10. Sí, papá

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— ¿Y que es esta abolladura que hay aquí? — señaló el centro de la puerta —. Parece que lo golpearon con algo muy fuerte...

— Oh, eso — "piensa Brooke, piensa" —. Ya estaba así cuando llegué...

— ¿Quien pudo hacer eso? — me miró con desconcierto.

Veamos, ¿cuantas posibilidades tenía ese chico de salir vivo? Porque si seguía haciendo preguntas lo más probable era que le estrujara el cuello.

— Y yo que sé, Zack. Es mas, ¿por que me enviaste aquí? ¿querías burlarte de la nueva? — estampé mi dedo indice contra su pecho.

— Brooke yo no... sí - durante unos instantes me miró indefenso pero rápidamente su sonrisa de egocéntrico-mimado-hijo-de-mamá salió a flote —. Tú te burlaste de mí y yo lo hice de tí, acéptalo Glasswerf.

Gruñí y lo miré durante unos instantes, intentando no arrancarle los ojos y dárselos de comer a los ratones. Durante esos días mi lado sádico estaba trastornándome.

— Lo mejor será que no te metas en mi camino, Benford. O acabarás muy mal.

Pasé junto a él, empujándolo por el hombro, mientras que él soltaba un bufido. Ya lo veremos dijo cuando yo ya me había alejado lo suficiente como para "no escucharlo".

Después de dar vueltas y más vueltas conseguí salir de las instalaciones. Cuando llegué frente al coche recordé que Lucas tenía mis llaves.

"Que manía de pillarme las llaves" susurré.

"Tal vez deberías ser un poco más posesiva con tu coche" contestó él, recordandome el asiento roto de Edward.

"Aún no he acabado con vosotros. Me las pagaréis."

"Nosotros somos mucho más ingeniosos así que deberías ser tú la que vaya con cuidado."

Hice caso omiso y empecé a caminar hacia la nueva casa. Iba sumida en mis pensamientos cuando los escuché.

"... aquí tampoco está. A lo mejor los ha puesto en el baño, busca en el cubículo."

"Sara, no voy a meter la mano ahí, es asqueroso."

Finalmente llegué a lo que se había convertido nuestra nueva casa. Mis padres rebuscaban con desesperación entre las cosas de la cocina. Yo me partía de risa en la entrada de la casa, mientras ellos registraban debajo de la nevera (obviamente moviéndola con su fuerza y haciendo caso omiso a las advertencias que ellos mismos nos habían dado de no usarla), sobre la lámpara del techo y entre las rejillas de ventilación. Pero al parecer ambos estaban tan sumidos en su búsqueda del tesoro que no se percataron de mi presencia. Por más que tosí, grité o bailé (sí bailé) ellos no se fijaron en mí en  ningún momento. Así que subí las escaleras, entré a la primera habitación y busqué en el segundo estante a la derecha. Tomé el sobre. Al volver al primer piso me coloqué frente a ellos y les extendí el sobre lleno de papeles que había dejado Connor.

— ¡Tomad! — grité para asegurarme de que me escuchaban.

— ¡Oh, gracias! — mi madre lo tomó y me abrazó —. ¿Dónde estaba?

Estaba a punto de responder, pero ella me interrumpió.

— ¿Sabes que? No me lo digas, lo más probable es que estuviera sobre la mesa o en uno de los cajones de la cocina y no nos hubiéramos dado cuenta.

— Buen punto — sonreí.

— En fin, tenemos que irnos. Necesitamos entregar esos papeles para completar los requisitos de trabajo — mi madre se encaminó hacia la puerta pero mi padre se quedó frente a mí, observándome con la mirada, y los ojos entrecerrados.

Oh oh, al parecer tendría problemas.

— ¿Por qué estás aquí? — preguntó Andrew.

Obviamente era una pregunta retórica, no necesitaba una respuesta porque ya la sabía.

— ¿Has vuelto ha escaparte, Brooke? — me recriminó —. Te hemos pedido millones de veces que no llames la atención ¿y que es justamente lo que estás haciendo?

— Cálmate Andrew, probablemente ella tenga una buena razón — Sara me defendió.

— Esta bien, dime cual fue la razón de haberte escapado esta vez.

— Tuve un problema con un chico de la escuela — dije en un susurro, omitiendo la parte en que me cargaba una puerta probablemente blindada.

— ¿Un problema con un chico de la escuela? Brooke, todos tienen problemas pero no abandonan a la primera. Incluso déjame recordarte que tú eres diferente a ellos y creo que tienes la capacidad de solucionarlo.

— Tienes razón — musité.

— Escúchame, lo dejaré pasar esta vez. Pero si vuelves a escaparte, serás tú la que se encargue de reparar la casa sin ayuda de tus hermanos ¿entendido?

— Sí, papá.

Y dicho eso, salieron y se subieron al auto, desapareciendo segundos después al final de la calle. Bufé con exasperación. Me giré hacia el interior de la casa, estaba totalmente iluminada a causa de las ventanas abiertas por las que pasaba la luz de día. No había un recibidor o un pasillo. Desde la entrada podía verse directamente la sala de estar con muebles viejos, macetas vacías en los bordes de las ventanas y una televisión de la época de los Picapiedra con la pantalla hecha pedazos. En el lado izquierdo de la habitación habían dos puertas entreabiertas. En la pared norte se extendía un ventanal que iba desde el techo hasta el suelo, con los cristales sucios y agrietados. En el lado derecho de la sala de estar se encontraba la escalera de tablones rotos que llevaban hacia los dormitorios. Me acerqué hacia una de las puertas de la planta baja, la abrí, para así poder ver como un ratón se paseaba entre las patas de las sillas. La cocina era cuadrada, bastante amplia por así decirlo. Una cocina de gas se encontraba en el rincón izquierdo más alejado, y en esa misma pared se extendía una encimera de porcelana en buen estado, sobre ella había una estantería alargada al descubierto, sin puertas que cubrieran la vajilla rota. En el centro de la cocina se encontraba una isla del mismo material que la encimera, con sillas altas a su alrededor y un bol con frutas artificiales llrno de polvo.

Salí de ahí y empecé a recorrer la casa, habitación por habitación. El baño de la planta baja, el de la planta superior, una habitación vacía medianamente grande, una habitación rectangular con una litera...

Después de recorrer gran parte de la casa, bajé las escaleras, y busqué en mi bolso algo de dinero para comprar materiales de limpieza. Salí y ajusté la puerta porque al parecer no tenía seguro. Solo pude dar un par de pasos cuando alguien me tomó del brazo con fuerza y me detuvo.

Hello girls!! He vuelto! No del todo, pero he vuelo :)

Ya saben denle a la estrellita y comenten, si les gustó. Gracias por seguir leyendo <3

-Alejandra-

P.D.: Andrew Thompson (Bradley Cooper) en multimedia. 😍

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