Era tranquilizador oír el silencio del ciudad,por la mañana tan ruidosa y por la noche tan tranquila...Paseaba por las calles de la ciudad moviendo el cigarro que llevaba en la boca.
Eran las tres de la madrugada y mis padres habían vuelto a discutir echándome las culpas a mi sobre algo que no sabía nada.
El cielo estaba despejado y lo cubría un manto de estrellas y encima era luna llena. Estos momentos eran lo único que tenía. Tire el cigarro al suelo y lo pisé con la punta de mis Converses viejas negras.
Entré en un edificio abandonado muy antiguo y subí hasta la terraza, me acosté en el medio y contemplé las estrellas, no recordaba haber visto nunca algo tan bonito.
-Oye, hey oye
Mmmm ¿Qué pasa?
-Oye, si duermes aquí te congelarás.
¿Dormir? ¡Me he quedado dormido!
Abrí los ojos y vi a una chica de pelo negro y ojos muy oscuros con los brazos cruzados molestándome y dándome pataditas
-¿Qué haces durmiendo aquí? Vas a coger frío. Pensaba que no venía nadie aquí.
Me incorporé y me senté. No pude hablarle, ¿que le iba a decir?
-¿Te a comido la lengua el gato?
La miré fijamente, ¿qué le digo? ¿Le pido perdón? ¿Pero, he hecho algo malo?
-oh, ya entiendo - dijo sentándose enfrente de mi - eres mudo.
Sólo podía mirarla fijamente.
-En ese caso lo siento, no lo sabía, de todas formas no puedes ir entrando en los lugares favoritos de otras personas. - dijo esbozando una sonrisa - me llamó Eri,tengo 16 años y voy al Instituto del centro de la ciudad. - sacó un boli y una libreta de una mochila que llevaba a su espalda - me gusta dibujar, siempre vengo aquí a dejar llevar mi imaginación, ¿puedes escribir aquí cómo te llamas?
Miré fijamente la libreta y el bolígrafo, después la miré fijamente a ella. Seguía sonriendo, ¿como puede sonreír así? ¿por que lo hace? Cogí el boli y la libreta y escribí
Me llamo Daniel, tengo 17 años y voy al mismo instituto que tú.
Se lo devolví, lo leyó sin perder la sonrisa.
-Anda, eres un año mayor que yo. Nunca te había visto por el Instituto. Bueno, quizás es porque sólo llevo tres meses aquí, me acabo de mudar, a mi madre le dieron un trabajo aquí y no tuvimos más remedio. Aún no conozco a nadie y lo único bueno que he encontrado de esta ciudad es este sitio. Por favor, no me lo quites trayendo aquí a tus amigos y ensuciándolo, desde aquí se ven las estrellas tan cerca que parece que estén a tu alrededor. Son preciosas ¿verdad?.
Volví a coger la libreta y el bolígrafo.
Tranquila. No tengo amigos, no vendré más.
Se lo devolví y me levanté para marcharme. La chica también se levantó y corrió para detenerme.
-Espera - dijo cogiéndome del brazo
Empujé a la chica, perdió el equilibrio y se cayó sentada, me miró sorprendida y yo me quedé congelado. ¿Qué acababa de hacer? Quise pedirle perdón pero no pude decirle nada.
-Daniel - dijo sorprendida - ¿Por qué has hecho eso?
Empecé a notar que la ansiedad volvía. Eché a correr hasta que llegué a casa y me encerré en la habitación, eché los pestillos y cerré con llave. Busqué el inhalador. ¿Cómo podía haber sido tan estúpido? Solo intentaba llevarse bien conmigo ¿no? Solo eso... Pero y si es como todos los demás...