XIII

19 1 0
                                    


Lee estaba sola esperándome en la entrada del instituto.

- Vamos retrasadas- me avisó estudiándome.

Apoyé mis manos en mis rodillas y respiré. Había corrido des de mi casa, y sabía que aún así no llegaría. Cuando hube calmado mis pulmones de no sangrar, pude responderle.

- Lo sé,- tomé aire- ayer estube ocupada con los trabajos que no pude hacer.

- Oh, claro- dijo aún con la misma pose- ¿Y qué fué lo que te ocurrió?

Me quedé callada y analizé su comportamiento. Tenía los brazos cruzados al pecho, ropa oscura, y casi no iba maquillada, además que estaba a la defensiva.

- ¿Estás enfadada?- pregunté dejando caer mis ombros.

Lee me miró y deshizo sus brazos para suspirar sonoramente. Empezó a temblar, y eso solo ocurría cuando quería explotar.

- Eh, eh, tranquila...- la abracé- estoy aquí- hicé unas caricias en su espalda y ella aumento su agarre.

- No lo parece- dejé de acariciarla pero seguí con nuestro abrazo.

- Siempre estaré.

- Siempre...

Sonreí escondiendo mi rostro en su cuello.

- Parecemos Augustus y Hazel- reí. Ella también rió.

- Sí, pero nuestro pequeño infinito será eterno.

- Anda deja de ser tan cursi- le golpeé el trasero haciendo que ella riese.

Nos separamos y nos fuímos a sentar cerca la puerta para la segunda hora. Lee suspiró tras yo sentarme y me miró nerviosa.

- Sé que estos días he estado muy pesada con el tema de Amstel- que extraño oir ese nombre cuando conoces su verdadero- pero quería que supieras que creí que era por el bien de los dos. Yo también ando con él, y nunca antes lo había visto como lo ví ese día contigo...- sonreí recordando las luces en su rostro mostrando su tan especial sonrisa que estaba extrañando-... y esto, Rosy- me llamó sacándome de mi ensoñación- ¿hay algo que deba saber?

Mordí mi labio inferior y negué.

- No, nada.

Quería mantener lo de Odín y yo bajo candado hasta que estuviesemos listos. No sabía a dónde nos llevaría lo que hicimos el otro día, pero estaba segura que seguiría al pie de cañón con él.

- De acuerdo...- me miró con extrañeza y una sonrisa en su rostro, negó- Por un momento creí que tú... Nada, es una tontería- rió.

Mordí la carne interna de mi mejilla.

- Bueno, al caso, que creo que deberías hablar con él, por que no solo a él lo sentí distinto. Tú estabas no sé como explicarlo... distinta.

Miré como Lee intentaba explicarse concentrada. Imaginé lo difícil que sería hablar conmigo, siendo que temo estos temas.

- Yo solo quiero lo mejor para ti Rosy, y si es Amstel quién te dá esa felicidad... entonces yo te apoyaré en todo.

Miré como retorcía sus manos nerviosa.

- Grácias Lee, por todo.

Ella suspiró y me sonrió.

- Joder, morena. Pensé que ibas a cabrearte- reí.

- Esa es mi rubita- la cogí por el cuello haciendo que gritará- Shh... no dolerá.

Reimos y cuando llegó la segunda hora nos levantamos y fuímos a nuestras respectivas aulas.

Su próximo objetivo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora