CAPÍTULO 35.

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*Narra Lorena.*

-2Meses después.-

Jamás había mirado al cielo con tanto coraje.

Él, sin preocuparse por mí, siendo el mismo que antes.

Y yo, aún llevo sus palabras tan presentes.

Jamás pensé que podría recordar tantas sonrisas, tantos momentos.

Y ahora no está.

Quiero salir de esta maldita vida.

No puedo aguantar más sin él, sin saber nada de él, sin tenerle.

Quiero ir a buscarlo, ¿pero sabes? No quiero ir detrás de la persona que me dejó atrás hace dos meses y no se ha encargado ni de llamarme.

Mi vida ahora es la rutina de siempre, ya lo dije.

Estudiar, estudiar, y más estudiar.

Llorar, llorar, y más llorar.

¿Por qué mi felicidad dependía del chico que me había dejado?

Si os digo que me arrepiento, y si le pido perdón, y si le digo que yo también le perdono a él, y si le digo que me trataré mi orgullo y le escribiré de nuevo...
Pero probablemente esté muy ocupado y se le olvide contestarme, o probablemente no encuentres ningún tema con el que hablar conmigo, o probablemente tenga mejores cosas que hacer, o probablemente quiera contestarme pero no puede.
Sólo probablemente...

Y ahora, sólo quiero preguntar algo:

¿Cuánto tiempo se tarda en olvidar un minuto?

Porque si es mucho, prefiero desaparecer de este maldito mundo.

Y no sé porqué me enamoré de él.

Quizás fue porque éramos tan distintos, tan opuestos, tan ajenos.
Y ahí estaba la conexión, y esa era la coincidencia, lo que no teníamos en común.

Por eso me enamoré del chico malo.

Del chico que todas las chicas se follan, pero que sólo yo, le follé el corazón.

Decido ir a dar una vuelta y desahogarme.

Voy al parque de siempre, y ahí le veo.

Estaba de espaldas sentado en un banco.

Mi corazón empezaba a acelerarse, y la ilusión volvía a mi persona.

Corro hacia él, y cuando gira la cabeza, las esperanzas que tenía, se cayeron por las escaleras.

Era Jesús.

Aunque me alegraba de verle.

-Lorena... -dice él.
-Quiero que le digas una cosa a tu hermano.
-Dime.
-Dile que ya no le hecho de menos. Dile que ya lo he superado. Dile que olvide todas aquellas veces que me hizo reír, porque yo ya lo he hecho. Dile que ha me he acostumbrado a estar sin él. Dile que ya no lo amo.
-Está bien, ¿Algo más? -dice con una pequeña sonrisa en su boca.
-Si, jamás le digas que mientras te decía todo esto, estaba llorando.




El Lado Oscuro. Daniel Oviedo. || #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora