12. Lagrimas

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Disclaimer: Como sabrán, ninguno de los dos dramas me pertenecen.

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Capitulo 12.

Lagrimas.

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Oh Ha Ni arrastro los pies por el pasillo. La puerta del departamento, a escasos diez metros, se miraba más lejos que nunca. Podía sentir el dolor en cada musculo de su cuerpo con tan solo hacer un ligero movimiento; brazos, piernas, abdomen, espalda, dedos, simplemente todo en ella estaba agarrotado, y para colmo, la cabeza la sentía estallar. La noche anterior se había quedado dormida en escritorio, estudiando, por la mañana no había tenido tiempo de desayunar, había tenido que correr para llegar a tiempo a la universidad, una vez ahí, las clases fueron agotadoras, tanto física como mental y para cerrar con broche de oro, la clínica tuvo más pacientes de lo usual y Ji Hoo, por motivos de la fundación de su abuelo, no había acudido, dándole más trabajo a la pequeña Ha Ni.

– ¡Yaah, estoy muerta! – gimió-grito en cuanto puso un pie dentro del departamento. Se dejo caer al suelo, recargo su adolorido cuerpo en la puerta de entrada y cerró los ojos. Estaba tan cansada, que no le importaba quedarse dormida en ese lugar.

– ¿Siempre es así de rara?

– No... bueno, sí. Pero te acostumbras.

La menor abrió los ojos de golpe. De inmediato sintió como su rostro ardía de pena y se puso de pie de un solo brinco. Su movimiento fue tan rápido, que no tuvo tiempo ni de quejarse del dolor.

Woo Bin no se molestaba en ocultar la risa. Estaba cómodamente –el saco del traje estaba colgado en el perchero, se había sacado la corbata y los primeros botones de la fina camisa estaban desabrochados– sentado en el sillón más amplio de la sala de estar, con un vaso de algún caro licor en mano. A menos de medio metro, Jae Kyung estaba sentada –en el suelo– sobre un inmenso cojín, recargada en una de las mesas que decoraban el lugar, también con un vaso de licor y con ropa cómoda.

– ¡Lo siento! – Hizo una gran reverencia – en verdad pensé que aun no estabas en casa Jae Kyung-unnie... Yah, que pena.

– Descuida Little Lady. Ya estoy acostumbrada a las rarezas, siendo amiga de este mono – Woo Bin apunto a Jae, quien, como siempre, le lanzo con lo primero que estuvo a su alcance – ¡Hey, cuidado con eso! Podrías lastimar mi hermoso rostro y después ¿De qué voy a vivir?

– Assh, eres un idiota. No le hagas caso dongsaeng. Pero... ¿Qué son todos esos gritos?

– Yo... en verdad, no quería interrumpir. Lo siento – de nuevo hizo una reverencia y Jae Kyung estuvo por repetir que no interrumpía, pero Woo Bin le impidió hablar. Era cierto que justo había llegado en mal momento, pero no quería hacerla sentir más culpable. Esa chiquilla era demasiado adorable, además ¿Para qué traumarla con detalles solo para mayores de edad? – pero, es que... justo eso, estoy muerta. El día de hoy fue horrible – sollozo HaNi.

– ¿Acaso Ji Hoo te usa de empleada domestica? – El song negó teatralmente con la cabeza –. Ah, este chico, debe aprender a diferenciar entre una novia y una esclava.

Como si fueran palabras mágicas, el rostro de Ha Ni se volvió color rojo y empezó a negar frenéticamente con las manos. Jae Kyung le giño el ojo.

– Ji Hoo sunbae-nim y yo.... No... este... no estamos saliendo. Ustedes lo saben. Al menos, no de verdad.

– Bah, tonterías – dijo Woo Bin –. Si no están saliendo es porque ambos son unos ciegos, pero son el uno para el otro ¿Verdad mono?

– No soy un mono – de nuevo un golpe más – pero estoy de acuerdo con el idiota controlador. Se ven muy bien juntos.

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