-... Oh, y no te imaginas con quien más estaba: Reiner Braun. Ah sí, otra vez lo mismo. ¿Lo recuerdas verdad? Aquel rubio alto de músculos enormes que todas querían follarse, estaba un curso delante de nosotros, se graduó el año pasado. No tengo idea que hacía aquí pues oí que por sus actitudes deportivas consiguió ingresar a una muy buena universidad del norte o algo así...
-Sasha...
-Como sea, ¿dónde estaba? Oh, sí. ¡Krista e Ymir! Ya conoces a Ymir, ella es tan celosa de su petit, pero obviamente estaba con una sonrisa de oreja a oreja. Pero oye, amigo ¡Juro que era demasiado incomodo verla! Porque se notaba leguas que sólo fingía estar pasándola bien por Krista y que en realidad la presencia de Reiner la molestaba. Así que al parecer quería sacárselo de encima...
-Sasha...
-Me aburrí mucho en ese momento, todos dejaron de bailar esperando que Reiner se alejara de ellas, parecían buitres. Y no te imaginas lo que sucedió. Supongo que ese gorila rubio estaba ebrio porque, cuando me di cuenta, estaba de rodillas, lo juro, de rodillas pidiéndole casamiento a Krista. Creo que por su sonrisa burlona, ni siquiera él se lo estaba tomando en serio, pero todas las demás estaban como "¡OMG, es tan tierno, galán y considerado!", ¡puaj! Fue una suerte que no me resbalara en el charco de baba que dejaron esas calentonas. Simplemente no entiendo porque tanto amor por él...
-Sasha...
-Digo, no me malinterpretes, sí me lo tiraría, pero oye... No es el tipo de chico con el que me veo comprometida por el resto de mi vida. Reiner siempre fue muy inmaduro y...
-¡Sasha!
-¿¡Qué!?
-Tengo que decirte algo.
-Oh, ¿qué sucede Marco?
-Es sobre Jean... ¡No te quedes mirándome con esa cara de perdida, Sasha!
-¿Estás enamorado de él?
»Vamos, te sonrojaste. Por favor, no me digas que estás enamorado de Spirit.
-No lo llames así. No, no es eso. Es decir, sí. Creo que siento algo por ese tonto y... Tú sabes. No, no sabes. Ha pasado algo maravilloso, Sasha. Se me han alineado los planetas.
-¿Descubriste a que glory holes le gusta ir a meter el pene?
-Dios, no seas asquerosa. Escuchame:
»El domingo por la tarde, estábamos en el arroyo. El agua se ha congelado y puedes caminar sobre él sin problema, es algo genial, no lo intentábamos desde que éramos un par de mocosos. Bueno, no quiero salirme de tema. La cuestión es que cuando nos cansamos de pasear y saltar sobre el hielo para ver quién era el primero en abrirlo y morir de hipotermia, nos adentramos en el bosque a buscar un sitio donde descansar. Durante todo ese trayecto, Jean estuvo muy misteriosamente callado.
-¿Un silencio incomodo?
-mmm... Sí. Se estaba tornando algo incómodo. Sólo había estado así de misterioso otro par de veces, y en ambas ocasiones fue porque tenía noticias muy feas para darme. Pero esta vez me ha hecho el mejor anuncio que podía esperar.
-¿¡Dijo que te amaba?!
-No, no. Todavía no. Pero, al parecer tengo esperanzas, Sasha
-...
-Me dijo que era gay.
»Sasha, ¿te pasa algo?
-Oh, no. Es sólo que... Es sólo que se me ha venido una imagen a la mente. ¿No te ha dicho nada más? ¿Y tú que le dijiste?
-Pues después de eso me dio la espalda y yo le tomé un hombro. No quiso seguir hablando y yo tampoco supe que decirle. Bueno, de hecho quería decirle cuanto lo quería, pero creo que no era el momento apropiado. Aunque quizás sí era un buen momento para salir de closet también. Ya pasó, pero... No lo sé, Sasha. ¿Tú crees que ahora tengo más probabilidades? Estás muy seria.
-Definitivamente tienes más las de ganar ahora, pero... Marco, ¿no te has preguntado por qué Jean te ha confesado eso?
-Tal vez tenía la necesidad de contárselo a alguien.
-Es un poco raro, me hace mucho ruido una salida del closet tan espontanea. Bueno, ¿es espontanea? A lo que voy es que, ¿qué tal si Jean ha conocido a alguien que hizo que descubriera su sexualidad?
»¿Marco?
-¿Tú... crees que se ha enamorado de alguien más?
-¿Eh? No, no, no. No, no pienses eso. Soy una tonta. Perdona, me he ido por las ramas. Oye, creo que debería irme a casa antes que oscurezca más. Es una lástima porque realmente amo tu habitación con calefacción. Oh, dios mío, podría quedarme a vivir aquí.
-Puedes quedarte aquí si quieres, amiga.
-No... Lo mejor será que me vaya. ¿Bajas abrirme?
Sasha caminó las ocho frías manzanas que separaban su hogar de el de Marco. Caminó pensativa mirando las remas peladas, oscuras y secas de los árboles, en ningún momento bajo la mirada y tropezó varías veces por la nieve que parecía querer tragársela. Pensó en lo lindo que era su barrio cuando las luces de los faroles se encendían mientras los últimos destellos del día se esfumaban. Un par de estrellas ya podían divisarse en el cielo. Llegando a casa, vio la luz del comedor encendida y dio por sentado que su padre ya estaba cenando. Al entrar, fue recibida por sus nueve perros. Los saludo uno por uno. «Cenaré arriba», le dijo a su padre y subió con la bandeja a su alcoba.
No podía parar de pensar aún mientras se atrincheraba la boca de comida. La confesión de Marco no dio tiempo a que Sasha le contará como Bert, esa noche en la fiesta, se sintió desplazado por Reiner, que era lo que en realidad estaba intentando contar. La imagen de Bert, ahí parado en un rincón observando como el otro gorila se arrodillaba a pedirle matrimonio a la inocente y buena Krista, la cara del pobre Bert, esa mirada tan dolida por tan descarada traición. Ahí Sasha había entendido porque la sonrisa irónica de Reiner, porque estaba montando todo ese espectáculo frente a Bertholdt, que no se movió, se quedó quieto con las manos en los bolsillos con los ojos fijos en la escena. Se preguntó si alguien más lo habría notado.
Cuando terminó de comer, se tiró de panza en su helada cama y abrazo su almohada. Marco era el amigo y la persona más noble que conocía, él no merecía la humillación que sufrió Bert. Jamás permitiría que algo así le pasara. Esa noche, haciendo la digestión, Sasha decidió que haría todo lo que estuviera a su alcance para que Marco y Jean pudiesen ser felices juntos.
ESTÁS LEYENDO
Los peces que no nadan
Hayran KurguAU donde Jean y Marco son dos estudiantes que ya no consiguen hallarle encanto a la vida, ni siquiera estando juntos, por lo cual deciden ponerle punto final en un pacto suicida tan noble como puede llegar a ser. -Historia no lineal-