We are never ever getting back together.

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Miércoles, 20 de mayo de 2015.

JoJoe y Scott yacen en el sofá frente al televisor, el brazo de JoJoe está sobre los hombros del pequeño y este se recarga en sus costillas con su cabeza acomodada sobre el pecho de su padre, y Gato está también allí. Por lo que vemos los sueños de JoJoe se han cumplido ya que tiene la oportunidad de ir a Nueva York cada fin de semana a comprarle ropa nueva a su hijo, lo viste como él quiere y Scott se pone feliz lo que le compra. Es un déjà vu ver a JoJoe haciendo eso ya que eran ellos los que se encargaban de escoger mi ropa cuando Mark tenía peleas. Aún recuerdo como si hubiera sido ayer como fue que obtuve la camiseta de Harley Davidson después de que me negará a usar un vestido en una pelea de Mark. Tenía doce años y era la primera vez que iba a poder ver la acción desde la primera fila del Madison Square Garden, no más pequeño cuarto con aroma a chicle, era la verdadera adrenalina. El sudor mezclado con sangre salpicando hasta nuestro lugar. Salimos de la tienda de ropa para niñas y entramos a la que solamente entraban los motociclistas en busca de una nueva chaqueta de cuero.

No es ni siquiera de tu talla, Lucky. —me dijo Mackey cuando vio la camiseta que sostenía en alto frente a ellos.

Podría usarla como un vestido. —le respondí.

Y así lo hice. Me quedaba enorme en ese entonces, me llegaba hasta la mitad del muslo y estaba más ancha que cualquier cosa que hubiera usado. Gracias a dios crecí y aunque todavía sigue quedándome algo grande al menos ahora la lleno un poco más.

—Lucky te llama el fantoche. —grita Mackey desde la cocina refiriéndose a Jerry.

Levanto la bocina del teléfono de la sala y me lo llevo al oído.

—¡La tengo Mike! —respondo y escucho como él cuelga—. Hola imbécil. —saludo a Jerry.

—¿Qué te parece si tú y yo vamos a navegar esta tarde? —propone.

—Me parece la mejor idea que has tenido en tu vida —le digo irónica—. ¿A qué hora?

—Seis. —se apresura a responder—. Veamos el atardecer... ¿Qué resplandor de abre paso por aquella ventana? Es el oriente, y Julieta el so...

—Adiós gnomo. —cuelgo antes de que siga con su rollo.

***

Salgo de la ducha para ponerme lo primero que se me atraviese. Faltan diez minutos para las seis y a Jerry le gusta la puntualidad ya que según él hay un momento exacto en el que el atardecer se ve maravilloso desde un punto en el mar, en cierto ángulo del Arrow, para no hacerles el cuento largo Jerry está medio tocado de la cabeza, no existe ningún momento, ningún punto y ningún ángulo, él simplemente es perfeccionista. Eso es todo.
Me enfundo los primeros viejos vaqueros que veo, la blusa amarillo pastel de botones que me mantiene fresca gracias a la delgadez de la tela y unos converse blancos, o que solían ser blancos porque están más sucios que mi vida. Medio seco mi cabello con la toalla y salgo corriendo de la habitación tomando mi celular y las llaves del coche en el camino, me despido de JoJoe, Mackey y Scott y salgo como tiro al blanco en el auto.

Detengo el coche en Annie's que está justo antes de doblar hacia Memorial boulevard y entro al establecimiento que está prácticamente vacío a excepción de unas chicas sentadas en una mesa pegada a una ventana mientras se devoran su comida. Jerry y yo amamos los burritos de Annie's y estoy 100% segura que no ha llevado comida para no morirme. Le pido a la dependienta dos burritos y dos coca-colas medianas para llevar. Hoy no tengo ganas de beber ni una gota de alcohol así que me aferraré a la coca-cola.
Decido sentarme en una mesa cercana para esperar mi comida. Comienzo a hacerme tonta con mi celular para ignorar el hecho de que las chicas antes mencionadas están mirándome como bicho raro por estar sentada sola. En otra ocasión hubiera estado enviándole mensajes a JoJoe... O a Ryder, pero como en este momento no tengo opciones decido comenzar a ver las fotografías de mi galería. No hay mucho de que admirarse, solamente unas cuántas fotos de JoJoe y Scott teniendo momentos padre e hijo, de Mackey y mías haciendo caras estúpidas, una que no recordaba que tenía dónde estamos Jay y yo sentados en una de las mesas de concreto del patio trasero, él se ríe mientras yo pongo mi mejor cara de enojada, Jerry nos la tomó de lejos y después me la envió aunque no logro recordar porque se estaba burlando de mí. Entonces de la nada me sale una foto que no esperaba encontrarme, una foto de la que pensé que me había desecho hace tiempo, una foto de Ryder. A estas alturas ya debe estar volviéndose aburrido que Ryder se me aparezca hasta en la sopa y tal vez hace unos meses eso no me hubiera molestado, hace unos meses me hubiera encantado que Ryder se apareciera hasta en mi casa en la madrugada. Y recuerdo esta foto, yo estaba recostada sobre la alfombra de su habitación esperando a que saliera del baño para poder ponerle play a la película y cuando al fin salió le tome la fotografía. Como siempre simplemente salió perfecto sin siquiera intentarlo. Oprimo el pequeño bote de basura de la esquina decidida a eliminarla pero cuando me pregunta si de verdad deseo eliminarla me acobardo y le doy «cancelar», soy débil y estúpida, pero eso no significa ni por un momento que lo he perdonado. Soy la reina de las contradicciones, doy el consejo de olvidar y perdonar y no lo puedo seguir ni yo misma.

Los SpectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora