17. Preludio a una tormenta.

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Disclaimer: Como sabrán, ninguno de los dos dramas me pertenecen.

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Capitulo 17

Preludio a una tormenta.

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Una semana. Siete días desde que no había visto la luz del sol y donde la humillación y los malos tratos no faltaron. Ga Eul ya casi no sentía los pocos moretones que aun adornaban algunas partes de su cuerpo. Aun recordaba el primer día que había sido llevada a aquel lugar; al menos tres sujetos se habían divertido golpeándola, ignorando los gritos de dolor y clemencia que la joven clamaba a gritos, al sentir los puños, cachetadas y patadas.

Habían parado de golpearla a la orden de un hombre de voz profunda. Ga Eul sabía que su estado no era tan grave, pero no por ello fue menos doloroso. Cuando los golpes se detuvieron, pensó que alguien en ese lugar se apiadaría de ella, sin embargo, al saber que los planes de esos sujetos eran otros, deseo que la siguieran golpeando hasta dejarla irreconocible.

-No podemos destruimos esa linda carita. Si lo hacemos ¿Cómo la podremos vender?

Se aterró.

Quien sea que la tuviera cautiva pensaba venderla por varios millones de Won como prostituta. O eso era lo que le habían dicho.

-Las asiáticas son bastantes codiciadas como esclavas sexuales. Dicen que es divertido domesticarlas -dijo uno de sus captores, mientras reía burlón y festejaba con sus compinches.

Ga Eul vivía su día a día asustada, apenas dormitando. Temía que si dormía largo y tendido, despertaría en la cama de algún desconocido. Ella sabía que aun no la habían vendido por sus golpes. No entendía mucho de lo que sucedía. Estaba claro que su secuestrador se quería deshacer de ella, pero no sin antes hacerla sufrir.

Quería que sus golpes sanaran, pero no se habían molestado en curarla, no más allá de primeros auxilios, lo suficiente para que no quedaran marcas. La alimentaban, pero solo una vez al día y su baño consistía lanzarla a una esquina del cuarto húmedo y maloliente donde la tenían cautiva y rociarla con agua directamente de la manguera.

Era un milagro que aun no había contraído un resfriado.

-Levántate, zorra.

-Por favor... no...

-¡Nadie te dijo que podías hablar, estúpida! -el sujeto tiro del cabello de Ga Eul, arrastrándola unos centímetros por el suelo. -Se una buena puta y mantén el hocico cerrado.

El miedo se aferro al cuerpo de la joven pelinegra y termino por callarse. Estaba asustada y no quería que la siguieran golpeando. Dejo que aquel sujeto la estrujara y la guiara a donde sea que fueran.

Mientras caminaba por un desierto pasillo, lagrimas amargas salían de sus ojos, perdiendo cada vez más las esperanzas de volver a ver a Yi Jeong y a sus amigos.

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La noche por fin había caído y Woo Bin nunca se había sentido tan estresado en su vida. A pesar de tener el apoyo de su padre en ese rescate, el sentimiento de que algo malo pasaría seguía instalado en él.

-¿Estás seguro que estarán ahí? -la voz de Ji Hoo se escucho atreves del pequeño celular.

-Lo estarán. En ese lugar es de los pocos donde se dan esa clase de evento. Y justo hoy en la noche se dará una venta intercontinental -Woo Bin jugueteo con el arma que sostenía en manos y con la otra mano se ajusto el manos libres, para seguir escuchando a sus amigos.

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