Capítulo 23

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•Capítulo Editado•

Cerré la puerta de un portazo tras de mi. Después de hoy no sabría si podía ver a Justin a la cara. Todo esto era tan difícil para mi.

A veces quisiera ser normal. Llevar una vida normal. Pero el destino no quería eso de mi.

Escuché varios gritos de Justin llamándome. Los ignoré. No tenía ánimos.

Antes de poner la llave en la cerradura, me detuve y cerré los ojos. Era la primera vez que una situación así no me daba ganas de querer llorar.

- Justin - murmuré y me volteé

El estaba justo a centímetros de mi.

Me sobresalté un poco. Todo lo que recordaba era que lo había dejado en el auto.

Tenía esa mirada de miedo que jamás había visto en él. Incluso, sus ojos demostraban algo más que simple miedo. Quería llorar. ¡Justin, quería llorar!

Antes de que yo emitiera alguna otra palabra se tiró sobre mi y me abrazó. Yo no necesitaba el abrazo, él lo necesitaba.

Pasé mis brazos alrededor de su cintura y entrelazé mis dedos en su espalda. Apoyó su cabeza en mi hombro dejando todo el peso allí.

Poco a poco sentí como se humedecía esa parte de mi camisa. Estaba llorando. Otra de las pocas veces que había visto a un hombre llorar.

- Justin yo - fui interrumpida por el

Posó su dedo sobre mis labios indicándome que no hiciera ruido. Su mirada casi me penetraba; como si quisiera leer mi mente. Sobre todo muy seria.

- ¿Tu qué? - al notar que no decía ninguna palabra, se adelantó nuevamente - ¡¿Tu qué Smith?! - me tomó por los hombros y me sacudió suavemente de alante hacia atrás

No tenía en claro lo que iba a decir pero mi mente me obligó a hablar.

- Justin yo los voy ayudar - el estaba igual de sorprendido que yo, pero trató de no hacerlo notorio

- ¿Qué? - su curiosidad se notaba a kilómetros

- Voy a ayudarlos. Me voy a acercar a Luke - solté como si nada

¿¡Qué!?

- ¿Qué? - dijo, más bien gritó

¿Qué acababa de decir? ¡No! ¡Yo no sería capaz!

- ¿De verdad? - una sonrisa empezó adornarle la cara

¿Eso que dije estaba bien?

- Eh, sí - asentí

No podía negarlo. Él ya lo había escuchado y muy claro.

Me abrazó nuevamente con lágrimas por toda su cara. En su mirar se notaba como casi quería brincar y gritar de felicidad.

Esa misma felicidad se me contagió al instante. Nada mejor que hacer feliz a alguien. Solo había un problema.

¿Cómo iba a lograr eso?

- Gracias - susurró contra mi

Sonreí.

Su aliento caliente chocaba con mi espalda cada vez que abría la boca. Eso me daba seguridad.

- Explícame todo, por favor - susurré por lo bajo

Dudo mucho que me haya escuchado.

- Bien - dijo y se separó de mi

Se secó las mejillas de una manera brusca, salvaje.

- Bien - repitió y me tomó de las manos

Se sentó en las escaleras delante de la puerta y me miró. Supuse que quería que me sentará y así lo hice. Me miró directamente a los ojos. Saqué mis ojos de él y cualquier parte de su cuerpo. Aún así sabía que me observaba directamente.

Me removí incómoda en donde estaba sentada, el escalón más alto.

- Como ya sabrás, Helena, la mejor amiga de Luke - lo interrumpí

- Justin, quiero saberlo todo - quise mostrarme seria pero mi voz, mi tono de voz me delató

Emitió un suspiro largo y frustrado.

- Conocimos a Helena desde antes de venir a Los Ángeles, mucho antes - lo interrumpí otra vez

- ¿De dónde son ustedes? - me mareé

- Colorado - respondió al instante

Asentí siendo consciente de que no me miraba.

- Todos éramos grandes amigos. En especial ellos dos. La conocimos en la primaria. Era del grado de Luke. Luke y ella eran inseparables. A ella le gustaba la música. Luke tocaba la guitarra, bueno estaba aprendiendo. Ya entenderás el punto que quiero llegar - me miró obvio

- Si -

- Bien. Recuerdo que ella se pasaba la vida en nuestra casa. Día y noche. Noche y día. Todos la amábamos, tenía un sentido del humor grandioso - rió como si recordara algo - Fuimos cómplices en varias bromas hasta que mamá y papá nos dicen que nos tendremos que mudar. Fue lo peor, para todos. Pero no podíamos hacer nada y lo tuvimos que aceptar. A Luke se le veía muy triste, siempre - pausó

De nada más imaginar a Luke y a todos ellos en ese estado me pone mal.

- Pasaron como dos meses desde que habíamos llegado y los padres de Helena decidieron divorciarse. Eso los puso peor a los dos pero la mamá de Helena decidió mudarse acá, con nosotros a California. El resto es historia - me miró y me sonrió

Cualquiera diría que el no estaba llorando hace menos de diez minutos. Sonreí junto a el.

- Nos veíamos todos los días. Un día Michael y ella nos dijeron la relación que tenían. Luke no lo quiso aceptar y desde ese momento se comportó extraño con nosotros. Muy distante. De hecho, un día enfrentó a Michael sin ninguna excusa. Llegamos a pensar que Luke gustaba de ella pero iba a ser demasiado estúpido. Nosotros mismos éramos testigos de como él la trataba y no era para nada como si le gustara. Ella era como su otra hermana menor. Digo, nuestra - sollozó llamando mi atención

Tomé su mano más cercana y le di un pequeño apretón de apoyo. Se que contarme esto era algo difícil pero necesario.

- Después de todo eso, Michael y ella fueron a un concierto casi a la madrugada celebrando su primer aniversario. Todavía recuerdo como Michael le dijo que tenía taquillas para el concierto. Ella casi se muere - se rió

Su risa era melodiosa.

- Venían regresando, Michael guiando en el auto de Samantha. Helena acababa de hablar con Luke sobre el concierto cuando minutos después papá recibe una llamada del hospital que tenían ingresados a los dos. Ambos en estado crítico. ¡¿Sabes qué se siente tener a tu hermano y a tu mejor amiga en el hospital por un maldito accidente que se pudo haber evitado si el imbécil que los chocó no se hubiera comido la maldita luz?! - se levantó agitado y enojado

Aún así tenía la mirada perdida.

Negué. Eso tiene que ser horrible. No me lo imaginaría. ¿Jacob y Sydney en el hospital?

Un escalofrío recorrió por mi cuerpo. Algo me dijo que debía evitar ese pensamiento. Me mareé nuevamente.

Me levanté junto a Justin y sentí un peso en mi cabeza. Algo más que un dolor. Me dejé caer hacia delante y unos brazos me aguantaron. Abrí mis ojos poco a poco, evitando cerrarlos y Justin me miraba asustado.

Tenía la respiración agitada. Muy agitada. No sabía que hacer, sus ojos me lo demostraron. Miraba para todos lados en busca de ayuda.

Mis párpados empezaron a pesar más y más. Traté de evitarlo pero me fue imposible.

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