces que ya me dolía la cara de tanto reírme.

Justin sostenía mi mano con ternura, con la calidez que sólo él podía dar.

Alguien se aclaró la garganta. Ambos nos giramos a ver.

Oh no.

Maldito Alex.

Justin se tensó inmediatamente, y yo también. Su mirada era seria, y fija en Justin y en nuestras manos juntas.

―     Quiero competir contigo-dijo fríamente, sin cambiar la mirada.

Justin reflexionó un par de segundos, sin saber que responder. Estaba segura que por su mente pasaban mil tipos de asesinatos.

―     ¿Cuál es el premio?

Él me miró.

―     Ella.

Justin bufó inmediatamente, tratando de esconder su ira y guardar la calma para no ir a golpearlo.

Ya lo conocía demasiado bien.

―     Eres estúpido se crees que voy a apostar a mi novia.

Justin no le dio más importancia al tema, pero Alex sí.

―     ¿Tienes miedo de perder?

―     Jamás.

Justin me miró para dar una respuesta, yo asentí. Sabía que Justin era bueno, así que quería verlo dándole una patada en el culo a Alex.

―     Bien.

Ambos caminamos hacia el Lamborghini de Justin. Cuando estuvimos arriba, él me miró expectante.

―     ¿Estás bien, Ángel? Estás pálida.

Yo asentí.

―     ¿Estás seguro de lo que estás haciendo?

Justin rió y besó mi frente.

―     Ángel, nunca he perdido y no lo haré esta vez, no frente a un niño rico consentido. Estás con un hombre de verdad ahora.

Yo sonreí. Joder, como me encantaba.

Me acerqué a él y lo besé. Juro que jamás me cansaría del dulce sabor de sus labios, que no se comparaban a nada.

―     Eres mi premio ¿lo sabes?

Yo asentí, y volví a besarlo.

Justin encendió el auto y avanzamos a través de las personas, que abrían paso para dejarnos pasar. Sin duda este automóvil llamaba la atención de todos.

Había una larga calle principal, donde no se veía absolutamente nada. Todas las personas se colocaron alrededor de la calle, esperando que comenzara la carrera.

Justin ocupó la vía izquierda, a los pocos segundos, Alex llegó en un deportivo rojo. Su vidrio estaba abajo  y daba directamente conmigo.

Él imbécil me sonrió, dándome escalofríos. Pero ira a la vez. Si pudiera matar a alguien, él habría estado muerto hace mucho.

―     Voy a recuperarte pollito.

Yo bufé.

Justin sonrió de oreja a oreja.

―     Ahora vas a aprender, pedazo de idiota, que yo no comparto a mi chica.

Sonreí, subiendo el vidrio, no quería ver más a Alex.

Llegó una rubia a un lado de nosotros. Con shorts y un diminuto top. Joder, y yo estaba congelada. Se ubicó al medio de los dos automóviles, que ya hacían competencia entre quién sonaba más.

Ella abrió los brazos a ambos lados, sonriendo.

―     A la cuenta de tres comienza la carrera-gritó-¿Estás listo?

Apuntó a Justin. Él dio un leve asentimiento.

―     ¿Listo?

No me giré a ver la respuesta de Alex.

―     Uno…dos…-sonrió coqueta-¡Tres!

Antes de que pudiera racionar, fui arrasada por la velocidad del auto, y lo único que lograba oir eran sus estrepitosos ruidos junto con el de la multitud.

I knew you were trouble {Justin Bieber} EN PAUSA :(Donde viven las historias. Descúbrelo ahora