Ahí vienen las olas de plata
a estrujar los campos de arroz,
a escoger la lana cara,
a tomar del cielo el sol.
Ahí vienen las horas planas
de murmullos en la ciudad de oro oscurecida,
con la tortura que en estas mentes brilla,
con las llagas amoldadas al frío,
con las venas besando las canaletillas.
Por ahí llega la risa,
el goce de los tés tomados sin prisa,
la chispa de las cosas que no terminan,
la alegría de la vida en su tinta.
Se van, una vez más, el tiempo y sus hijas
y el suicidio del mundo taconea a la vuelta de la esquina.
Abuela Cárceles
Poetisa del Rízstaton
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Los caminos hacia Marutá (Edición 2016) [Completo]
Fantasy«Fui a Eirre una vez y oí mil nombres, pero entre todos ellos siempre el que más saliva dejaba era Marutá. Permanecí en aquel lugar para intentar saber por qué lo mencionaban tanto, qué le veían. Me introduje tanto en su mundo que formé parte del mi...