(XV) Los infiltrados.

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-En el juego los Lakers están 3 a 1.- Lucas decía en voz baja.

-Si supieras lo mucho que no me importa.- Dije desinteresada.

-“Si supieras lo mucho que no me importa”.- Repitio en tono de burla.- Pásame las pinzas y deja de estar hablando tonteras.

-Tú eres quien está hablando cosas que a nadie le importa.

-Pásame las jodidas pinzas y callese.- Lucas uso ese tono autoritario que me daban ganas de romperle la pinzas en la cabeza pero decidí pasárselas con una sonrisa de: Ojala y te mueras.

El susodicho quedo en silencio mientras arreglaba el cableado, también oía el juego por su celular, alabada sea la tecnología que hace que los hombres trabajen sin mediar palabras y en especial este tipo de hombre qe solo hablan estupideces.

Miraba atentamente como Lucas trabajaba, estaba nerviosa de que algo pudiera salir mal, ya saben alarmas, policías y todas esas cosas que no queremos los ladrones. Después de unos minutos de tensión y concentración Lucas rompe el silencio.- Empatamos, solo quedan unos minutos, confiamos en un buen tiro.

-Mira estúpido.- Saque el arma de mi falda.- Apaga las malditas cámaras o te hago un hueco en el centro de la cabeza.- Dije alterada.

-Calmémonos.- Lucas levanto ambas manos.- Ya casi termino.

De un momento a otro todas las luces se apagaron. Quede inmóvil.

-Bien, no era lo que esperaba pero está bien.- Dije susurrando.

-Está bien… el problema es que yo no lo hice.

-¿Co… como que tu no lo hiciste? ¿A qué te refieres?- Mire en su dirección aunque era en vano porque no lo podía ver.

-No llegue a tocar ningún cable de luz… Tal vez toque algo que no era. Necesito la linterna.

Oí un zumbido y escuche como Lucas cayo desparramado a mi lado. Contuve mi aliento. Se encendió una luz detrás de mí, voltee lentamente esperando lo peor.

-Rayos…

-Gracias por devolver mis llamadas, en serio fue reconfortante escuchar que hasta te mudaste.

Si… era lo peor, creo que hubiera preferido el plan de la alarma y la policía…

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-Señor necesito su licencia.-Dijo el portero. La mansión de los Rochefters estaba justo delante de nosotros, enorme y pretensiosa aguardaba misterios y tesoros inimaginables… y ya yo estoy hablando muchas porquerías. Carlos me estaba acompañando en este robo, algo inusual pero él quería sentir la adrenalina de estar en el lugar de los hechos.

Les estoy mintiendo tenía que venir ya que el sistema de seguridad solo puede desactivarse manualmente, también me sorprendí de que hubiera algo que Carlos no pudiera hacer desde su computadora lo cual lo enojo mucho.

-No existe una licencia para ser limpiador de alfombras.-Dije tratando de parecer enojado. Ya saben el típico papel del hombre que odia su trabajo y que quiere terminar lo antes posible.

-Pues deme su identificación.

-No la traigo conmigo.-Me estaba fastidiando todo esto. Me gustaba más cuando el trabajo era romper una ventana o escalar un edificio.

-Pues lo siento no lo dejare pasar.

-Tenemos que entrar, el señor Rochefters nos pidió que viniéramos hoy, utilizaremos químicos en las alfombras y era mejor hacerlo cuando ellos no estuvieran en casa.

-Ustedes no parecen limpiadores, llamare al jefe y le preguntare.- El guardia se voltea para entrar en la cabina y usar el teléfono. Carlos me empuja hacia el respaldar y utiliza la pistola con somníferos.

-¿Qué diablos haces?- Quede estupefacto.

-Estaba haciendo demasiadas preguntas y nos podían descubrir.

-¿Estás loco?- Casi grito.

-Solo abre la puerta y conecta esto en la pantalla de allá.- Señalo un pequeño dispositivo y a la pantalla de televisión que tenían en la cabina.

Salí del auto y arrastre al de seguridad dentro del automóvil por si tenía un compañero o algo, conecte el dispositivo y este hizo que toda la pantalla quedara estática, enseñando siempre la misma imagen, abrí la puerta y entramos rápido, esto era cuestión de tiempo.

-Escuchame bien.- Dijo Carlos mientras yo ponía cinta pegante en la boca del guardia, obviamente ya tenía sus ojos tapados para que no nos reconociera.- No me gusta esto, así que trata de ser lo más rápido posible, si la chiquita esa problemática comienza a molestar mucho la noqueas y nos la llevamos.

Agarre al de seguridad y lo encerre en uno de los armarios que estaban dentro de la casa en el segundo nivel, no había nadie, las mucamas y todo el personal de trabajo habían terminado su ronda, solo los guardias estaban allá. Mi reloj marcaba las 5:40 de la tarde.

Como era invierno ya estaba oscureciendo, era probable que a las 6 ya estuviera totalmente oscuro. Los Rochefters eran famosos por 3 cosas: las excéntricas joyas de su mujer, sus derroches en alcohol y fiestas y por ultimo dinero… Mucho dinero en papel; bello y hermoso papel verde con nominaciones preferencialmente de 100 dólares.

Si logro encontrar el dinero no me importarían las joyas, pero sé que Gabriela no pudiendo reprimir esa fémina que lleva dentro aunque sea echara un vistazo en la habitación principal.

Vi una mucama pasando por el primer piso mientras yo caminaba por el pasillo en el segundo, se planchaba la falda con las manos y se arreglaba el pequeño sombrero. Pequeñas dormilonas de oro, piel clara… esa es Gabriela.

-Vamos.- Dije apresurado.- Ya está aquí.

-¿Gabriela?- Carlos me miro sorprendido.- Tratare de desactivar la energía, no permitas que toquen la caja de control principal, tiene un sistema complejo de alarmas, un cable mal cortado y tendremos a toda la jefatura en la puerta. Y si son tan estúpidos como sé que son estarán allá.

-Bien, se invisible, no estaré aquí para detenerte de que duermas a todo el mundo. –Le entregue el arma, aunque tenía miedo de dejarlo solo no tenía otra opción.

-Tranquilo, seré tan sigiloso como un leopardo.- Hizo un movimiento de karate y casi nos cuesta un jarrón.- Ok, me esconderé con el guardia.- Corrió con su computadora, primero debía ir a revisar las fuentes de energía. Yo corrí en dirección opuesta esperando seguirle el rastro a Gabriela. Espero no llegar demasiado tarde. 

Robando tu Corazón. (En espera)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora