Y es en estos momentos que me siento confundido al igual que tú. No sé si tu trato es indiferencia o simplemente dudas de mí. Digo que te quiero pero tú sólo respondes toda seca y cortante. Me duele todo esto, ¿sabes?
Aquella vez que dijiste que todo lo tomaba a broma lo pensé bien y sí, cambié, pero, aún hablándote sin tanta risa noto algo de temor en ti. ¿Qué te pasa mujer? ¿Jugaron contigo y crees que yo haga lo mismo? Si es eso, déjame decirte que no, jamás jugaría contigo... Te respeto como también podría respetar una decisión tuya. Mujer, contemplo tus bellos ojos en fotos y sueño con ellos, sueño tantas veces que mis dedos se enredan en tu hermoso cabello con olor a fresa; que te duermes sobre mi pecho.
Puedo hacerte la mujer más feliz de este planeta si es que me lo permites. Puedo teletransportarte directo a la luna con tan sólo cantarte al oído, si tú me lo permites. Puedo hacer que explotes en un sinfín de sentimientos cada mañana al verme llegando con el desayuno a tu cama, si tú me lo permites.
Imagino todos los días contigo; bajo la luna llena, tomados de las manos. Tus ojos y los míos, sin ruido alguno que nos interrumpa. ¿Las caricias qué? Con tus ojos frente a los míos las palabras y los besos sobran... No, contigo no podría ser morboso; te respeto como respetaría a otras mujeres... ¿Te imaginas una vida junto a mí? No, claro que no... ¿Sabes por qué, mujer? Porque aún dudas de mí, crees que todo esto es parte de una broma. La verdad es que yo por ti escribiría, te cantaría, te haría reír, jamás dejaría que una lágrima salga de tus bellos ojos. En conclusión, por ti haría todo porque me tienes atado a ti.
No, no mujer, NUNCA MÁS pienses que todo esto es parte de un mal chiste. Me importas, y mucho... Espero que pronto me puedas entender y dejar tus dudas de lado porque recuerda... Si tú me lo permites... puedo crear los versos más lindos para ti.