II

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El sonido del timbre indicó la hora del almuerzo. Recogí mis cosas sin prisas, ya que nadie me esperaba, no tenía ninguna clase con Lee, o con Ruth, ni siquiera con Marcus o West. Tras depositar todas las cosas en la taquilla, y coger mi libro de Historia del Arte para mi última hora, me dirigí al comedor.

Hoy era viernes, Día Internacional de la Pizza en el Colegio, ya, ya... es inventado. Pero las cocineras siempre lo aplican. Hoy había pizza de cuatro quesos y de barbacoa.

Me dirigí a nuestra mesa que ya estaban todos esperándome.

- ¡Morena!- tras sentarme West se acercó a mi y me dió su mejor sonrisa mordiéndose el arito del labio.

- No te voy a dar mi trozo de pizza West- le dije dándo el primer mordisco sin ni siquiera mirarlo.

- ¡Pero si tienes muchos trozos! No te los vas a terminar- gruñó como niño pequeño.

- Alex come como un chico, tres trozos es nada para ella- dijo Lee orgullosa. Rodé mis ojos y seguí comiendo en silencio, y riendo de vez en cuando por las peleas que tenían.


Esta semana habíamos estado los cinco juntos siempre, bueno no siempre, pero empezaba a sentir cierto afecto por ellos. No son ni de cerca como pensé que eran. Son divertidos, amables y leales a sus amigos. No había pasado nada extraño estos dias. Bueno... había chicas que se acercaban a Ruth y West para preguntar por ese chico, Amstel, pero ellos decían escusas viejas y estúpidas, no entendía como podían llegar a creerlos. Que ingenuas...

Estaba terminando de comer cuando mi teléfono empezó a sonar.

- ¿Digaha-ah?- pregunté con la boca llena sin mirar quién era.

- ¿Princcipesa?

- Oh, hola Derek- reí sin saber, y paré de repente- ¿Ha ocurrido algo?

Los chicos prestaban atención a mi conversación.

- Bueno...- alargó la palabra.

- ¿Le ha pasado algo a papá?- dije ahora preocupada.

- No, no, no. Tranquila... es solo que...

- ¡Derek!- dije impaciente. Lee rió por lo bajo y le dí una mirada asesina.

- Vale, vale. Nos hemos quedado sin agua en casa y... tendremos que ir al gimnasio hasta que lo arregle la compañía- dijo rápido.

- ¿Cómo?

- Venga Princcipesa, a mi tampoco me hace gracia, pero papá está muy ocupado estos días en el gimnásio, y debemos facilitarle las cosas- su voz se tornó más seria, y sabía que no podía comportarme de ese modo tan infantil.

- De acuerdo Derek. Vendré hoy a ca-...

Lee cogió mi móbil sin permiso.

- ¡Derek!- dijo alegre- sí, está bien. No ¡Derek! ¡Por favor! yo no le haría daño- dijo con voz inocente- Sí, si, todos en casa estan bien. Sí, las vacaciones de Navidad también. Oh, bueno, solo quería decirte que Alex se quedará hoy en mi casa ¡Sí, noche de chicas!- dijo con una exclamación con demasiada emoción- No, no habrá chicos- rodó los ojos- Te lo prometo. Sí... Alex no hablará con nadie, ¡esto es estúpido Derek!- dijo con los ojos abiertos- ¡No la voy a encerrar! Sí, que sí pesado... Ahora mismito te la paso.

Contenía mi risa con una cara de no entender nada.

- ¿Alex?

- Ajá- dije al teléfono.

- Mira Alessandra Rose Drew- su voz protectora salió a flote- como aparezcas embarazada mañana por la mañana te voy a encerrar en tu cuarto sin libros, sin series y sin películas.

Su próximo objetivo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora