Destinos Cruzados

13. Situación inesperada.

Disclaimer: Como sabrán, ninguno de los dos dramas me pertenecen.

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 Capitulo 13.

Situación inesperada.

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Ga Eul llego a su casa con los pies adoloridos, la cabeza hecha un nudo y las manos llenas de bolsas de las mejores tiendas de ropa de Seúl; Su adorable suegra la había arrastrado de compras, y al estar Jan Di en un estado de embarazo con un poco de riesgo, Jun Pyo no la dejaba asomar ni la nariz a la calle, así que quedo sola a merced de Choi Su Min.

Los últimos días, Su Min la llevaba de un lugar a otro, se estaban conociendo y a la vez, la madre de Yi Jeong aprovechaba para enseñarle conceptos básicos y normas de la alta sociedad.

Ga Eul podía sentir el estrés que el trabajo, su suegra, los medios de comunicación –todo Seúl buscaba inmiscuirse en su vida privada para conocer más de la futura señora de Soo– y Yi Jeong, que demandaba su atención, lograban en ella. Aunque ella reconocía que quien más le ponía nerviosa era su suegra, mas no tenia corazón para negarle nada.

Su Min era un amor, además, por palabras de Yi Jeong y alguna servidumbre de la familia, sabía que era la primera vez en muchos años que la señora sonreía, tenía interés en algo que no fuera dañarse física o mentalmente, y sobre todo, estaba poniendo de su parte en sus terapias para poder ser una mejor persona y estar al lado de su hijo y futura nuera.

– No sé quien me da más miedo, tu suegra o la mía – había dicho Jan Di en una tarde que se juntaron a tomar el té.

Ga Eul había sonreído, evitando contestar. Para ella, estaba claro que Su Min era mucho mejor persona que la presidenta Kang, pero Jan Di y su nueva faceta de "quiero darle una segunda oportunidad a mi suegra" se ponía susceptible cuando alguien decía algo malo respecto a su suegra.

– Cariño, Yi Jeong-ssi llamo en la tarde, dijo que pasaría por ti para cenar – aviso la madre de Ga Eul bastante emocionada. La Chu se rió; su madre adoraba a Yi Jeong y cada que él se aparecía por la casa o tan solo daba una llamada, la mujer pasaba todo el día de buen humor y con una sonrisa de oreja a oreja.

– ¿Y porque no me llamo a mi?

– Lo hizo. Solo que tú no contestaste. Pero anda, ya, date un baño y ponte bonita para Yi Jeong-ssi.

Y sin darle tiempo a replica, Ga Eul fue arrastrada al baño por su madre.

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Yi Jeong disminuyo la velocidad de su deportivo. El semáforo estaba por cambiar a rojo y aunque estaba ansioso por ver a su prometida –su madre acaparaba el 90% de su tiempo, dejándolo a él de lado–, un semáforo mas no le quitaría mucho tiempo. Aprovecho para revisar la guantera, donde guardaba una pequeña cajita de terciopelo azul marino.

Esa tarde, después de una reunión con algunos empresarios de la cerámica, se había tomado el tiempo para buscarle un regalo a Ga Eul. Ya no era un casanova mundial, pero sí que seguía siendo un conocedor de mujeres; todos sus conocimientos los usaba ahora para hacer feliz a su chica. Hasta ahora, le había obsequiado algunas piezas exclusivas, hechas por él mismo, pero también sabía que era bueno regalarle otro tipo de objetos.

Por eso había comprado un bonito par de aretes en forma de cisnes, con una pequeña incrustación de rubí y un fino tallado artesanal.

Justo en el momento que el semáforo se puso en verde, un mensaje de Ga Eul llego a su celular, avisándole que ya se encontraba lista y esperándolo en el lugar de siempre; es decir, en un pequeño parque que colindaba entre la zona en que vivía y una de las avenidas mas transitadas de la ciudad.