El amor, a veces no es suficiente, lo digo yo porque lo sé; puedes amar muchísimo a alguien y eso no significa, necesariamente, que sea bueno para ti.
Recuerdo la vez que una amiga me escribió diciendo que no podía dejarlo (a su, ahora, ex) que le dolía tanto que daba miedo, le daba tanto miedo el dolor a perderlo que prefería un dolor más manso y paulatino y, por su puesto, mucho más peligroso.
¿Dónde queda nuestro amor propio para permitirnos morir lentamente?, si algo se rompe, claro que tienes derecho a repararlo, ¿pero qué pasa cuando te rompes tú?, no puedes simplemente rearmarte, no puedes despertar al siguiente día y hacer como si nada hubiera pasado, no puedes solo dejarlo pasar porque sí, porque qué más da, no puedes fingir.
Repara todo lo que quieras, pero el amor no siempre es suficiente para repararte a ti, para volver a creer, a confiar, a amar con la seguridad de antes, no, no es suficiente.
Sólo déjalo atrás y reencuéntrate, porque donde el amor no es suficiente, tú eres bastante.