VIII (AMSTEL)

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Cuando la ví alejarse sin volverse a mis gritos supe que la había cagado, pero ¿qué más dá? Es solo otra tía.

Sí, cazador... repítelo hasta que te lo creas...

Bebí otro trago de agua esta vez con un poco más de fuerza. La puerta se volvió a abrir y por ella entró Ray Drew, ex-boxeador profesional, mi nuevo entrenador y el padre de Alex. Me miró y me lanzó unas tiritas. Sí, le había pedido algo para las rozaduras. Miró a nuestro alrededor y suspiró.

- ¿Cuál era tu nombre chico?- me preguntó resfregando sus manos.

Guardé las tiritas en mi pantalón deportivo y me coloqué la camiseta gris de tirantes que tenía cerca.

- Amstel señor- dije serio.

- Tu nombre completo- me tensé. No me gustaba decir mi nombre. Ante mi silencio Ray levantó sus ojos a mí- No tengo todo el día. Tú nombre.

- Señor mi nombre es Amstel, todo el mundo me llama por ese nombre, no tengo otro- mi voz sonó más seria. Él me miró y asintió para después acercarse a mí.

- Bien, no me importa cuál sea tu estúpido nombre- qué directo...- En mi casa debes saber unas reglas básicas.

- ¿Me acepta?- pegunté sorprendido. Él me miró mal.

- 1) No interrumpas a tu entrenador, nunca- remarcó el nunca- 2) El respeto, sin respeto no hay familia, y esto es mí familia. Y 3) ni se te ocurra mirar a mi hija, por que no vivirás para contarlo.

Este hombre sí dá miedo. Tragué saliba y asentí. Nunca me habían amenazado de esa manera, y menos en algo que realmente me importase.

- Vé con Wenny y ella hará tu ficha- se acercaba a la puerta- A ella sí le podrás decir tu nombre.


Y se fué. Me cambié rápido, hoy había quedado con los chicos y tenía que ir a mi piso a cambiarme aún.

- ¡Hey moreno!- al salir por la puerta de la sala una voz de mujer me llamó- ¿Tú eres Amstel cierto?

Asentí- Tú debes de ser Wenny- ell me sonrío y asintió.

- Necesito que rellenes este documento, solo lo tendré yo, y este otro para cobrarte con tu cuenta del banco.

- Oye Wenny,- le sonreí amable- ¿puedo pagar en efectivo?

- Oh, entonces deberás rellenar este formulario.

Asentí y escribí todo lo que me pedían. Puse mi nombre, y toda mi información. Pocas personas sabían de él, y normalmente ni me llamaban por él, sabían que no lo soportaba.

- Aquí tienes guapa- ella se ruborizó y guardó los documentos después de chequearlos.

- Todo correcto- le sonreí y tras despedirme me fuí.

Aparcada a un lado del edificio estaba mi moto. Me subí en ella tras apretar mi bolsa y aceleré el motor.

A las doce de la noche entré al antro. No esperé mucho, sabía dónde se encontraban, siempre estábamos en la misma mesa. Me acerqué y el primero en saludarme fué Marcus. Este me sonrió tenso y se volvió a sentar. West tras hacer nuestro saludo me ofreció una cerveza fría, sonreí al recordar cómo Alex se había referido a mí como una cerveza.

Negué con mi cabeza y me dirigí a mi amiga.

- ¿Qué tal preciosa? ¿Dónde está tu otra mitad?- la burlé. Ella me sacó el dedo del medio para luego darme un abrazo.

Su próximo objetivo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora