16. El sótano

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Aparqué el auto frente a la escuela de Chase e insistí en que Lucas no bajara y se quedara dentro. Entré y camine por los pasillos hasta llegar a la clase de mi hermano pequeño. Abrí la puerta y dije:

― Chase, tenemos que irnos.

Los niños y la profesora se quedaron mirándome mientras mi hermano se levantaba y caminaba hacia mi. Hasta que la profesora reaccionó.

― No puedes llevártelo. Si no vienen sus padres necesitas al menos una autorización firmada por parte de los dos. Chase se queda.

― No, Chase se viene conmigo. Y si tiene algún problema, señora profesora, puede llamar a mis padres.

Tomé a Chase del brazo y salimos juntos del edificio.

***

― Necesitamos una solución para lo que está pasando ― Lucas estaba junto a mí en el sofá, con los codos sobre las rodillas y la manos entrelazadas.

― Tu madre tiene razón, Lucas ― Andrew se sentó frente a nosotros, sobre la mesita central ―. Lo mejor ahora es actuar normal.

― Pero él ya lo sabe y la persona que envió ese mensaje enviará más, estoy seguro.

― Zac no dirá nada, y en cuanto al mensaje podemos investigar quien es y pararle los pies ― esa conversación me estaba poniendo nerviosa.

Mi madre nos miraba dudosa desde la puerta y Chase no entendía de lo que hablábamos. Habíamos olvidado mencionarle lo que había pasado en los últimos días.

― Brooke puede persuadir al chico de que no abra la boca ― Sara caminó hasta posarse detrás de mí y tomarme del hombro.

― ¿Y que hay de lo que nos ha pasado? La epilepsia de Lucas, Brooke se desmayó y yo olvidé lo que hice durante cinco minutos ― Chase estaba asustado por eso, tenía miedo de volver a olvidarlo todo y durante ese tiempo morder a alguien

Mis padres se dirigieron una mirada extraña.

― Vosotros sabéis algo ¿no es cierto? ― Lucas alternó la mirada entre los dos.

― No os preocupéis, nosotros nos encargaremos de eso ― mi madre nos dirigió una mirada tranquilizadora que hizo de todo menos tranquilizarnos.

― Lo que tenéis que hacer vosotros es volver al instituto, no llamar la atención y demostrar que sois normales ― Andrew se levantó de la mesita y salió de nuestro contacto visual.

― Nosotros no somos normales ― rio Chase. 

― Vosotros me entendéis.

― Hay algo más que queremos deciros, chicos ― Sara se alejó de nosotros y empezó a abrir las ventanas de la sala que estaban cerradas.

― Las familias normales viven juntas ¿no es así? ― nosotros asentimos ante la obvia pregunta de mi padre ―. A vuestra madre y yo, nos alegra comunicaros que en un par de días estaremos con vosotros viviendo en esta casa. Para entonces ya habréis arreglado todo ¿cierto?

Los tres nos miramos y asentimos dudosos.

― Perfecto ― se acercó a la puerta y salió.

― Cuidaos chicos, os quiero un montón.

Mi madre se acercó a nosotros y nos plantó un beso a cada uno.

― Si pasa algo no dudéis en llamarnos ― se despidió con la mano y cruzó la puerta.

Esperamos un rato a que estuvieran lo suficiente lejos para hablar tranquilamente y que ellos no pudieran escucharnos. Esa charla fue de todo menos tranquila.

― ¡¿Y ahora que vamos a hacer?! ― Lucas se levantó del sofá con las manos en la cabeza ―. Aún está el problema de las tuberías. ¡El sótano está inundado! ¡Una cosa es pegar baldosas en el piso y la otra muy diferente es arreglar tuberías! Y aunque llamáramos a un especialista no daría tiempo de tenerlo todo listo para dentro de dos días.

― Cálmate, Lucas, Connor dijo que conocía a un fontanero muy bueno. Lo llamaré y le pediré que nos lo envíe.

Saqué el teléfono de mi bolsillo y empecé a marcar.

― Andrew dijo que debíamos arreglar la casa nosotros solos ― Chase frunció el ceño.

― ¿Y quién le va a decir lo contrario? ¿Tú enano? ― Lucas lo amenazó.

Yo salí de la casa para poder hablar con Connor porque dentro, mis hermanos, habían montado un jaleo de gritos y golpes.

― Connor Thompson al habla. ¿En que puedo ayudarle?

― Hola tío ― sujeté el móvil con la mano derecha y con la otra me tapé la oreja izquierda para poder escuchar.

― Oh, eres tú ratona. ¿Cómo va todo?

― Todo está patas arriba ― di un par de pasos por el jardín y miré al frente.

Él estaba ahí mirándome a los ojos. Zac estaba con los brazos cruzados en la entrada de su casa. El contacto visual duró apenas unos segundos porque él entro y cerró la puerta de un portazo.

― Ratona ¿estás ahí?

― Sí, sigo aquí. ¿Qué decías?

¿Necesitáis ayuda en algo?

― Oh no, no te preocupes... Bueno sí.

¿Y que es?

― Las tuberías. Mis padres vienen en dos días y las tuberías y el sótano siguen igual. Y un fontanero normal tardaría una semana en arreglar todo eso.

Ya veo... Y me llamas para que te envíe el que te recomendé ¿verdad?

Asentí, olvidando completamente que él no podía verme. Afortunadamente él tomó mi silencio como un sí.

― Lo llamaré en seguida, pero hay un pequeño problema.

― ¿Cual?

― Está a un día de Mullins ― Connor soltó un risita nerviosa.

― Oh Dios... ¿Y que sugieres?

Sugiero que vosotros adelantéis el trabajo. El sótano está inundado, pues empezad por eso. En cuanto llegue, con el sótano completamente seco, te aseguro que habrá hecho su trabajo en menos de lo que canta un gallo.

― Está bien... ― bufé.

Te dejo, ratona, tu tía ha hecho la cena y está desesperada con que baje a comer.

― Adiós ― reí y colgué la llamada.

Entré a la casa y mis hermanos seguían discutiendo. En cuanto me vieron pararon de pelearse.

― ¿Y bien? ― preguntó Chase.

― Habrá que encargarnos del agua del sótano ― dije mientras me dirigía a la cocina.

― ¡¿Que?! ― gritaron los dos detrás de mí.

Abrí uno de los armarios y saqué tres pares de guantes.

― Manos a la obra ― les extendí los guantes y ellos los cogieron con fastidio.




Capítulo 2/3

@MariaLupita012 lo siento, olvidé las dedicatorias jeje (espero que te haya gustado el capítulo).

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