13. Todo sobre ti

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— ¿Estás bien, Brooke? — Zac me miró con arrogancia desde arriba mientras yo recogía todo lo que se había caído de mi bandeja.

— No te comportes como un idiota — lo fulminé con la mirada mientras me ponía de pie.

Lo agarré del brazo izquierdo con firmeza, mientras que con mi mano disponible intentaba equilibrar la bandeja de comida. Lo arrastré entre las mesas, ante la mirada expectante de todos los alumnos. Me paré frente a Lucas y obligué a Zac a sentarse frente a él, para luego sentarme yo al lado de aquel idiota en caso de que intentara escapar.

Lucas me miró confundido al vernos frente a él. Me llevé el dedo indice a los labios para que no dijera nada antes de tiempo. Fue entonces cuando reparé en que Lucas no estaba solo. Una chica, con lo que parecía ser un vestido de animadora, estaba junto a él. La miré fulminante, y ella se levantó torciendo los ojos y depositando un pequeño beso en la mejilla de mi hermano.

— ¡Ey! ¿Como la conseguiste? — Zac señaló a la chica mientras se iba.

— Concéntrate, Benford. Dile a mi hermano lo que acabas de decirme.

Mi hermano me miró confuso.

— ¿Qué sucede?

Zac me dirigió una mirada, pero antes de que yo volviera a empujarlo a hablar, él abrió la boca para explicar todo lo que tenía que decir.

— Bueno, todo empezó porque quise investigar a tu hermana. Ya sabes... Solo mírala.

— No vas por buen camino — mi hermano estrechó los ojos y frunció el ceño —. Si sigues por ahí podrías acabar con un par de costillas rotas.

— Como decía, investigué a Brooke Glasswerf — Zac me dedicó una sonrisa ladeada cargada de arrogancia —. Pero no encontré ninguna referencia a tu hermo...— pensó un momento antes de acabar la frase — ...hermana.

— ¿Me investigaste?

— Sí, mi padre era policía y aprendí algunos truquillos. Bueno eso no fue lo único que herede de él, una libretita llena de contraseñas del ordenador central de policía quedó olvidada en una de sus mesillas de noche — sonrió orgulloso —. Pero ese no es el punto. Al no encontrar nada sobre Brooke, decidí investigar a toda la familia.

— Esto no es Sherlock Holmes, Zac. No puedes ir por ahí invadiendo la vida privada de la gente.

Zac hizo caso omiso a mis palabras y siguió hablando.

— Sois cinco en casa ¿no? — mi hermano asintió en respuesta —. Al introducir vuestro apellido en la base de datos, adivinad lo que pasó. Nada. No había ninguna referencia a vuestro apellido. Es muy raro ¿lo sabéis? En fin, busqué vuestros nombres en conjunto. Por lo que pude averiguar en el despacho del director, los nombres de vuestros padres son Sara y Andrew, y el de vuestro hermanito, Chase ¿no es cierto?

— ¿¡Te has vuelto loco!? — le pegué en el brazo a lo que el soltó un bufido de dolor —. ¡Tenemos nuestros derecho! ¡Podríamos demandarte!

— Deja que termine, Brooke — Lucas miró a Zac, atento a cada uno de sus movimientos.

— Los resultados de esa búsqueda solo fueron dos. Uno era de hacía dos años, la familia Jensen, y el otro de hace veinticinco, los Thompson. El informe más reciente fue descartado inmediatamente. Aquella chica, Brooke Jensen, no se parecía nada a ti. Pero al investigar a la segunda familia, solo pude dar con párrafos y párrafos de su muerte, ninguna foto de los componentes de aquella familia. Su muerte fue muy trágica, muerte por monóxido de carbono, todos a la vez. Ningún sobreviviente. El caso es que también los descarté, porque si tú fueras Brooke Thompson ¿tendrías qué? ¿42? ¿43 años? — hizo una pasa para mirarme de arriba a abajo y negar con la cabeza —. Ahora decidme vosotros. ¿Quienes sois? Obviamente la familia Glasswerf no existe.

Lucas y yo nos miramos si saber que decir. Aquel chico había dado con nosotros, pero ¿como contradecirlo? ¿como darle una explicación válida de nuestra existencia? Al parecer Lucas optó por el camino más fácil.

— Mira, Benford, será mejor que te alejes de nosotros. Estás completamente loco. Si vuelves a acercarte a menos de diez metros de alguien de mi familia te prometo que levantaremos una demanda contra ti. Y no es ninguna amenaza, eso te lo puedo asegurar.

Mi hermano se levantó de la mesa dando un pequeño golpe que la hizo temblar. Yo me quedé observando a Zac, quien miraba a la nada, estupefacto. Hasta que reaccionó.

— Vaya, tu hermano no es tan amable como parecía.

Me puse de pie y coloqué mi mano derecha sobre su hombro izquierdo.

— Será mejor que consideres sus palabras. Está hablando enserio — me abrí camino hacia la salida, dejándolo atrás.

Estaba a menos de un metro de la puerta cuando el piso debajo de mí empezó a moverse. Todo me daba vueltas, y mi visión empezaba a oscurecerse. ¿Que estaba pasando?




Tiempo después desperté en una habitación desconocida para mi. Por la luz y la camilla en la que me encontraba, deduje que era la enfermería. A mi derecha, una cortina me tapaba la visión del resto de la sala. Pero a mi izquierda, junto a la ventana, una silueta se dibujaba como un fantasma. Tuve que esperar a que mis ojos se acostumbraran a la luz para poder distinguir de quien era aquella silueta. Zac.

— ¿Que haces aquí? — le recriminé.

— Te desmayaste en el comedor ¿que esperabas que hiciera?

— Yo no me desmayé, solo me mareé un poco.

— Lo que tú digas.

— ¿Por qué no le avisaste a mi hermano? — me senté sobre la cama.

— Por dos razones. Porque al avisarle tendría que acercarme a él y eso implicaría infringir la imaginaria orden de alejamiento. Porque no dejaría que me quedara aquí, y eso implicaría que no podría interrogarte, Brooke. Y créeme, tengo mucha curiosidad por vosotros.

Se quedó un momento en silencio, como esperando alguna respuesta de mi parte, pero yo no abrí la boca. Se acercó a mí, se sentó en el filo de la cama y sus palabras hicieron que quisiera volver a desmayarme.

— Me contarás todo sobre ti.






Y aquí vamos otra vez. Esto se está volviendo emocionante :)

Ya saben. Voten si les gustó y comenten.

-Alejandra-

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