Vestido de boda

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02. Vestido de Boda

Liam estaba sentado en su cama colocándose las medias y las zapatillas cuando irrumpió su mejor amigo.

—Hola. —le sonrió.

—Hola. —respondió este de la misma manera.

—¿Puedo pasar? —preguntó el moreno con una sonrisa, y con la misma delicadeza que siempre tenía para con él. ¿Quería que pasara? Claro que no, se sentía traicionado de alguna forma. Sentía que le hería verle la cara y acordarse de que no le pertenecía, le dolía comenzar a entender que en parte era su culpa.

Pero era Zayn ¿cómo decirle que no con ese brillo en los ojos con los que lo miraba y con esa ilusión con la que siempre le pedía algo?

—Sí. —respondió sin mucha emoción.

Se sentó al lado de él en la cama, mirándolo mientras terminaba de vestirse. Suspiró.

—Quiero que me acompañes a hacer unos trámites para mi matrimonio. —le comentó.

—¿Sí? —preguntó intentando simular entusiasmo. Se rió de sí mismo.

—Sí. —respondió algo extrañado, le pareció raro que Liam no compartiera el gran sentimiento que él tenía.

—¿Estás bien? —le preguntó, examinando el perfil perfecto de su mejor amigo, su cabello castaño mezclándose con el sol de la mañana. Angelical.

—¿Por qué no me contaste que pensabas casarte con ella? —le preguntó sin preámbulos.

Zayn recibió la respuesta como pudo y trató de digerirla a tiempo para responderla en tiempo.

Se rió.

—No lo sé. —se sinceró. —En realidad, creí que ya te lo había dicho. Creo que la emoción me mezcló un poco.

—Deberías recordar que soy tu mejor amigo. —le reclamó. —Y que me duele que te olvides de contarme algo tan importante.

—Está bien. —se rió. —Si es tan importante para ti que no olvide nada, no lo haré nunca más, lo prometo.

Liam seguía con la mirada en sus pies, estaba dolido a pesar de que no había culpables, estaba dolido de saber que jamás podría decírselo, jamás podría detenerlo.

—Hey. —lo llamó. —Lo prometo.

Liam se incorporó y fue directo a sus brazos, dándole uno de esos cuantos abrazos que tanto lo reconfortaban. Esos abrazos que lo ayudaron en esos difíciles momentos, que le daban energía y ganas de seguir. Quería creerle y confiar en que no le haría tanto daño.

***

—Aquí estamos. —dijo Zayn apenas bajaron del auto en la vereda de una tienda de ropa formal.

—¿Iremos de shopping? —se burló Liam.

—Algo parecido—se rió Zayn. —Perrie, me dejó elegir el traje que voy a usar. Y es lo único que me ha dejado elegir hasta ahora así que voy a aprovecharlo.

—No deberías dejar que ella haga todo. —sentenció Liam. —Después vienen las consecuencias. —dijo en un tono macabro.

—¿Qué consecuencias? —preguntó Zayn. —Hablas como si ella fuera a matarme. —se rió.

—Entremos. —le pidió Zayn.

Liam ignoró el asunto e ingresó al lugar con él.

Y en el transcurso de probarse ropa, juntos, conversaron acerca de la boda y de esos detalles que Zayn había olvidado mencionarle.

—Y esa vez que llegué tarde a tu casa, es que pasé por un kiosco a comprar chicles, y cuando  veníamos para aquí venía pensando en lo bien que me sentía con que me acompañaras… Ah y no te conté que vine haciendo una lista mental de todas estas cosas que no te haya dicho.

Liam no podía parar de reír, era lo más tierno que le había pasado desde su primer noviazgo. Y él sabía que Zayn era capaz de hacer esas cosas. Es más, Zayn no era cualquier amigo, al menos con Liam, el moreno se mostraba muy cariñoso y cuidadoso siempre que podía.

—¿Y cómo me veo? —preguntó Zayn dándose la vuelta.

Liam suspiró fuertemente tratando de contenerse, y sonrió, era el hombre más hermoso que había visto en su vida. Y le volvió a sonreír y Zayn le devolvió esa sonrisa.

—¿Y? —insistió.

Liam ladeó la cabeza sin saber cómo seguir, estaba sin palabras. Y una vez que abrió la boca solo salieron suspiros.

—Te queda bien. —le sonrió nerviosamente.

Zayn sonrió mientras lo miraba directo a los ojos y luego se reía. La asistente se acercó con otro traje en percha de color negro y se lo entregó a Zayn.

—Y este es para ti. —le indicó.

—¿Para mí? —preguntó Liam. —No, no. Yo no quiero…

—¿Tu no qué, Liam? —le preguntó Zayn. —Es un regalo. —le sonrió.

¡Esa mirada otra vez! No podía decir que no.

Liam se rió rendido.

—Toma, pruébatelo. —le pidió. Liam lo tomó y se metió al cambiador.

No tardó nada, solo unos pocos minutos para salir del cambiador como una persona que nadie podía igualar, lucía tan maduro, tan entero, tan hombre.

—¿Y? —preguntó Liam. —¿Feliz?

Zayn pudo apenas respirar y de inmediato se incorporó y le acomodó el cuello de la camisa blanca bajo el saco negro. Con un solo toque la camisa estaba en su lugar, pero el que necesitaba un arreglo era él, Zayn. ¿Qué fue eso?

Zayn solo le sonrió y le pidió unas bolsas a la asistente.

The Last ChanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora