Jueves, 6 de noviembre de 2014
Cada día está más cerca la mentada "redención" de Steel Fist y cada día recibo más y más gritos de aliento de mis compañeros de clases, casi todos ellos apoyan a Mark y verán la pelea y aunque admito que esta mentada redención me tiene más nerviosa que cuando Melissa casi se da cuenta que había sido yo la que rompió su adorado jarrón de quien sabe que cultura, yo también espero con ansias la pelea, sé que Mark puede ganar la pelea, se ha estado entrando todos los días durante cinco horas. Billy me ha llamado alrededor de veinte veces todos los días para darme una bitácora de desempeño de Mark pero yo no sé en qué puede ayudar una chica de veintiún años a trescientos kilómetros de distancia. JoJoe me asegura que el gran día no me topare con Skylar, la nueva esposa, ni con su hijo pero la verdad es que a estas alturas ya me tiene sin cuidado si me la topo o no.
La molesta vibración en mi trasero me saca de mis pensamientos. Ese debe ser Billy y sus estúpidos informes innecesarios.—Deja de joderme, Billy —digo con fastidio en cuanto descuelgo.
—No soy Billy.
—¿Rov?
¿Para qué demonios me llama Rover a esta hora? Son apenas las seis treinta de la mañana y yo ya voy caminando como zombie hacia Salve.
—¿Ryder está contigo? —pregunta, noto un dejo de desesperación en su voz.
—Es demasiado temprano para verle la cara a uno de ustedes, irlandeses —bromeo.
—Ry no durmió en casa.
—Tal vez salió más temprano —intento tranquilizar la preocupación de Rover al otro lado de la línea pero parece que no lo logro porque solamente suspira.
—Rain y yo nos quedamos en su habitación toda la noche —dice—. No llego a dormir Sky, no sabemos en dónde está, sólo encontramos los resultados de unos análisis sobre su escritorio.
—¿Resultados de análisis?
—Conteo de plaquetas —me explica—. Parece ser que Ryder está cerca de otra recaída.
Siento como toda la sangre de mi cuerpo se me va a los pies. Me detengo en seco y me quedo de pie mirando hacia un punto invisible, el frío viento hace que mi nariz se congele pero eso no me despierta del trance en el que he entrado. ¿A dónde demonios se va un irlandés con una enfermedad autoinmune, en una ciudad de un país que no conoce? Otra fuerte ola de aire me golpea el rostro y como una bofetada me hace darme cuenta de a dónde iría yo si estuviera en esa situación. A mi santuario.
—Creo que ya sé en dónde está —murmuro y cuelgo casi de inmediato.
Corro en dirección a mi casa de nuevo. Melissa debe haber salido de casa hace unos minutos y no hay señal de algún taxi que pueda llevarme al puerto deportivo. Diablos, había olvidado lo mucho que odio correr, el corazón me aporrea descontrolado contra el pecho y cuando al fin logro ver más cerca la casa suspiro con un alivio que me llena los pulmones de aire.
—Disculpe, señorita —me detiene una mujer de cabello canoso y ojos tremendamente azules. Me paro en seco unos metros más adelante y regreso hasta donde está ella.
¿Ahora qué?
—¿Sí? —logro decir con la respiración entrecortada.
—¿Aquí es Seafair? —me pregunta la mujer señalando la mansión del 459.
—No, aquí es Bellevue. Seafair está hacía allá —señalo el final de la calle—, siga derecho, a la tercera a la derecha, de ahí se sigue por la curva... —me interrumpo a mí misma al notar que la mujer me observa confundida—. ¿No entiende nada de lo que digo, verdad?
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Los Spector
RomanceFATUM NOS IUNGEB IT «-Antes de Romeo y Julieta existieron Tristán e Isolda. Pero nadie dijo que después de Tristán e Isolda existieron Ryder y Skyler -dice y yo río ante su comentario tan romántico a su manera.» "Al final, concluyó que para estar e...