1999-2 (Español)

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No tendría la vida arruinada

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No tendría la vida arruinada. No se le echarían a la cabeza los langen enfadados. Volvería a casa con los pies cansados solamente. Pero, ¿quiénes somos nosotros para arrepentirnos por ella? Mírala aquí, adormilada, sin saber del verdadero mundo, creyendo que ha hecho obras de bien. ¿Qué le vamos a decir cuando despierte? ¿Que todo está bien, que el mundo ha sido solucionado? Nos mandarán a castigarla probablemente, y a mí me apena demasiado por las caras dulces que está haciendo al dormir.

Esta larga oscuridad ya no duda en carcomernos a la luz del día, con miradas expectantes encima de nosotros. Los zooguerreros de Teresa se han traicionado entre sí por un mísero de gramo de oscuridad para solucionarse las puercas vidas. Míralos tirados allí, harapientos sus corazones, traicionadas sus mentes, con unos minutitos más de vida antes de volverse polvillo.

Y a pesar de todo esto, los sabios no quisieron hacer nada. Dejaron a los eirreanos solos sin advertirles de que jugaban y adoraban lo malvado del mundo. ¿Y ellos se consideran «grandes elfos»? Víboras sin piel lo que son. ¿Ahora qué hacemos nosotros con este continente descompuesto que se ha vuelto Eirre? Si le preguntamos a Historia nos dirá que les dejemos estar, que se harán páginas jugosas con su sufrimiento.

No podemos hacer nada por ellos. No es como si pudiéramos rehacer este año y borrar los actos de Libertad. Sólo podemos esperar a que los eirreanos algún día tengan el nombre limpio.

–Enciérralos en Cristal, Siempreluz, para que al menos sus almas mueran con placer.

–¿Se lo merecen de verdad?

–Podríamos gastar toda una vida en culpar a alguien, pero a veces todos tenemos motas de culpa de lo que ocurre. ¿Tú y yo por no rebelarnos no somos culpables también de que la bonachona de Libertad vaya a recibir castigo? ¿Qué hacemos? ¿Flagelarnos?

Siempreluz miraba el pilar de agua brillar. Era de noche y se sentía con deseos de experimentar cosas frías, pero León insistía en asuntos cálidos como la vida.

–Está bien. Enciérralos en Cristal.

Una brisa de luces cerúleas envolvió a los dos muchachos tirados en el suelo. Para entrar en Cristal primero había que dejar atrás todo lo que no venía de fábrica en el humano; sus ropas se volvieron agua. Una vez desnudos, fueron secándose y arrugándose como flores, hasta que con un pequeño roce de la brisa al fin llegaron a antropolvo. «Un hermoso polvo», comentó Siempreluz. León los puso a descansar a un lado de la torreta de agua.

Por el puente occidental llegaban dos tigresas con noticias desde Datang–La.

–Historia ya ha decidido qué se hará con Libertad.

Y Siempreluz, que había dejado de desear sentir cosas frías esa noche, se notó traicionado por sus miedos.

–La van a incorporar al equipo de la Reorganización. Ya está todo hablado con los gabrielianos. Historia dice que sólo así podría algún día reparar todo el daño cometido. Su recorrido será Búpolis, Fornópolis, Salto y Gabriélpolis.

–¿La van a meter ahora? Si ya casi no queda gente...

–Es una decisión muy benevolente por su parte –comentó León.

Dos días después del juicio, un aerocilindro cargaba con la aún dormida Libertad hacia Búpolis. Yo la miré irse y deseaba con toda el alma que consiguiera al final ser eximida de los castigos mayores. Mientras ella ayudara a la Reorganización, yo seguiría buscando el modo de repetir 1999 y salvarla de la oscuridad. León no entendía mis ansias de esforzarme en aquello, pero Historia no daba segundas oportunidades en vano.

León recalcó aquella noche la cruel ironía: Marutá, el sitio más inocente del mundo, era para los eirreanos una fuente de miedo, un bosque de maldades y bestias impías, y la culpable del fin del mundo. Un grupo de tigres imberbes se entristecieron al saberlo y fabricaron pequeños abrazos entre sí. Nos tiramos la madrugada charlando con ellos, hasta que nos dormidos con alegría virgen extra y a la vez esperanzas de cartón en el alma.

Los caminos hacia Marutá (Edición 2016) [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora