IX

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Una corriente de aire frío me despertó. Maldije a Lee por no haber cerrado la ventana del cuarto en la noche. Me estiré en la blanda y fina cama. Me levanté de golpe. Lee no tenía una cama tan grande como esta. Miré a mi alrededor, era una habitación vacía de decorados. Una gran ventana estaba medio abierta a mi izquierda. La persiana estaba hechada cosa que agradecía, por que me dolía la cabeza. Restregué mi mano por la cara y noté que me dolían los labios. ¿Qué pasó a noche? ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? Un montón de preguntas empezaron a atacar mi cerebro que empezó a responderme con pinchazos y pequeñas imagenes de anoche.

Yo gritando a Lee por obligarme a cambiarme. Entrando en el mismo bar de la otra noche. Amstel serio mirando a la nada. Yo pidiendo chupitos... Y nada más. Todo lo siguiente me parece confuso, como si fuera un sueño.

Miré mi cuerpo recordando dónde me encontraba por si habían abusado de mí. Pero llevaba mi ropa de anoche. No quería levantarme temiendo lo que encontraría al salir, pero debía hacerlo.

Me levanté en busca de un baño, en la misma habitación había tres puertas. Me acerqué a la de la derecha al lado de la cama y allí se encontraba el cuarto de baño.

No llevaba maquillaje en la cara, aunque si estaba muy pálida. Un pinchazo latió en mi frente. Abrí el grifo. En la encimera había un cepillo de dientes como de un hotel y pasta de dientes. Me miré de cerca en el espejo. Tenía los ojos rojos e irritados por haber forzado mucho la vista. Miré mis labios, en el interior de mi labio inferior tenía una pequeña herida, algo superficial. ¿Me habría pegado con alguien? Toqué mis labios hinchados y estos me dolieron un poco. Ignoré esto y me lavé los dientes. Tras hacer todo eso hice mis necesidades.

Mi pelo estaba horrible. La cola perfecta que ayer me hice ahora estaba desecha y baja. Me quité la goma y me lo intenté desenredar con los dedos para volver a recojerme el pelo en otra cola, esta más floja.

Estiré mi ropa intentando arreglar mi top. Salí del cuarto de baño y me dirigí a la puerta más cercana, me sorprendí al ver otra habitación más pequeña, era un armario personal. Esta persona debía de tener dinero...

Finalmente cuando salí por la puerta correcta, decidí investigar a ver por dónde se salía de este lugar sin ser vista. Miré a mis lados, pero solo había puertas. Decidí ir por el pasillo de la derecha. Todo estaba oscuro en este lugar. Travesé el pasillo para empezar a ver mejor por la luz que entraba de los enormes cristales. Pude saber que estaba a las afueras de la ciudad, y que era un piso, ya que se veía la ciudad des de arriba. La decoración en el comedor era moderna y masculina, sin ningún toque familiar. Me acerqué a la puerta negra que parecía ser la puerta de salida. Intenté abrirla pero esta no cedía. Supuse que estaría cerrada con llave, miré a mi alrededor por si las veía, pero estas no estaban. Tendría que buscar al protetario de este piso, y pedirle explicaciones. Sabía que no había pasado nada, pero presentía que no me gustaría nada quién me encontrase.

- Mierda...

Medio grité, me había dado con el canto de la esquina del pasillo. Volví al lugar oscuro. Me acerqué a la primera puerta después de la habitación por la que había salido. Era dónde estaba la lavadora y secadora.

- Nop.

Abrí la de al lado pero esta era un baño. Me acerqué a la última que tenía una puerta con distinto color. La abrí lentamente, y sin hacer ruido me adentré. Una espalda tatuada y desnuda estaba en mi campo de visión. El hombre de pelo oscuro estaba enrededado entre las sabanas, esperaba que no estubiese desnudo. No sabía que hacer, miré el cuarto. Éste era bastante grande, había dos puertas dobles, que suponía que era el armario y otra puerta que sería el baño. A otro lado había un escritorio lleno de documentos, y por las paredes, algunas lisas y otras con estanterías llenas de libros. En una de las paredes había un mapa-mundi y en él estaban marcados en rojo bastantes lugares, y en azul otros, y había tres de color verde. Me acerqué para observar mejor por la escasez de luz. En los puntos verdes había fotografías. Me acerqué más para ver la de Australia, una chica pelirroja enseñando su lengua, ¿esa no era Ruth?

Su próximo objetivo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora