Capítulo 9

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•Capítulo Editado•

No. Había pasado como en mi sueño. Esta mañana, iba caminando hacia el salón de la maestra de inglés.

Nos había mandado a llamar a mi y a Sydney. Había pasado justamente como lo había soñado. Justin siendo golpeado por dos chicos de último año y yo busqué a Michael y todo lo demás. Me atreví hablarle a Michael y a Samantha. Esa chica me cae bien de hecho.

En este preciso instante estoy sentada en la misma mesa de siempre. Alejada de todos y puedo observar que Justin viene directamente a donde mí. Simplemente hice como si no lo hubiera visto. Estaba muy golpeado.

Tenía moretones pequeños visibles en la cara y en sus brazos y también tenía su labio inferior partido. Encima de su ceja se podía notar un pequeño corte pero no se puede ver ni el tamaño ni la magnitud ya que lo tiene cubierto por un algún tipo de servilleta o pañito.

- Chica, ¿qué te pasa? - miro hacia alfrente y era justamente Justin

- Nada ¿por qué? ¿Qué me tiene que pasar? - me encogí de hombros

- Bueno no sé. Estás tan sola y... - lo interrumpí

- ¿Hasta ahora te das cuenta? Justin siempre he estado sola. A nadie le importa que hago y que no hago o mucho menos como me siento. Simplemente soy una persona sola que no tiene a nadie. Pocas personas tengo que me apoyan. ¿Quieres saber quienes son? Empiezo. Sydney. Ella es mi mejor amiga. Siempre me ha ayudado. ¿Que no está conmigo todo el tiempo? Lo sé y sé sus razones. Segundo. Mi familia. Mi familia en especial mis hermanos. Ellos si que saben como me siento y... - comencé a llorar

Realmente necesitaba llorar. Todo esto había sido tan de sorpresa...

Justin me abrazó. Era un abrazo sincero. Uno de esos que te dicen: Aquí estoy para ti, para cuidarte y sobretodo para protegerte.

- Ya, no. Por favor no. No llores. No me gusta verte llorar - me secaba las lágrimas de las mejillas con su mano derecha mientras que con su otra mano me sacaba el cabello de la cara

- Es que, no puedo. Me es imposible - quité sus manos de mi cara y las acaricié con mi pulgar sin soltarlas

- Inténtalo. Por favor - me miró y ahora fue el quien agarró mis manos

Me estaba poniendo nerviosa.

- ¿No qué hace no tanto te estaban golpeando y se supone que estés en la enfermería cuidándote esos golpes? - cambié de tema drásticamente mientras bajaba mi cabeza a mirar nuestras manos

- Prométeme una cosa - hizo que levantara mi cabeza y lo mirara a los ojos

- No creo poder hacerlo - me mordí mi labio inferior - pero dime -

- Prométeme que no vas a volver a llorar mientras estoy contigo - me miraba desafiante lo cual me empezé a poner nerviosa

- Te repito. No creo poder prometerte algo que no se si suceda -

- Te entiendo - bajó su cabeza demostrando tristeza

- Lo siento Justin yo... Me tengo que ir - me solté de sus cálidas manos y me levanté de mi asiento

- Está bien - su cabeza seguía abajo

No me sentía para nada cómoda en esta situación. Verlo así me pone mal. No soporto ver a un hombre triste. Me parte el alma y más si es mi culpa.

Me fui hacia mi árbol. Me senté en al lado derecho de él. Mientras pensaba en que dibujar, la imagen de Justin se me vino a la mente. Sus ojos verdes, verdes de un color que jamás había visto. No tan distintos a los de Luke. Saqué mi cuaderno y comencé a dibujar. Algo simple, sencillo.

Los hermosos ojos de Justin.

Busqué algún crayón que igualara ese color pero no encontré ninguno. Así que decidí mezclar dos colores hasta que por fin logré. Logré el color de los hermosos ojos de Justin.

Pasé todo el recreo así. Pensando en los ojos de Justin. Son tan adictivos al igual que sus besos. Definitivamente me estoy volviendo loca por los Johnson.

- Quien lo diría Smith. Primero el menor y ahora el mayor - dije para mi misma mientras sonreía interna y exteriormente

- Ajá. Con que ahora la rarita habla sola - dijo alguien a mis espaldas

Inmediatamente abrí mis ojos como platos y me levanté del suelo dándome la vuelta y encontrándome con Cristina agarrada de mano de Luke y Rebecca a su lado.

- Mierda Luke no me puedes hacer esto - pensé mientras los miraba con algún sentimiento extraño pero que no me gustaba

- ¿No te han llevado al psicólogo rarita? - me dijo Cristina mientras me señalaba con su dedo y haciendo cara de asco

La verdad no sabía que hacer o decir. Luke y Rebecca se reían sin importarles nada.

- Espera Cris que a la rarita los ratones le comieron la lengua - esta vez fue Rebecca quien habló mirándome con superioridad mientras se observaba las uñas de una manera ridícula

- Hay que pena que la rarita no puede defenderse sola -

Ay no Luke, no te prestes para estas cosas.

Las palabras de Luke me dolían más que las de Rebecca y Cristina. Se me hace imposible pensar que Luke me esté tratando de esa manera.

- ¿Porque me tratan tan mal? Yo jamás les he hecho nada para que me traten así - les grité dolida y sabía que en cualquier momento comenzaría a llorar

- Cuidado con las palabras que usas para dirigirte a mí rarita - me amenazó Cristina mientras se acercaba más a mi

No pude soportar más y comenzé a llorar allí mismo. Frente a Luke, frente a Rebecca y frente a Cristina.

Ellos comenzaron a carcajear mientras yo caía al suelo como la débil que soy. Quería gritarle a Luke todo lo que sentía por el pero sería imposible.

Quería jalar por los pelos a Cristina y meterle unas buenas cachetadas para que no se volviera a meter conmigo pero sabía que sería en vano.

- Aunque no sería mala idea - susurré para mi misma mientras me reponía de valor y me levantaba del suelo secándome las lágrimas que caían por mis mejillas

Estaba a punto de hacer lo que siempre he querido hacer. Me levanté completamente y miré a Cristina con furia. Me lancé sobre ella haciéndola caer de espalda al suelo.

- Ya no más - dije

La comenzé a golpear y a halar por el pelo. Le empecé a golpear contra el piso lo cual provocó que ella diera unos gritos.

Unas manos me agarraron por la cintura tratando de levantarme de encima de Cristina pero yo ponía resistencia. Lo único que quería era romperle la cara a esa estúpida.

Esas manos no se detenían y cada vez me jalaban con más fuerzas hasta que lograron hacer que dejara de golpear a Cristina. Ya de pie, miré a mi alrededor. Había mucha gente gritándome cosas que no estaba muy conciente para escuchar.

Miré a quien me sostenía y era Luke. Me miraba atentamente sin ninguna expresión. Yo lo miré igual.

Mi respiración estaba ajitada al igual que la de Luke. Desde este punto, sus ojos eran aún más hermosos de lo que solían ser. Estaba paralizada y creo que Luke también.

No dije nada y me quité bruscamente sus manos de mi cintura. Recojí mi mochila, que por suerte estaba al lado del árbol, y me fui. Ignorando todo y a todos. En especial los gritos de Cristina que se hacía la dolida.

- Idiota - susurré para perderme entre la multitud de estudiantes que había

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