Manifestando Necesidades

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O8. Manifestando Necesidades

Liam se levantó a la mañana y se preparó un té. Se sentó en la mesa y se decidió a tomarlo cuando estuvo seguro de que la temperatura del agua no le quemaría los labios ni la lengua. Zayn se levantó y se paró justo en la puerta de la cocina cuando el castaño esta por dar su primer sorbo.

—Hola—pronunció el morocho con una linda sonrisa.

—Hola—se rindió Liam y compartió esa sonrisa.

—¿Has dormido bien? —preguntó el morocho desde el umbral de la puerta.

—Seguro—respondió con suavidad el castaño.

Nunca se supo bien qué es lo que hacía Zayn allí parado, no parecía con ganas de desayunar, tampoco parecía querer algo de la cocina, solo estaba allí mirando a su mejor amigo como si su vida dependiera de eso.

El morocho le sonrió nuevamente, era un tipo de conversación de miradas o algo parecido. Luego lo miró demasiado, al punto en que pudo percatarse de cada una de sus facciones, del tamaño de sus dedos que parecían inseguros al agarrar la taza, de su rostro blanco, sus ojos profundamente marrones, sus labios.

—¿Necesitas algo? —terminó preguntando el castaño.

Zayn pestañó volviendo al momento.

—No, solo estoy aquí. ¿Quieres que me vaya? —preguntó algo incómodo.

—No, no, yo nunca querría eso. —respondió gentilmente su amigo.

Liam se rió ante la situación.

Por un momento sintió que quería vivir solo para ver esa sonrisa todos los días. No pudo evitar imitarlo y esbozar una sonrisa también.

—Te quiero—le dijo de una forma natural pero a la vez extraordinariamente hermosa.

Si Zayn se hubiera fijado en los ojos de su amigo luego de esa confesión podría haber visto la luz que floreció en ellos.

—También te quiero—respondió.

***

Habían pasado dos días donde Zayn continuaba comportándose extraño. Le había cancelado a Perrie por segunda vez consecutiva y no es como si estuviera muy ocupado, solo se la pasaba en la casa de sus amigos más callado que de costumbre y con una mirada que parecía hacer magnetismo con Liam.

—Mi amor, hoy no puedo—respondió Zayn a su teléfono desde el living.

—¿Qué pasa con Zayn? —preguntaron en la mesa mientras lo esperaban.

—No lo sé. Se la pasa cancelándole a la novia—dijo Niall.

—Últimamente pasa todo el día aquí, contigo, Liam—le dijo el rubio. —¿Qué tanto hacen?

Y todas las miradas cayeron en Liam que, cortaba su carne silenciosamente, tratando justamente de no recibir ese tipo de preguntas, no quería meterse en los problemas de Zayn y Perrie.

—Nada, conversamos, no es mucho. Nada que lo obligue a apartarse de su novia—contó Liam.

Zayn colgó el teléfono y todos se callaron.

—¿Qué comeremos de rico? —preguntó ansioso y contento, raro para ser un casi esposo que acaba de cancelarle a su prometida por segunda vez sin ningún motivo aparente.

—Hey, Zayn, cuéntanos. —comienza Harry. —Que tal el casamiento, ¿algo en lo que podamos ayudar?

—Podrían ayudar si no preguntan. —respondió fríamente. —En serio, lo único que escucho todo el día es “Te vas a casar” y “¿Cómo va tu casamiento” ya estoy un poco harto de eso, es bastante frustrante. Estoy nervioso y ustedes con esas preguntas solo me alteran más. —confesó esta vez más cálidamente.

***

Zayn bajó las escaleras y fue al patio cerca de la piscina donde se encontraba Liam sentado en una de las reposeras.

Ingresó sin hacer mucho ruido y se acostó en un asiento al lado de su amigo, tomó su teléfono y luego lo dejó a un lado. Luego tomó una revista, pero tampoco pareció interesarle. Liam parecía dormido así que no podía hablar con él, pero ni siquiera daba señal de querer irse, estaba lo más cómodo mirando a su mejor amigo acostado en una reposera al lado de la piscina, con unos shorts y ojotas acompañado de lentes de sol.

—¿Zayn? —llamó Liam en un susurró.

—¿Mmhh? —preguntó Zayn.

—¿Qué pasa? —preguntó sacándose los lentes.

—¿Qué pasa con qué? —dijo mientras tomaba la postura de su amigo y se sentaba correctamente en la reposera, no sin antes contemplar el bellísimo abdomen de Liam.

—Contigo, tonto—le dijo finalmente. —Te la pasas cancelándole a Perrie y… ¿Qué es lo que haces? —preguntó como si le fuera imposible imaginar.

—No lo sé, solo estoy aquí. Me gusta estar aquí. —confesó tranquilo.

—¿A qué le temes, eh? —preguntó mirándolo a los ojos de una forma tan profunda que logró darle una fuerte puntada de incomodidad al morocho.

—Acaso tienes miedo de perdernos, de que cuando te cases nosotros desapareceremos o ¿qué es lo que te pasa? —preguntó Liam.

—No, no. Yo solo…—intentó decir pero no halló las palabras.

—¡¿Tú solo qué?!—preguntó Liam firme.

Zayn suspiró profundamente y lo miró ladeando su cabeza, estaba confundido, “Solo no.” Era su respuesta corporal.

—Zayn, tu ¿de verdad te quieres casar? —preguntó de golpe. A Zayn le atravesó una puntada de nervios por en medio del estómago.

—¿Tú qué piensas? —preguntó Zayn.

—La verdad es que no importa mucho lo que yo piense—dijo Liam bajando la mirada.

—Sí, importa—afirmó Zayn.

—¡Ya tienes mi respuesta, te la di la otra noche en tu casa!—le recordó Liam.

—No sonó muy convincente…—murmuró Zayn.

—¡¡¿No me crees?!! —preguntó enojado.

Zayn no respondió nada y bajó la mirada, lo mismo hizo Liam.

—Me vuelves loco, Zayn—dijo de pronto Liam rompiendo el silencio. —No sé a qué quieres llegar.

—Lo siento—dijo Zayn luego de un suspiro, subiendo de a poco la mirada, encontrándose con una hermosa vista del torso desnudo de Liam. Una sensación rara revoloteó en su parte baja, sintió como su excitación crecía.

—No te disculpes—le dijo Liam.

—Es qué…—dijo mientras llevaba su mano involuntariamente hacia uno de los pezones de Liam, enseguida desvió el camino de sus dedos porque se sintió algo nervioso. —He estado… Actuando como un tonto. —aceptó.

Liam bajó la mirada hacía los dedos de su mejor amigo.

—¿Qué…?—trató de formular una pregunta, pero sus palabras se desvanecieron a penas sus ojos encontraron la mirada del otro.

Zayn se acercó lentamente, como hipnotizado, como si no fuera él quien estaba a punto de besarlo. Liam no se movió ni un centímetro.

Al rozar sus narices ambos gimieron en una manifestación de tremenda necesidad y cerraron los ojos. Zayn avanzó, pero al hacerlo solo se encontró con la mejilla de su mejor amigo, quien se negaba a esto.

¿Alguna vez había sentido tanta necesidad de hacer algo? Era su mejor amigo, estaban hablando de algo serio y por el amor de Dios se iba a casar.

Corrió su rostro e intentó encontrar la mirada de su amigo pero ésta estaba en el suelo y los dedos del castaño en sus labios como si los estuviera frenando, como si estuviera evitando algo, o quizás porque aún retenía las ganas de haber correspondido ese beso.

—Yo… Ah—balbuceó Zayn. Y se rindió, era imposible poder explicarse en este momento y levantándose de su silla se fue.

The Last ChanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora