El Lado Oscuro. Daniel Oviedo. || #Wattys2016

CAPÍTULO 36.

-Tranquila, no le diré nada. -sonríe.
-Me muero sin él, Jesús. -me siento a su lado apoyada en su hombro.
-Él no se ha ido por ti, lo sabes.
-Ya, pero, ¿Por qué no me lo dijo a la cara? ¿Por qué se fue tan rápido? No pude despedirme.
-¿Sabes? un día te cansarás de todo. Te cansarás de estar todo el día mirando su última hora de conexión, de mirar constantemente fotos suyas, o incluso de escuchar las canciones que te recuerden a él.
Un día dejarás de hablarle de él a tus amigas y sentirás como algo va mejor.
Sonreirás por ti misma, no tendrás que fingir que estás bien.
Sentirás como tu corazón se va reponiendo cada minuto que pasa.
Dejarás de dormir te cada noche llorando, él no será ni tu primer, ni tu último pensamiento del día.
Sólo será él, el chico por el que te morías en esos tiempos.
Y sólo será un recuerdo, un recuerdo bonito, pero a la vez triste.
Ya no dirás qué estás enamorada de él, ni que te hace falta para respirar, no será esa parte esencial en tú vida. -dice mientras me acaricia el pelo intentando tranquilizarme.
-¿Tú alguna vez has sentido eso? ¿Has conseguido olvidar a esa chica? -levanto la cabeza y le miro.
-Nunca se olvida algo que te ha hecho tanto feliz. Ya no sufrirás,ni llorarás más por él, pero jamás podrás evitar sentir que fue, es, y será el chico más importante de tu vida, y al que amarás siempre, te lo aseguro.
-¿Quién es esa chica? Venga, dímelo, somos amigos. -digo con una pequeña sonrisa.
-¿Amigos? -río sin ganas. -Claro que somos amigos, pero cualquiera que tenga dos dedos de frente, se daría cuenta de que estoy enamorado de ti.
-Joder, Jesús. Perdón... -bajo la cabeza.
-No es culpa tuya, es mi culpa, por enamorarme de la chica que intenté hacer feliz 3 años, y aún no poder aceptar que te tengo que olvidar.
Tú solo me dijiste que ya no me querías, pero yo he seguido haciéndome ilusiones todo este tiempo, intentando volver a enamorarte. Es mi culpa. -sonrío falsamente.
-No quiero que estés mal por mi. -le miro.
-No es que este mal, es que ha estoy acostumbrado a esto. -me mira el también.
-¿Te has enamorado incluso de mis defectos?
-¿Qué defectos?

Poco a poco, sin pensar en nada más, me acerco a él, lo que él también.

Cerramos los ojos, y juntamos nuestros labios, y entre lágrimas, nos besamos.