Capítulo 7: Thalía, con la misma moneda

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Thalía

Ay, no puede ser, acabo de jalar el año, sabía que lo de cambiarme de escuela era una malísima idea, así quizás mi padre pueda volverme a anterior escuela.

Pero no, a mi padre cuando se le mete algo a la mente, no hay quien se la quite, excepto mi madre, si tan solo siguiera aquí. Pero ya, no es tiempo de hablar del pasado.

Mi nombre es Thalía Zafiro Torres Zajir, tengo 16 años y odio mi nueva escuela. En mi anterior escuela yo era la chica más cotizada por los chicos, tenía tantas amistades, de las buenas por cierto. En cambio, en esta escuela de nerds o de padres de billetones, soy una doña nadie, es más, me ven como la rarita que ni beca tiene y está de colada. No pertenezco aquí.

Nunca olvidaré como pasó. Estaba hablando con Nathaly, mi mejor amiga, por whatsapp, cuando mi padre sin tocar la puerta, va a mi habitación a darme está noticia.

-Thalía, cámbiate, nos vamos a la escuela-me dice rápidamente

-¿A la escuela?, pero acabo de regresar de ahí-respondo dudosa

-No a tu escuela de muertos de hambre-continua con cierto desprecio-a otra escuela, a una de alta alcurnia como diría tu madre.

-Me estás diciendo que...-contesto algo asustada por lo que diría

-Te cambiaré de escuela, no me lo agradezcas, yo sé lo que es mejor para mi hija-dice mi padre en aires de grandeza

-...-Me quedé sin habla.

-Lo sé mija, te deje sin habla por la emoción, pero ya, cámbiate, te espero en la sala, no te tardes, bye-prosiguió mi padre al ver que no dije nada

No quiero, no quiero. Pero mi padre nunca me ha considerado una rabieta, como que cuando hago una se le olvida que soy su hija y me dejaría en medio del bosque para que me calle. No funciona.

No me quedó de otra que hacerle caso. Llegamos y oficialmente estaba en esa escuela, pero también oficialmente ya no formo parte de mi primer colegio. Así que, estuve como una semana sin ir a clases. Eso fue lo único bueno.

Ya estábamos mi padre y yo, a terminar de llenar algunos papeles cuando el subnormal de Timoteo, toca mi puerta, yo lo vi todo desde mi ventana, odio que mi padre sea tan amable con él y que le dé lujo de detalles el porqué de mis faltas. Su cara cuando mi padre le contó todo fue como para una foto. Pero qué voy a estar yo tomándole foto a un idiota como él.

Como despedida, pasé una pijamada de dos días en la casa de Nathaly, la voy a extrañar a esa fea malhablada, pero así la quiero. Sus ideas conspiracionistas para que no me cambie de escuela hicieron que esté al borde de las lágrimas, bueno ella y yo lloramos a mares cuando terminó la pijamada.

Ni que decir de escuela. Fui a despedirme de mis compañeros y me rogaban para que no me fuera y muy botada yo, me hacía de rogar. Aunque si por mi fuera, seguiría aquí.

Ya en mi nueva escuela, estaba decidida a ganar la misma fama que gané en mi anterior escuela. Pero solo gané burlas y desprecio, cuando no hice más que presentarme dando a relucir mi belleza. Fue horrible. Hasta que en medio de la clase, un alumno me da un papelito que decía algo así:

Oye, irresponsable, no sé como hiciste para ir a tu aula, pero debiste ir a la dirección para que te digan tu aula, tus horarios y quien será tu tutor para que subas tus notas, porque si no lo haces te irás de aquí. Pues yo soy tu tutor. En el recreo hablamos en la biblioteca.

¿Tutor? ¿A qué se refiere con eso?, será mejor que vaya a la biblioteca y lo averigüe, por cierto, ¿cuántas avenidas debo caminar para llegar a la biblioteca?

La Guardiana Legendaria (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora