10. Miradas

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Valeria Vailati

Estaba emocionadísima. Hoy nos tocaba rodar una escena genial, en la que nuestro equipo, el de los Monstruos, se presentaban ante los demás, y era todo súper divertido. También era mi primer día de rodaje y estaba nerviosa.

Elva llegó a mi cabaña y me sacó a medio vestir, alegando que la ropa la tenían en el plató y ahí nos prepararían. No pude ni desayunar.

Cuando llegué, me pusieron un chándal que más que un chándal parecía un traje de discoteca. Los pantalones eran negros y sueltos, pero salpicados de purpurina de todos los colores, a conjunto con la camiseta, muy pegada al cuerpo, de manga corta y con mi número detrás: el 7, y mi nombre debajo, Katrin. Las botas de tacos eran, sorprendente y simplemente negras. Me recogieron el pelo en una coleta alta y muy despeinada, con un ligero tupé, y me llenaron la cara de maquillaje y más purpurina.

Cuando me miré al espejo esperaba asustarme, pero la verdad era que quedaba bastante natural: el chándal era bonito y realzaba mi cuerpo, y el maquillaje era cortante y atractivo, pero no exagerado.

Elva llegó corriendo a mi lado y la vi que llevaba el mismo traje que yo, pero con su número, el 13, y su nombre, Selina.

-Hola, Vali. ¿Estás preparada?

-No.-respondí yo, respirando muy fuerte.

-Tranquila. Ya verás como es todo muy fácil.

En ese momento me invadió una especie de odio hacia ella. Todo era fácil, todo era perfecto. Ojalá fuera yo como ella.

Me giré y vi al resto de nuestro equipo vestidos como nosotras. Estaba Lena, los mellizos Hans, Klaus y Peter, y los otros dos chicos de nombres impronunciables, Dietrich y Jürgen, que junto a otra chica, Anikka, no tenían mucho papel, solo estaban de extras para jugar con nosotros.

Faltaba una persona. Éramos diez en el equipo y faltaba una persona. De repente una figura vestida igual que yo entró corriendo y gritando.

-¡Perdón, perdón! Me quedé dormido. Ya estoy aquí.

El corazón me dio un vuelco. Era Javi.

Me quedé con la boca abierta. No sabía que iba a estar en nuestro equipo también. No tuve tiempo de preguntar nada, solo vi que se giró y en su camiseta ponía Julian, 1.

Elva Blanco

Teníamos que sorprender a las fieras en pleno bosque por la noche. Todo estaba preparado en una sala llena de árboles y plantas, y miles de luces de colores. Aquella era nuestra insignia, los diferentes colores. Estaban por todas partes: en nuestros trajes, nuestras caras, las flores, las luces... Me gustaba.

No había visto aun a las fieras, así que fui hasta el plató con Javi, Valeria, y el resto del equipo. Estaba encantada de que mis dos mejores amigos estuvieran ahí conmigo, como me había dicho Joachim el día anterior. Había sido todo precipitado, pero esperaba que saliera bien.

Mi madre se había ido el día anterior, y menos mal, porque si llega a ver la cara que puse cuando vi entrar a Leon al plató, creo que se hubiera muerto.

Estaba más guapo que nunca, con el uniforme negro de las fieras y un "Markus" pintado por detrás. Llevaba una cinta en el pelo, reteniendo los mechones rubios que le caían desordenados. Me recordó muchísimo al pequeño fiera que había visto por primera vez por televisión hacía tantos años...

Estaba nerviosa porque sabía que había una relación amorosa entre Selina y Markus a lo largo de la peli, y aquella era la primera toma de contacto. Lo habíamos ensayado, pero tenía que conseguir que esa primera mirada entre nuestros personajes fuera especial, y debería controlar que no me pusiera roja (solía hacerlo).

Las Fieras Fútbol Club 6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora