11. Un beso y sus consecuencias
Ambos miraron y encontraron sus propias botellas en el piso, chequearon a sus amigos y los vieron reírse de un reality show en la televisión y entonces volvieron a lo que estaban. Se volvieron a besar.
—No sé porqué no hicimos esto antes—gimió Zayn y lo volvió a besar. Luego sus besos bajaron a la comisura de los labios del castaño y por último descendieron a su barbilla, Liam gimió y tomó el control de la situación, quitó las manos del morocho de su cara y las apresó en el suelo mientras lo besaba intensamente, casi se coloca sobre Zayn, hasta que detuvo el beso.
Labios hinchados, respiraciones agitadas, se miraron a los ojos y vieron una pizca de lujuria nadando en esos ojos marrones.
—Siempre estuve enamorado de ti—confesó Liam mientras lo volvía a besar, Zayn asintió. —Creo que tú fuiste más valiente.
—Y yo solía ser el cobarde—bromeó Zayn.
Ambos se pararon y decidieron volver con sus amigos, Liam se detuvo en el lugar donde estaba mientras Zayn caminaba.
—No te cases—le dijo.
Zayn se detuvo en seco y sus ojos se abrieron aún más.
—¿Qué? —preguntó incrédulo.
—¡No te cases! —repitió aún con más convicción.
—Liam…—susurró Zayn con tristeza, solo quería que su mejor amigo le tuviera un poco de piedad.
—Yo te puedo hacer feliz, podemos hacer que funcione… Por favor—pidió Liam sin siquiera saber lo que estaba pidiendo.
Zayn no pudo evitar volver donde el castaño y besarlo una y otra vez, esos labios eran tan deliciosos como esa cerveza que tanto le gustaba tomar.
—Yo sé que tú me harías feliz…—le susurró. Luego gimió, lo único que quería era que todo el mundo desapareciera para quedarse así más tiempo, pero ya era tarde y debía volver con Perrie, no había olvidado que le esperaba una gran charla en la cual tenía que explicarle ciertas cosas y convencerla de otras.
Bufó.
—Quiero estar contigo—gimió Liam en cuanto el beso se cortó.
—También yo, no sabes cuánto—le dijo mientras tomaba la cara de su mejor amigo en sus manos.
—Pero…—bufó Liam.
—Pero debo volver a casa, Perrie me está esperando, no está feliz, Liam—le contó triste.
Liam bajó la mirada evitando mirarlo a los ojos.
—Lo entiendo, ella es tu esposa—dijo el castaño y se soltó, caminando lejos de Zayn y luego volteó mirándolo. Zayn le correspondió la mirada, y casi luchó contra todo su cuerpo evitando salir corriendo para atraparlo y hacerle el amor en el mismo piso si era necesario. Nunca había estado tan confundido, se sentía débil como si no pudiera cambiar nada, como si no tuviera control sobre su vida o su felicidad… y no la tenía, no desde que metió a la rubia más hermosa en su historia.
***
Zayn volvió a la casa, puso la llave en la puerta… Su aspecto era desastroso, era tarde, hacía frio y había tomado, sin mencionar que estaba triste.
A penas abrió la puerta levantó la vista y la encontró a su futura esposa sentada en el sillón de su sala, parecía estar dormida o en proceso de… El morocho no pudo evitar mirarla, sonrió un poco, era la mujer que había elegido para pasar el resto de su vida y ahora ¿qué rayos estaba haciendo? Ella era una gran mujer, una persona que lo apoyó en todo, una persona a la que quería y a la que nunca quisiera defraudar, pero… ¿qué le afectaría más, su corazón o el de ella?
Por mucho que quisiera irse a dormir y evitar esta pelea, sabía que tenía que hablar con ella. Así que se quitó la chaqueta y le acarició la mejilla despertándola de inmediato.
—Zayn…—susurró mirando con los ojos apretados.
Él le sonrió.
Ambos se sentaron en el sillón. Zayn se acomodó para una larga charla.
—¿Qué haces? Vamos a dormir—se rió Perrie.
—Creí que hablaríamos de que no cenamos hoy—dijo Zayn.
Perrie suspiró.
—Zayn, no quiero ser la novia histérica, celosa y molesta. No me molesta que te veas con tus amigos, estaba enojada ¿Está bien? —dijo.
—Igual quiero que hablemos—dijo él.
—¿De qué? —preguntó.
—De esto, de las peleas que te tenemos últimamente, de esas cosas. —le pidió él.
Ella suspiró y la sonrisa se le borró de los labios. Se acercó a él y se sentó.
—Zayn, yo te amo. Quiero casarme contigo—le dijo ella.
—¿Y? —dijo él.
—Que te veo desinteresado, disperso, como si estuvieras escapando de esto. —dijo. —Y te la vives con Liam, yo sé que es tu mejor amigo, pero es como si te hubieran cocido a él. —le dijo.
—¿Tu problema es Liam? —preguntó Zayn incrédulo, casi estalló en una carcajada sarcástica.
—No, no. ¿Ves? No quiero parecer paranoica, yo aprecio mucho a Liam, pero necesito que lo dejes un poco y te enfoques en mí—le pidió.
Zayn suspiró.
—No entiendo, ¿no quieres que lo vea? —preguntó Zayn.
Perrie se mordió el labio inferior.
—Enfócate en mí—le dijo al oído. —Yo soy tu futura esposa—le recordó.
Y la rubia caminó hacia la habitación, Zayn la miró irse y apagar las luces dejando solo la del velador de la sala prendida.
El morocho apagó esa luz y entró en desesperación, de un momento a otro cayó en el agujero más oscuro de sus pensamientos. El recuerdo de ese beso con Liam lo quemó y se acarició los labios. Esta casa donde ahora estaba, era la casa donde pasaría su vida, esa mujer en su cama era la mujer con la que compartiría su vida y ese amor, ese primer amor, siempre sería eso, un primer amor que quedaría en el olvido y se disfrazaría de amistad.
No quería lastimar a Perrie pero su alma estaba destrozada, el amor no era un juego ahora lo sabía, lo que sentía por Liam nunca lo había golpeado tan fuerte ¿Por qué ahora? Era acaso una advertencia o solo una traba más. Suspiró. Liam era el hombre al que le había dado su inocencia del primer beso de verdadero amor y eso le impedía pensar fríamente.
Antes de qué iba a hacer, tenía que preguntarse qué es lo que quería hacer, pero esa era una pregunta muy arriesgada, sus deseos eran impulsivos y no pensaban en ninguna consecuencia, no respetaban reglas ni pensaban en los demás, por eso eran solo eso, deseos. Eso era lo que los hacía inalcanzables.
Liam era ese deseo, si lo tenía a él, debía enfrentar las consecuencias. Era todo demasiado caro en el amor.
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The Last Chance
Fiksi PenggemarLa noticia del casamiento de Zayn le destruye el corazón por ese secreto que mantuvo durante demasiado tiempo y le hace pensar que solo tiene una chance para no perderlo y que esta será la última.