Destinos Cruzados

4. Mentiras.

Disclaimer: Como sabrán, ninguno de los dos dramas me pertenecen.    

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Capitulo 4

Mentiras

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Beak Seung Jo camino sobre sus pasos por vigésima vez consecutiva ¿O era trigésima? No era cosa que le importara o de la cual llevara la cuenta, pero las amigas de Oh Ha Ni lo estaban intentando, pero él cada vez caminaba más rápido. Iba y venía de un lado a otro, haciendo guarda en la entrada que correspondía al salón de inglés. Desde su lugar, dentro de la clase, Hae Ra tampoco le perdía de vista.

– ¿Tú crees que sea posible que una persona deja marcas en el piso? – pregunto Joo Ri con cierta complicidad a su amiga.

– Antes no lo hubiera creído, pero si Beak Seung Jo siga pisando tan fuerte, tal vez él si lo consiga – le respondió Min Ah con el mismo tono bajo y cómplice.

Si Seung Jo las escucho hablar, las ignoro olímpicamente.

Los minutos seguían pasando y cada vez más estudiantes se acercaban, curiosos, intentando averiguar el porqué el siempre pasivo, frio y calculador genio de la universidad parecía león enjaulado.

– Joo Ri... Min Ah ¿Qué sucede?

Oh Ha Ni toco con torpeza el hombro de la más alta de sus amigas. Como en los últimos días, se había dado a la tarea de llegar tarde a su clase de inglés para no toparse con Seung Jo, pero ese día, algo o alguien estaban causando revolución en el pasillo que se tomaba para ir a clases. Por su estatura, no alcanzaba a ver más allá de su nariz, pero cuando diviso a sus amigas casi en primera fila, se escabullo como pudo hasta llegar a ellas.

– ¡Ha Ni! – Min Ah reaccionó, tapando la boca de Joo Ri, pero aun así, no fue lo suficientemente rápida. Beak Seung Jo se detuvo a vuelo y dirigió su fría mirada al grupo de amigas.

– ¿Por qué todos me mir...

Las últimas palabras de la oración se mezclaron con un pequeño grito. Seung Jo, sin mucha delicadeza, tomo del brazo a Ha Ni y la arrastro con él en dirección a los jardines.

Estaba irritado. Bueno, irritado era poco, estaba molesto en toda la extensión de la palabra. Su enojo era tanto que se había rebajado a esperar a Oh Ha Ni en la entrada del salón, haciendo guardia y llamando la atención como nunca antes lo había hecho.

– Seung Jo, me estas lastimando – Ha Ni, como siempre que se trataba de Seung Jo, se perdía en su mundo de fantasía y sueños imposibles. En los primeros pasos había dejado de poner resistencia, pero su acompañante no había disminuido la fuerza de su agarre. – Seung Jo ¿A dónde vamos? ¿Por qué te estás portando así? ¿Te pasa algo? ... Seung Jo ¡Me estas escuchando!

Seung Jo se detuvo abruptamente. Ha Ni se arrepintió de haber elevado la voz.

– ¿Desde cuándo tu me gritas? – reprocho él.

– ¿Desde cuanto tu me tratas así? – retruco Ha Ni con el poco valor que aún le quedaba. – Estas molesto – y no era una pregunta, era una afirmación. Ella le conocía muy bien – y no entiendo porque lo estas pagando conmigo. Ni siquiera nos hemos visto estos días...

Lo último lo dijo en voz baja. Todo el valor y el esfuerzo que había hecho hasta el momento para mantenerse alejada, todas las palabras y consejos de Jae Kyung se habían borrado a la primer mirada de Seung Jo. Todo su plan para mantener a salvo su corazón se había ido a la basura.