I knew you were trouble {Justin Bieber} EN PAUSA :(

Capítulo 17

Capítulo 17:

 *Narra Justin:

 Jazmín se tiró contra mí apenas entré en la casa de Christian, apuntando sus pequeñas manos en mi pecho.

―     ¡Eres un bastardo!-gritó furiosa mientras Ryan trataba torpemente de alejarla de mí-¡¿Cómo se te ocurre hacerle eso a mi amiga?!

―     Calma a tu chica Ryan-dije apartándola del camino para buscar a Christian, debía hablar con él urgente. El jefe nos había dado un nuevo trabajo.

Ella me siguió enojada y volvió golpearme. Parecía no saber que sus golpes no me hacían el menor daño.

―     ¡Cerdo!

―     Hey, fue tuya la idea de que saliéramos, tú sabías perfectamente quien era yo, así que ahora no me vengas con cuentos-hablé duramente, esta chica comenzaba a hartarme, como si yo no me torturara lo suficiente por el tema de Antonella.

 Christian no estaba en ninguna de las habitaciones, maldito. Hoy era la pelea y yo no estaba en condiciones de hacerlo. No había dormido bien desde el sábado, probablemente porque dormí en mi incómodo auto afuera de la casa de Antonella.

Sin razón alguna, sentía que necesitaba cuidarla, sobre todo desde ahora que sus padres se habían ido de viaje. Ryan me informaba de todo lo que pasaba con ella. Esa era la ventaja de que su mejor amiga fuera novia de mi mejor amigo. Entré a mi habitación y me cambié de ropa, luego de ducharme. Era estúpido porque después de la pelea tendría que volver a bañarme, pero el que el agua fría recorriera mi cuerpo, me hacía olvidar los problemas, sólo por un momento.

Acomodé en mi bolso mi short de buzo, una camisa, toalla y desodorante. Todo lo que necesitaba para pelear. Cuando bajé Jazmín estaba calmada, sentada en el sofá al lado de Ryan.

―     Eres un cobarde-dijo apuntando hacia a mí-Al primer problema, huiste.

Ya, esta chica colmó mi paciencia.

―     Escucha niña, no fue un problema-traté de calmarme pero fue imposible-Si supieras de lo que hablas, estarías consciente de alejar a tu amiga fue lo mejor que pude haber echo.

Ella abrió los ojos, confundida.

―     Así que ahora quiero que dejes de joderme y meterte en mis asuntos.

Tomé el bolso y salí de allí. Subí al porsche y manejé hacia el único lugar que me calmaba; la casa de Antonella. Como era de día, me estacioné a una cuadra de allí, y me pregunté ¿Qué mierda hacia ahí? ¿Acaso ella me importaba?

Mis dudas desaparecieron cuando vi un auto negro estacionarse afuera, y toda mi atención se concentró en eso. No conocía ese auto, así que por lo menos no era de Luciano. Una puerta se abrió y salió la chica más linda que jamás había conocido. Y me torturaba a mi mismo por convertirme en un maldito romántico.

Antonella bajó del auto con una mochila al hombro y movió dulcemente la mano al chofer, aunque no logré identificarlo. El vehículo desapareció y ella se acercó a la puerta, buscando sus llaves en su mochila, esta estaba llena y la cambiaba de un lado a otro para equilibrar su peso. Por un minuto deseé ser quien la trajera del colegio y cargara su mochila por ella.

Estúpido, pensé, eres un estúpido. Tu jamás podrías hacerla feliz. 

Ella logró abrir la puerta e inmediatamente salió su perro a su encuentro. Me acordaba de él. Santiago. Gracias a él logré verla por segunda vez. Antonella entró a la casa, pero Santiago pareció verme, o tal vez olerme, debido a la distancia. Miró hacia mi dirección intentando decirle algo, sin embargo ella lo entró a la casa tironeándolo de su collar. Di gracias a Dios porque no me vio.