-Buenas noches señor Díaz.
-Serán buenas si nos guías a nuestra mesa. Por favor digale a Tomás que estoy aquí.- La mesera nos guio con 2 menús en la mano, se acercaron dos meseros más que movieron las sillas para que nos sentáramos.
-Le sugiero un gran reserva, tiene un ligero sabor a madera con uva, tinto, es cabernet.- Uno de los meseros dijo.
- ¿Gaby quieres ese?- Me dijo con toda confianza como si estuviera habituado a salir conmigo. Sentía como las mejillas se me calentaban.
-Realmente no se mucho de vinos.- Sonreí avergonzada.- Lo que tu prefieras.
-Ese estará bien, solo una copa para abrir el apetito.
Los meseros se retiraron rápido. Miraba alrededor, todos charlaban y sonreían, cada quien en su propia burbuja sin enterarse de lo que sucedía al lado, no saben si están cenado junto a las personas que en un futuro pueden robarles.
-Realmente respondiendo a tu argumento anterior no soy de las personas que es mantenido, en realidad soy de las que mantienen.- Dijo mientras arreglaba los cubiertos en una forma de que todos estuvieran perfectamente alineados, vaya problema el mío de notar cada detalle.
-Así debe ser eres el hombre.- Sonreí.
-No conocía esa parte tuya.- Sonrió.
-¿Cuál?- Pregunte sorprendida.
-Pensé que te inclinabas más al feminismo con sus teorías de que no necesitas a un hombre para mantenerte.
-Soy una liga de ambos, me creo independiente pero también reconozco que si ya estoy en una relación o casada el hombre debe asumir los gastos.
-Interesante.- Apoyo los codos en la mesa, y su barbilla en sus manos ahora juntas.
Después de unos segundos haciendo contacto visual en silencio agregue:- Cumplí mi promesa, ya no tienes que aparecerte más en mí…- Lo pensé unos segundos.- trabajo.
-Ya veremos.- Sonrió maliciosamente.
Me sentía… bien, no era difícil conversar con él, todavía estaba nerviosa y todo eso ya que usualmente soy un desastre y en cualquier momento puedo arruinar todo pero sentía que las cosas para variar tal vez me estaban sonriendo.
Nos trajeron el vino y unas entradas.- Entonces… cuéntame.- Dije rompiendo el silencio luego de que los meseros se retiraron.- ¿Casado? ¿Divorciado?
Marcos bebía un poco de vino y tuvo que contener la risa para no derramar el líquido.- ¿Me ves cara de estar o haber estado casado?- Tenia una sonrisa burlona.
-Tienes cara de muchas cosas, pero no descarto ninguna.- Puse la servilleta en mi regazo, muy delicadamente, trataba de mantener todos los modales, y le di un sorbo a mi vino, no era catadora ni mucho menos pero para mi no sabia muy bien. No entenderé nunca el paladar de los ricos.
-Soltero y en búsqueda.- Me guiño el ojo lo cual hizo que soltara una carcajada, el también rió.- ¿Y tú?
-¿Qué si soy casada?- Tome uno de esos palitos que había en la mesa y les puse un poco de mantequilla.
-No, que si eres hombre, claro que si eres casada.- Dijo irónico.
Lo mire seria.- Si, lo soy.- Le di otro sorbo a mi copa.
-¿Y por qué me ilusionas apareciendo a la cita?
-Sentí pena por ti, imaginándote plantado esperándome.
Se quedó en silencio. Como si me estuviera desnudando con la mirada.
-¿Qué?- Pregunte en un tono preocupado.
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Robando tu Corazón. (En espera)
RomanceTe imaginas una historia de Amor donde los protagonistas son los villanos? Esta historia promete humor y romance donde no te cansaras de ver como no siempre los buenos de la pelicula son los que salen triunfando.