Robando tu Corazón. (En espera)

(VIII) Obsesión...

Debía aceptarlo, estaba loco por Gabriela, no se si era un capricho, porque no quería aceptar una cita, pero esto ya era una obsesión, y que mejor forma de lidiar con una obsesión que persiguiéndola. 

Subí nuevamente por la ventana, debo decirle a Carlos que encuentre una forma de controlar las cámaras de seguridad pues estoy cansado de las alturas, romper ventanas y las aves.

Entre a la habitación, saque un tipo de gas somnífero pues sabia que podían haber visitas, fui directamente al cuarto principal, abrí la puerta pausadamente y con cuidado lance la lata de gas, este comenzó a lanzar un tipo de humo blanco, oí a alguien tosiendo pero luego todo se quedo en silencio, ya había neutralizado al Sr. Spractes y a su amante, eran dos griegos que visitaban la ciudad con una cuantiosa cantidad de dinero, muy llamativa para cualquier ladrón, y sé que Gabriela y su equipo estarían muy interesados en hacer una visita.

Fui a la oficina, me serví un trago y me senté en el escritorio a esperar que llegara, ustedes pensaran ¿Cómo estaba tan seguro de que Gabriela nos haría una visita aquella noche? Bueno, si analizamos bien los diferentes factores que me llevaron a esta conclusión veremos que, primero, es la antepenúltima noche en que esta pareja estará en Los Ángeles, segundo, ayer coincidencialmente ellos sacaron una gran suma de dinero en el banco y la guardaron en su caja fuerte, que estaba en la oficina en la cual estaba sentado ahora tomando un trago. Y tercero, tenia el presentimiento de que no desaprovecharía la oportunidad de ir a buscar un tesoro tan llamativo como era este.

Oí la puerta abriéndose, puse el vaso en el escritorio y me levante silenciosamente de la silla, camine pausadamente y me acerque a ella.