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Elva Blanco

Al parecer, Maisie era la bomba. Se le notaba la vena española. La primera semana que estuvo con nosotros, hicimos fiestas todos los días. Era una chica muy graciosa y agradable, y rápidamente le cogimos cariño todos y la incluimos en el grupo.

Nos ayudaba con las escenas (era una maquilladora excepcional) y también hacía que nos salieran más tomas falsas de lo normal. Durante la grabación de uno de los primeros partidos en el bosque, se dedicó a meter dos pelotas durante el juego. Nos volvimos todos locos porque había dos balones. Después, se los tiramos a ella a la cara y la hicimos caer al lago. La queríamos todos.

En especial Constantin.

Él también ayudaba en las grabaciones, pero era muchísimo más reservado. Como no había participado en las últimas películas de las fieras, estaba muy apartado del grupo, pero con la llegada de Maisie, cada vez se fue acercando más a los demás, sobre todo a Konrad, que había pasado por lo mismo al principio.

Dos semanas después de la llegada de Maisie, el trabajo se amontonaba y la presión por ensayar nuevas escenas era increíble. Tras ser capaces de rodar por fin el primer partido completo, Valeria se retiró, alegando que necesitaba ir a dormir, pero Marlon la siguió. Quién sabe lo que estarían tramando aquellos dos.

Uno a uno, los demás se fueron yendo a sus cabañas, sudorosos y agotados por el esfuerzo físico de haber estado corriendo ante las cámaras más de dos horas. Al final, quedamos Javi, Maisie, Leon y yo.

-Una escena genial, chicos. Seguid así.- nos dijo Maisie.

-Sí, preciosa, seguiremos así. Tú sigue tirándonos pelotas extra, a ver si la siguiente en recibir pataditas eres tú. Con cariño.- replicó Leon con una risa.

Javi miró a su alrededor y se dio cuenta de mis miradas de "vete de aquí, gracias".

-Emmm... Maisie, escucha, ven conmigo, quiero enseñarte una cosa.

Yo abrí mucho los ojos, como diciéndole "ten cuidado con lo que dices".

-¿A dónde? Yo me quiero quedar aquí. ¿Nos metemos en el lago?

-Maisie. Que vengas.-repitió Javi tomándola de la mano.

Ella nos dirigió una mirada de disculpa y se fue con Javi.

Nos habíamos quedado solos.

Leon aún llevaba el traje de las fieras y yo estaba llena de purpurina. Antes de que pudiéramos decir algo, vimos a Uwe y a Joachim discutiendo en la distancia. Unos segundos más tarde, Joachim empezó a caminar hacia nosotros.

-¡Hola, chicos!-nos gritó-. Muy buena escena hoy, os felicito.

-Gracias, papá.-dijo Leon.

-Muchas gracias, Joachim.-contesté yo, un poco cortada, no quería interrumpir un momento padre-hijo.

-¿Querías algo?- le preguntó Leon. A mi subconsciente le sonó a un "vete de aquí". Aquel día estaba muy pendiente de a qué sonaban frases y de cómo interpretar miradas.

-Sí, chicos, quería comentaros una cosa. Como sabréis, dentro de un par de escenas llegamos a, emmmm... la página 512.

Hizo una pausa. Sentí los colores subirme a toda prisa hasta el rostro e intenté pensar en cosas frías para relajarme. No funcionó.

No miré a Leon, pero sentí como cambiaba el peso de una pierna a otra. Él tampoco habló.

-Nada,-continuó Joachim.- era para deciros que estaría bien que... practicarais, por así decirlo, un poco. No queremos que sea súper incómodo delante de las cámaras, o que la primera vez sea ante las miradas de todos vuestros amigos, ¿no?

Las Fieras Fútbol Club 6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora