〘Can't live without you〙.

Capítulo 5.

Tenía un poco de frío, ya veía venir el invierno poco a poco. Estaba sentado en una banca afuera de una pequeña librería esperando a que llegase Leo que estaba retrasado para la cita.

Pensaba en irme ya, pero algo me detuvo.

—¡Hey! ¡Kook! —escuche gritar a Leo— Lo siento... mi trabajo —se sentó en la banca jadeando de tanto correr—.

—No te preocupes —sonreí al verlo así— Al menos ya llegaste.

—Pero aun así lo siento, ven, te compraré un helado —tomo mi mano y jalo de ella; yo me levante de la banca y seguí sus pasos—.

Cerca de donde nos encontramos había una heladería.

—¿Qué sabor te gusta más?

Había descubierto mi debilidad por los helados y siempre me compraba uno cuando llegaba tarde o hacia que me enojara.

—Todos se ven tan deliciosos —sentí mi boca hacerse agua al ver todos los sabores que habían— ¡Quiero de todos!

—No Kookie, sólo uno —rodeo mi cintura con ambos brazos—.

—Tacaño... —bufé—.

—No lo soy, no quiero que te enfermes.

—Está bien —asiento y nos acercamos al mostrador donde pido un helado de chocolate— Tú vas a pedir uno también, ¿no? —voltee a verlo con una sonrisa—.

—Sí, igual de chocolate.

Pedí los dos helados al señor que atendía, después de dárnoslo fuimos a una mesa a sentarnos. Nos quedamos platicando hasta terminar nuestros helados.

—Entonces el cayó tan gracioso que sacamos lágrimas —parecíamos unas focas riéndonos de lo que decía sobre Jimin, pero no me importo, disfrutaba de momentos como este—.

—Que gracia... ah —Leo trato de calmar su risa con un suspiro— Kookie, tengo que confesarte algo.

El ambiente se transformó repentinamente a uno muy nervioso.

—¿Qué es? —soné los más tranquilo que pude—.

—Estoy enamorado de ti.

Al escuchar aquello me atragante con el helado. Un calor muy familiar recorrió mis mejillas, obviamente me he puesto rojo como un tomate seguramente.

—Yo... esto... —jugué con mis dedos hasta que él puso la mano sobre mi barbilla e hizo que lo mirara a los ojos—.

—Por favor, se mi novio —se acercó tanto que nuestros labios rozaban—.

—Leo... está bien, acepto —sonreí y le di un pequeño beso en los labios—.

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Escuche mi teléfono sonar. Era un mensaje de mi novio Leo.

"Kook, ¿podríamos salir a las 4? Tengo ganas de verte"

"Claro, vienes a recogerme", suspiré mientras volvía a leer su mensaje.

Leo es una persona que fácilmente podría enamorarte, a pesar de tener un rostro sin ninguna expresión facial, es perfecto.

Hoy era día de descanso de mi trabajo y la verdad no quería quedarme en casa, así que fui a mi cuarto a cambiarme mi pijama. Tome lo primero que vi en el armario. Me arregle bien el cabello y me senté en la cama a esperar que llegara.

Después de varios minutos el timbre sonó. Baje a abrirle a Leo, pero en realidad no era él.

—Hola, Kookie —esa maldita voz, su perfume que aún seguía rondando de vez en cuando en mi memoria— ¿Cómo has estado? 

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