Capítulo 25

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•Capítulo Editado•

Era la primera vez que había visto a Justin conducir tan rápido. Eso valía la pena en algún punto. Tuve que sentarme en el asiento trasero junto a Emma. No le permitiría llorar sola. No en estos momentos.

Todo mi cuerpo temblaba. Toda yo. Mis dedos, mis labios.

Jacob.

Era lo único que pensaba. En él y en la imagen que mi mente creó.

- Ese chico, rubio - pensé pero al instante descarté la idea

Sacudí mi cabeza de lado a lado. No. Hay miles de rubios en el mundo y Luke no pudo ser aquel. Eso jamás.

Aunque su cabellera se me hacía muy conocida...

Tantas ideas y preocupaciones en mi cabeza me estaban volviendo loca. Por lo único que me tenía que preocupar era en Jacob. Sí. Él es lo más importante ahora.

Nada de rubios asesinos.

Cero.

Nada.

Emma soltó un grito volviéndome a la realidad. Volteé a mirar a mi alrededor. Habíamos llegado.

Suspiré. No estaba lista. Aún no. Justin me ayudó a bajar junto a Emma. Al parecer ella era la mas afectada con todo esto.

Tenía las razones suficientes. Eran los hermanos mayores por lo que se tienen más confianza. Creo. Tampoco es como si yo les contara exactamente todo lo que me pasaba en la vida.

Digo, es mi opinión.

Escuchar las puertas de la entrada abrirse me obligó a volver a la realidad, de nuevo. Sentí ese impulso de llorar pero debía ser fuerte. No podía demostrarme débil.

Justin me tomó de la mano y le dió un apretón tranquilizador. Ya dentro buscamos a mamá y papá con la mirada. No los encontré. Perfecto.

Me dirigí hacia la secretaria detrás del mostrador junto a una computadora de frente.

- Por favor. Necesito saber en el habitación está mi hermano - exigí saber desesperada, queriendo llorar de nuevo

- Cálmese señorita - se levantó y extendió sus manos hacia mi

- Por favor. Necesito saber como está mi hermano. Se supone que esté aquí y que llegó hace rato. Recibió un disparo en el abdomen y - fui interrumpida

- ¿Porqué no se sienta allí y se calma? - dejé de insistir

¿De verdad me había dicho eso?

- ¡Usted no entiende! - le grité - Mi hermano puede estar debatiéndose entre la vida y la muerte y usted lo único que me dice es ¿que me siente y me calme? - todo el mundo a mi alrededor me estaba mirando

- Señorita por favor. Espere noticias allí sentada - señaló las sillas a unos cuantos pies

- Usted es una incompetente. Ojalá y a su hermano... - Justin a mi lado me tomó por los brazos, me tapó la boca con su mano libre y me arrastró hasta donde estaba Emma

Eso no me prohibió seguir insultándola pero claramente no se entendía. Solamente eran murmuros perdidos.

- Cálmate ¿sí? - me sentó a la fuerza

- Lo siento - bajé mi cabeza como un niño recién regañado

Justin tenía sus problemas como para ayudarme a resolver los míos. Se sentó junto a mí en cuanto intenté pararme.

Me tomó con fuerza las muñecas y apegó mi cabeza a su pecho. Comencé a llorar. La rabia que tenía acumulada mezclada a la tristeza que llevo guardando hicieron lo que quisieron.

Yo era una débil. Eso lo tenía demostrado. No era capaz de nada. De nada.

- Soy una inútil - susurré y sollozé

- No, no lo eres. Tu eres la persona más valiente que he conocido jamás. Enfrentaste a esa secretaria frente a todo el mundo. Incluso le pegaste a Cristina - me reí cuando lo recordé

- Gracias - susurré contra su pecho

- Te quiero -

La sangre me dejó de circular y el corazón se me detuvo al instante. ¿Había escuchado bien? Mis ojos se abrieron y mis manos comenzaron a temblar.

- ¿Qué? - dije con un hilo de voz

- Te quiero - repitió sonriendo

- Justin -

- Lo sé. No es el momento pero tenía que decírtelo -

Me aferré a el como si no hubiera un mañana. Lo necesitaba demasiado. Justin me confundía bastante.

Es como si estando con él, cualquier otra cosa desapareciera. Sólo estábamos el y yo. Nosotros dos solos.

Y el bebé que estaba esperando de su ex pareja...

Todo eso cambió cuando mamá nos encontró. Lloraba a mares. Nos dió la peor noticia de todas. Jacob había perdido mucha sangre y los doctores no creían que se fuera a salvar.

La policia llegó y me sentí incapaz de contarles la verdad. Que yo lo había visto. Me tomarían por loca.

También me sentía culpable. Quizá si hubiera hecho algo antes, los culpables de la muerte de Jacob estarían tras las rejas ahora.

Habían pasado ocho días desde su muerte. Una semana y un día desde que no iba a la escuela.

Justin venía a mi casa todos los días. Por la mañana y por la tarde. Yo ya lo había superado un poco pero Emma, Emma no salía de su cuarto para nada. Y no era tanto superar porque es imposible superar algo así pero al menos era más fuerte. Pero Emma...

Según los doctores, había entrado en una depresión severa y en cualquier momento tendría que ser hospitalizada.

- ¿Cómo está? - preguntó Justin refiriéndose a Emma

En estos últimos días, ha estado mucho más atento conmigo. Como si algo dentro de él lo estuviera moviendo a estar conmigo.

- De mal a peor - miré por la ventana en ninguna dirección específica

- De verdad lo siento - le dió la vuelta a mi cama y se sentó junto a mi

Me paré al instante y caminé en dirección contraria. Últimamente me sentía incómoda estando tan cerca a el.

Corrección, me sentía mal estando junto a él. Por más que quiera nada va a pasar entre nosotros. No se puede.

A mi me gusta su hermano y por más que quiera, no él.

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