17. Vampiros

2.7K 189 10
                                    

― ¡Que asco! ― Chase se tapó la nariz al igual que yo.

El sótano apestaba a rayos.

― ¿Seguro que tenemos que hacer esto? ― Lucas me miraba desde unos escalones más abajo, sin llegar a tocar aún el agua que inundaba el sótano.

Asentí y les pasé un par de cubos para evacuar el agua.

― ¡Nos llevará horas! ― Chase le dio un golpe a la barandilla de madera haciendo que esta se desquebrajara y cayera hecha pedazos al agua.

Sería un día muy largo...

***

Al día siguiente, Lucas y yo decidimos sentarnos juntos durante las clases y así evitar que yo tuviera que sentarme con Zac. La chica que se sentaba junto a mi hermano había ido a parar atrás en el pupitre vacío junto a él.

Lucas y yo hablábamos de fútbol y de Dale durante el descanso, cuando él se paró frente a nosotros. Tiró una carpeta sobre nuestros pupitres y algunos papeles salieron esparcidos. Jaló una silla y la colocó frente a nosotros, quedando él al otro lado de las mesas.

― ¿Qué es esto, Benford? ― Lucas susurró y luego se cruzó de brazos.

― Ya se quienes y qué sois ― nos dedicó una sonrisa ladeada.

― Pues dispara ― dije burlona ―. Queremos reírnos un rato.

― Sois los Thompson ― sonrió triunfal y apoyó las manos hechas puños sobre la mesa de Lucas ―. La supuesta muerte por monóxido de carbono es una completa mentira ¿no es así? Necesitabais desaparecer para no levantar sospechas sobre vuestra inmortalidad ¿y qué mejor que una muerte falsa?

No me gustaba por donde iba aquel monólogo.

Zac se echó hacia atrás en la silla y metió las manos en los bolsillos de su pantalón. 

― Disteis tumbos por todo el país, cambiando vuestros apellidos pero nunca vuestros nombres. En la base de datos no constáis, dos o tres años no es suficiente para abrir un expediente en cada ciudad a la que vais. Pero los Thompson si aparecen ¿por qué será? Oh, puedo daros una respuesta a esa pregunta. Brooke Thompson era muy problemática. Te metieron en el calabozo más de una vez, siempre arrastrando a tu hermanito mayor, quien por encubrirte también se metía en líos. Gracias a ti, la familia Thompson consta en el ordenador central de la policía, lástima que en ese tiempo la tecnología no estaba tan avanzada en Tennesse y no hay fotos de los jóvenes rebeldes de aquella época. De lo contrario, ya habríamos salido de dudas ¿no es así? Una sola foto y comprobaríamos que Brooke Thompson y Brooke Glasswerf son la misma persona. Lo mismo pasaría contigo Lucas, una mísera foto y todo ese drama se iría al carajo.

Mi hermano y yo nos miramos asustados por la cantidad de información que poseía Zac. ¿Hasta donde quería llegar?

 ― Siempre fingiendo una muerte para justificar vuestra desaparición. Hay una que predomina entre todas. La de monóxido de carbono. No os culpo, es lo más seguro y lo más fácil. Un escape aquí y allá, alguien que descubra los cuerpos y entonces empieza el teatro... Técnicamente ya estáis muertos y eso hace más fácil la interpretación de un cadáver. No hay latidos, vuestro cuerpo no tiene calor y podéis olvidaros de respirar. Os llevan al tanatorio, donde alguien se encarga de que no haya ninguna autopsia y que vuestros cuerpos desaparezcan. Y ¡pum!, aparecéis en otro sitio, con otro apellido y una vida nueva ¿Pero sabéis cual fue lo más aterrador de toda esta historia? Las muertes. Poco antes de vuestra primera muerte, cuatro personas aparecieron con el cuello degollado en diferentes puntos de Tennesse. ¿A cuanta gente habéis matado? Porque eso es lo que hacéis ¿no? Sois depredadores. ¿Eso es lo que haréis conmigo? ¿Matarme por todo lo que sé?

― Eso ocurrió hace mucho tiempo. Ya no nos alimentamos de personas ― lo miré con rabia e impotencia.

― Me alegro de ello, enserio. Mi intención no era morir en manos de unos vampiros. Ups, ya lo dije. Sois vampiros.

― ¿Qué es lo que quieres de nosotros, Benford?

Zac nos miró unos instantes, como intentando adentrarse en nuestra piel y saber lo que pensábamos. Finalmente suspiró y nos dedicó una sonrisa ladina.

― Nada, no quiero nada.

Se levantó, dejando los papeles sobre nuestras mesas y volvió a su sitio. Segundos después la campana sonó y la clase, que había estado medio vacía durante el receso, volvió a llenarse.

― ¿Qué haremos ahora? ― Lucas susurró lo suficientemente alto para que lo escuchara en medio del barullo de los estudiantes.

― Descubrir al responsable del mensaje.

***

Faltaba media hora para que la última clase del día llegara a su fin cuando los móviles empezaron a sonar.

Lucas y yo nos miramos extrañados y sacamos los teléfonos de nuestros bolsillos.

― Mucha sangre será derramada en manos de los Glasswerf ― leímos al unísono.

Paseamos la mirada alrededor de toda la clase para comprobar que todos nos miraban confundidos. Me di la vuelta un poco para poder mirar hacia atrás. Zac apartó los ojos de la pantalla de su teléfono y miró al frente. Levantó las cejas y una sonrisa irónica se dibujo en su rostro cuando nuestros ojos entraron en contacto.

La siguiente media hora de clase no fue nada productiva, dado que el profesor también había recibido el mensaje y todos estaban algo alterados. Afortunadamente ninguno se atrevió a hacer ninguna pregunta, intentando no darle importancia, pero todos sabían que había algo muy grave detrás de aquellos mensajes.

Cuando la chicharra por fin sonó, mi hermano y yo salimos del salón los primeros. Durante nuestra huída tropecé con alguien. Ambas caímos al suelo y, todos los libros y papeles se esparcieron por el suelo, e inmediatamente fueron pisados por la multitud de estudiantes que salían de las clases con la intención de salir del instituto lo antes posible. 

Sentí los brazos de Lucas ayudándome a ponerme de pie. Miré hacia adelante para poder ver quien era la persona con la que me había estrellado, y mi primera impresión fue abrazarla.

― ¡Megan! ― grité.







Capítulo 3/3

¡Oh yeah! ¡Oh yeah! Ya saben que hacer, votar y comentar si les gustó.

-Alejandra-

P.D.: ¿Cuáles son sus suposiciones sobre lo que pasará a continuación?

@ShinyArtist me alegro de que te haya gustado el capítulo. Intentaré actualizar pronto pero no estoy muy segura. Mi cabeza está maquinando muchas cosas y si te digo la verdad tengo miedo de mi misma.

Somos los ThompsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora