Capítulo 9: ¿Respuestas?

63 8 4
                                    

Lola

Fue difícil que mis padres me prestaran atención, lo de la mina les quita mucho tiempo que usaban en mí.

-Mamá, ¿estás segura que lo de mi marca en la espalda no es una enfermedad? -le pregunto mientras aprovecho que está descansando de sus deberes.

-¿Por qué lo dices? ,¿acaso te pasa algo? ¿te sientes mal? -me responde mi mamá  preocupada pero desesperada de cambiar de tema con otra pregunta.

-Sí mamá, estoy bien, sólo que hasta ahora no me lo puedo creer que tenga una marca tan perfecta en forma de sol y que no sea hereditaria-contesto dudosa.

-Hay hija, ya hemos hablado de eso-me replica mi madre algo fastidiada-el doctor dice que solo es una marca de nacimiento, así casualidades de la vida.

-Entonces quieres que crea que cada vez que toca el sol se agrande y se vea en mi muñeca exactamente igual que la de mi espalda no es más que una casualidad de la vida-digo molesta

-Es una anomalía del cuerpo, extraña sí, pero no es mala y no afecta en nada tu salud.

-Claro que lo hace, no de manera física pero sí psicológica.

-¿A qué te refieres?

-Que últimamente he tenido sueños dónde una voz femenina me dice que está marca que tengo en mi espalda define lo que soy.

-¿Te ha dicho su nombre? ¿haz visto su apariencia de esa extraña voz?

-Dice que mostrará su presencia cuando esté lista y no sé en qué debo estar lista. Mamá si sabes algo solo dímelo, no puedo dormir tranquila por este acontecimiento, finjo que todo está bien pero ya no puedo más.

-Hija, sé que crees que te estamos ocultando algo, pero la verdad solo te decimos lo que hemos averiguado sobre ti y lo que nos han dicho a nosotros, créeme que si pudiera quitarte esa incertidumbre que tienes ahora lo haría sin importar qué, ¿o no cielo?

-Así es-se acerca mi padre hacia nosotras y me acaricia la cabeza-pero creo que ya es hora que sepas otra cosa más que nos han contado, puede que explique esa extraña voz, como puede que no. 

-Dímela entonces-respondo emocionada.

-Esta bien.

Hace algunos años, antes de que nacieras, yo tenía un hermano mayor que era un científico retirado. Vivía en una ciudad muy lejos de aquí, actualmente ese lugar está abandonado.

Él se llamaba Dimas y a pesar de que gozaba de una buena jubilación, no se cansaba de realizar experimentos, buscaba la inmunidad ante cualquier enfermedad, conocida y por conocer. Creó un prototipo de una máquina para llegar a su cometido y se pasaba gran parte de su vida perfeccionandola para después darla a conocer al mundo.

Pero un día, cuando la nieve y las ventiscas hacían imposible salir de casa, Dimas vio que al costado de su casa-laboratorio, había una bebé en la puerta de un orfanato. Pero existían rumores de que en ese orfanato tratan mal a los niños, de una forma muy inhumana y varios terminan muertos. Dimas fue el creador de estos rumores porque veía cómo lo hacían y no estaba dispuesto a ver como se repetía la historia con otra criatura y a pesar de la tormenta de nieve se llevó a la bebé y la crió como si fuera suya.

La bebe tenía en su cuello un collar en forma de nube con un rayo que decía  ''Angie'' y así le puso ese nombre.

La niña se había convertido en la alegría de la solitaria vida de Dimas, él fue capaz de hacer un suplemento nutricional lo más parecido posible, tanto en sabor como en nutrición a la leche materna. La escuela era un privilegio en esa ciudad y por eso Dimas la ayudó en su educación. Angie hasta los 5 años le decía papá a Dimas, pero después de cumplir esa edad lo llamaba tío Dimm, Angie sabía a muy temprana edad que él no era su padre.

La Guardiana Legendaria (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora