Capítulo 13

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Capítulo 13:

 Él estaba parado en mi puerta como su típica sonrisa coqueta. Llevaba una chaqueta oscura y jeans. Su cabello estaba desordenado y se veía condenadamente sexy. Se acercó hacia mí, levantó su mano y me entregó algo que tenía escondido. Era una rosa blanca.

Me sonrojé. No me esperaba gestos tiernos por parte de él.

―     Ángel-susurró suavemente-Te ves hermosa.

 Me acerqué y besé tiernamente su mejilla. Su olor desde más cerca era mejor. Cerré la puerta con llave y luego las guardé en mi cartera junto con la rosa. Volví a mirarlo.

―     ¿Lista?-asentí

 No sabía a donde me llevaría Justin, y quería que se mantuviera así, como sorpresa. Me abrió la puerta para subir a su porsche negro, me intrigaba ver el lado caballero de Justin. Se subió y comenzó a manejar lejos de ahí. Encendió la radio y jugueteó con las teclas un momento, para luego dejar la canción “Iris”

―     Nunca he tenido una cita-confesó con el ceño fruncido y me miró de reojo-Te llevaré uno de lugares a los que suelo ir, espero que no te decepciones.

Sonreí. No creía que eso sucediera, Justin aún con la cosa más mínima me sorprende. Cruzamos muchas calles. Santiago es una ciudad muy grande y con más de treinta comunas, y yo vivo en la más lejana.

Poco más cerca del centro, Justin dobló de dirección y llegamos a unas calles no muy acogedoras. Todo estaba oscuro siendo que aún estábamos en el crepúsculo. Avanzó un poco y estacionó el vehículo afuera de un local que no pude descifrar su nombre. No me sorprendería que ahí adentro traficaran droga.

Él me miró expectante, esperando mi reacción. Traté sólo de calmarme y confiar en él, este lugar no podría ser tan malo. Se bajó del auto y como todo caballero se giró a abrir mi puerta, mientras tomaba mi mano. Entrelazó tiernamente sus dedos con los míos.

Lo miré. Él parecía despreocupado y sin rastro de nervios, tan natural. Todo lo contrario a mí. Caminamos hasta llegar a la vereda. El lugar seguía sin agradarme. Nos acercamos al local en el que nos detuvimos, estaba lleno de grafitis y en mal estado. En la parte superior habían unas desgastadas letras indicando su nombre “The river club”, pensé que en algún tiempo esas letras brillaban, pero ya no lo hacían. Apenas se distinguían.

 Justin caminó tranquilamente empujándome hacia adentro. Cuando mi mano se alejó de la suya, se volvió a mirarme preocupado.

―     ¿Qué pasa?

Me observó de reojo y con el ceño fruncido, tratando de descifrar mi rostro.

―     ¿Es… seguro?

Hice un gesto indicando el lugar. Las líneas en la frente de Justin desaparecieron mientras sonreía coquetamente.

―     Ángel-dijo tratando de sonar dolido por mi desconfianza en él.

―     Está bien, está bien.

 Volví a tomar su mano mientras regresaba su sonrisa de idiota. Pero debía admitir que la adoraba. Entramos al local y lo primero que me abrumó fue el olor. Cigarro y alcohol. Todo era muy parecido al club de la semana pasada.

Habían muchas personas, tanto hombres como mujeres, pero la mayoría de ellas parecían prostitutas.

Lo que me llamó la atención, fue lo que hacían. Parecía ser un parque de diversiones, pero sin diversión y sin parque. Sólo la parte de los juegos.

Habían mesas de pool, futbolito, videojuegos y cosas por el estilo.

―     Suelo venir aquí cuando estoy aburrido-susurró Justin en mi oído causándome escalofríos-Es un mini casino.

I knew you were trouble {Justin Bieber} EN PAUSA :(Donde viven las historias. Descúbrelo ahora