Capítulo 17: ¿Donde está la fe?

41 5 2
                                    

No sé cómo ni por qué, pero sin duda ya no estoy en la casa de Michael. Todo está oscuro, me siento como encerrada aunque no tenga ninguna pared cerca. En el techo parece haber una especie de luz que permite siquiera ver la palma de mis manos. ¿Dónde estoy? Esto no tiene sentido.

-Espero que puedas perdonarme-¿eh? ¿Acaso ese es Michael? Pude oírlo pero no lo vi.

-¿Perdonarte por qué? Eso fue lo mejor que me ha pasado en la vida-Esa no era yo.

-¿En serio? ¿Realmente te gustó? Es la primera que beso a alguien y la primera vez que me gusta alguien. -Sí, muy lindo Michael, pero yo no siento lo mismo, aunque nunca pensé ser tu tipo y escucharte nervioso.

-Te soy honesta, yo también. -Era mi voz, sin duda, era mi voz con una extraña sutileza, pero yo no pronuncié  eso, entonces quién...
No, no puede ser, qué, qué estoy haciendo aquí, es imposible, no.

No puede ser que finalmente...

-Me haya apoderado de ti, pues creelo, y deja de hablar que yo solo lo hacia cuando estabas sola, hazme el favor de callarte ¿sí?  -Al parecer, esa era Angie hablando conmigo fastidiada como si estuviera hablando con su propia mente.

-No me callaré y menos porque tú lo dices, no es correcto lo que haces -le conversé-. El problema es conmigo, no con él. Su personalidad no me agrada para nada pero Michael no merece que juegues así con él. No permitiré que involucres a terceros.

-¿Terceros? Claro, tenías que ser estúpida y por eso no lo entiendes. ¿Quieres que te lo explique paso a paso para que tu diminuto intelecto comprenda?

-Según tú, ¿cuál es eso que debería entender?

-Ah pues...

-¿Dolores? -era Michael, puedo oírlo con una voz preocupada, deberas le importo-, Dolores ¿estás bien? Hace rato que noto tu mirada perdida, ¿acaso dije algo malo?

-¿Qué? Oh no, tú no hiciste nada, solo estuve distraída hablando conmigo misma -le habla a Michael, usando mi voz y mi cuerpo como si fuera suya.

-Será mejor que acomode todo para dormir -ofreció Michael.

-Te ayudo. -Pero qué buena eres Lola, perdón Angie.

Al día siguiente, me voy, o más bien, Angie se va a mi casa. Este trueque no me está gustando.

Yo debería estar con Timmy hablando sobre nosotros o con Deysi para explicarle todo, pero Angie está perdiendo el tiempo con Michael. Veo como mis notas disminuyen a más no poder y no puedo hacer nada.

Mis padres, parecen más bien mis enemigos, Angie los trata muy mal y hasta los insulta.

-¿Qué te está pasando, hija? ¿acaso son las hormonas de la adolescencia? -me preguntó mi mamá uno de esos días, o más bien, le preguntó a Angie.

-Nada que te importe, me tengo que ir  -respondió horrible Angie a mi mamá ante sus palabras, usando mi voz. Ojalá puedas perdonarme, te amo.

Cada vez siento más frío, siento que ya no puedo respirar. Supongo que así se sentía Angie cuando yo era quien gozaba del exterior, por eso será que me odia tanto. Y yo a ella por devolverme el favor.

-Esto no se va a quedar así ¿entiendes? -le hablé al estar ella sola en mi habitación.

-¿Qué harás al respecto?  Llorar hasta que me apiade de ti, seguro. Yo me estremecía de dolor ahí y tú no podrás sobrevivir por mucho tiempo, no como yo lo hice. -me respondió Angie como si hablara con su mente.

La Guardiana Legendaria (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora