Capítulo 11: Poder y decisión

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-¡¡Ayuda!!-grito con todas mis fuerzas tocando la puerta con toda mi fuerza, que disminuía cada vez más.

¿Dónde estoy? Esa pregunta no me concierne ahora, sólo quiero salir de aquí.

Arrodillada en el suelo, mi llanto es evidente, no soporto estar encerrada, no soporto las oscuras y frías cuatro paredes que no me dan siquiera cuarenta metros cuadrados de espacio.

Uso todas las fuerzas que me quedan en gritar lo más fuerte posible, sé que es en vano, pero no sé como desquitarme de una forma silenciosa. Ya cesando mi voz, no sé que más paso.

Omnisciente.

Se suponía que el grito de Lola debería cesar cuando disminuía la intensidad de su voz. Pero en vez de eso, dio un grito más fuerte todavía, demasiado fuerte para ser creado por un ser humano.

Fue aquel grito más que suficiente para destrozar por completo esa habitación que la encerraba. A su alrededor sólo hay escombros, sus ojos no mostraban sus iris caramelo, sino que emanaba una luz tan intensa como el sol mismo.

Caminaba Lola lentamente buscando a los responsables de su encierro. Ni bien los vio soltó toda su ira en ellos y quedaron inconscientes. Los padres de Lola no recibieron ningún daño a pesar de estar cara a cara con los responsables de sus ataduras. Ellos desconocían quién fue él que los liberó de sus secuestradores, sólo aprovecharon que aquel impacto hizo que se desataran fácilmente y buscaban con desesperación a su hija, ignorando completamente el estado en que Lola estaba.

La ira de Lola desatada hacia sus encarceladores, fue inesperadamente sentida hasta la casa de una inocente. Esa inocente era Deysi que sólo veía espantada lo que ocurría, su casa que más parecía mansión era consumida poco a poco por misteriosas llamas. Ella estaba sola en su habitación, y no había nadie en su casa quien podría auxiliarla. La calma fue lo primero que perdió en ese instante, no había nada que pudiera evitar aquel desastre.

Lola que había planeado ese desastre en la casa de su amiga fue hacia allá lo más inmediato posible, ni siquiera caminó para llegar, a pesar de la gran distancia. Lola sin miedo alguno apareció entre aquellos escombros de la casa de Deysi, cara a cara con ella.

-Deysi-habla seria Lola-¿qué haces ahí llorando?

-¿Lola? ¿eres tú? Pero cómo es posible que estés aquí y acaso no ves que estoy en medio de un desastre y no puedo hacer nada.

-¿Cómo que no puedes hacer nada? Tú eres agua, eres capaz de apagar el fuego más intenso y ahora dices que no puedes hacer nada.

-De qué me estás...un momento-dice Deysi con mayor detenimiento, ella a pesar de estar hablando con ella no se fijó en la extraña apariencia de su amiga-Estás flotando, tus ojos solo muestran una luz dorada muy intensa, ¿qué pasa? Ni siquiera entiendo de que hablas.

Lola acarició uno de sus cabellos que parecían ser inmunes a la gravedad y de ahí salían unos polvos dorados que Lola sostuvo la mayor cantidad posible de estos polvos y los sopló hacia Deysi.

Y como si supieran su camino, cada polvo se dirigía a Deysi y así despertó su poder sobrenatural, y sin más sólo se dedicó a apagar aquel fuego que aún remecía y dicho sea de paso que se reconstruía los escombros como si el incendio nunca hubiese pasado.

Lola sin más regresó a aquel lugar que hace unos momentos la encerraba sólo para destruirlo, claro está que protegía toda clase de vida que estaba ahí, excepto a los responsables de su encierro que habían perdido el conocimiento.

En medio de esos escombros, no había edificación alguna en toda esa área que era precisamente la mina de diamantes. Lola que se estaba cansando desactivó voluntariamente su poder y se desmayó volviendo a la normalidad, sin embargo estaba inconsciente y aún no despertaba.

La Guardiana Legendaria (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora