-Hagamos como si no hubiera nadie- dijo Eri sorprendida.
-Sabemos que están ahí- dijo una voz masculina - somos la policía. Abran por favor
Nos levantamos enseguida. Que cojones hacia aquí la policía
-señorita Eri abra la puerta por favor o tendremos que llamar a su madre.
-Voy- grito Eri nerviosa.
Me indicó que fuera a la habitación de su madre, le obedecí y ella bajo corriendo.
Me apoye en la puerta para poder oírlo todo.
-Hola - dijo el policía cuando vi que se abría la puerta - Nos ha llamado la madre del señorito Daniel Gil. Estamos buscándole ya que hace unos días que no aparece por casa y sus padres están muy preocupados. Me preguntaba si se encontraba aquí o si a tenido estos últimos días contacto con el.
-¿Daniel Gil? - dijo Eri haciéndose la inocente - desde que comenzaron la vacaciones no he sabido nada de él. ¿Le ha ocurrido algo? ¿esta bien?
-Oh - dijo el policía asombrado - ¿No sabes nada de él?
-No, ¿pero ha ocurrido algo?
-¿podemos echar un vistazo?
-Mi madre no está, no se que opinarán de eso
-¿Cuándo volverán?
-Mi madre está trabajando, no tiene horario. ¿Quieren que le llame o que le de su número de teléfono?
-No es necesario, de todas formas, si llega a saber algo de Daniel Gil por favor, haganoslo saber. Su madre está muy preocupada, lleva dos días sin aparecer por casa y la pobre esta desesperada. No sabe que ha podido ocurrir para que se haya ido así sin avisar y bueno, nos sería de gran ayuda si nos facilitara información.
¿Que mi madre que? Increíble. Indignado andé hace la ventana de la habitación de su madre, con la mala suerte que tropecé con la mesa donde la madre de Eri tenía informes sobres sus pacientes y los hice caer todos. El ruido fue tan grande que la policía subió directa al piso de arriba.
-¡Tu!- me gritó un agente joven y muy alto. - ¡Eres Daniel Gil!
-No- grite- no por favor, no me llevéis con mis padres
-¡No! - grito Eri en cuanto pudo subir a la habitación - sus padres le maltratan, mirarle, está lleno de cicatrices y de morados, por favor, no os lo llevéis.
-Su madre me dijo que era un niño problemático que solía pelearse con muchos niños en el Instituto.
El policía me cogido del brazo y me obligó a bajar al piso de abajo. Mi madre estaba allí con un policía mayor y muy bajo, creando su propia película. Llorando y dando lástima.
-¡Mi hijo! - grito al verme, se abalanzó a abrazarme y comenzó a darme besos.
Llevaba sin tocarme desde hace años, sólo lo hacía para pegarme. Comencé a llorar y mis piernas flojearon. Eri gritaba y lloraba para que no me llevaran. Fui imbécil, no pude hacer nada sólo pude gritar el nombre de Eri mientras mi madre me saca a rastras de la única casa en la que me he podido sentir bien.
Lo siento Eri, pero nos separan.
***************
Al dia siguiente llegó la madre de Eri, la policía la había llamado. La castigó ya que ella no quiso dar detalles de porque me escapé de casa. Mi madre me pegó con la correa de mi padre hasta que se cansó, me encerró en mi habitación y me prohibió salir mientras que ella estaba en casa, mi padre está esperando a que salga, dice que tiene una charla pendiente conmigo. La policía me interrogó para ver si era verdad lo que decía Eri del maltrato. Tuve que mentir, mi madre antes de que entrara a la sala de interrogaciones me amenazó con quitarme los pestillos de mi habitación, con destrozarla y dejar solo la cama si decía la verdad. También me prohibió verla, me dijo que si me volvía a ver con ella tenía algo grandioso preparado para los dos.
Eri me mandaba un mensaje cada hora. Por cada mensaje me hacía un corte, daba igual ya donde, lo necesitaba, necesitaba desahogarme. Necesitaba fumar, gritar, morir. No era lo suficientemente valiente como para hacer eso último. Lo negro nunca se irá de mi interior.
"Dani, di algo. Necesito saber qué estás bien" ese fue el último mensaje que recibí de ella.
Lo siento Eri, pero no volveremos a vernos.
Olvídame. Yo nunca lo haré.